#CloseTo Javier Gutiérrez: «Me veo como Jack Nicholson en ‘Mejor Imposible'»

Hoy charlamos de cine y trabajo con uno de los actores del momento. Javier Gutiérrez vive una época espectacular que no es sino el resultado de muchos años de esfuerzo...

Amalia Enríquez. 21/11/2017

La suya es una carrera con un background extenso, aunque parezca que algunos acaban de descubrirle. En su diminuta anatomía se esconde un actor con un talento que no deja de crecer. Nos encontramos en el Festival Internacional de Cine de San Sebastián donde presentaba ‘El autor. Tiene dos series en emisión, ‘Estoy vivo’ y ‘Vergüenza’, y le espera la película ‘Campeones’, una historia que conmoverá. Un momento muy dulce para un actor multitarea…

The Luxonomist: ‘El autor’ llega a las pantallas después de recibir premios y reconocimientos. ¿Lees las críticas o prefieres mantenerte al margen?
Javier Gutiérrez: Sí, las leo. Los que nos dedicamos a esto tenemos la mala costumbre de querer saber lo que opinan los críticos de nosotros. Por suerte, con esta película ha pasado algo tan extraordinario como que todo el mundo coincida en alabarla. Las críticas han sido muy elevadas. Hemos salido muy respaldados de los festivales y llegamos a la taquilla con muy buen sabor de boca.

TL: Cuando todo es tan positivo, ¿cómo se siente uno?
JG: No hay que creérselo del todo y hay que relativizar. Si fuesen malas, tampoco me creería todo lo que dijeran, por eso siempre procuro ser precavido. Las buenas críticas son un abrazo muy caluroso. El comienzo ha sido inesperado.

Javier Gutiérrez junto a Amalia Enríquez en un momento de la entrevista

TL: Se estrena un año después de haberla terminado. A veces, eso es un hándicap para que volváis a “vestiros” del personaje. ¿Te cuesta recuperar a Álvaro?
JG: ¡No, fíjate! Lo tengo muy fresco y ha ayudado a eso el haber mantenido el contacto con Martín Cuenca que, al margen de director, es amigo. En este tiempo he visto varios pases, hemos viajado con la película al festival de Toronto antes de recalar en San Sebastián… y eso me ha ayudado. Hay trabajos de los que me cuesta desprenderme y este ha sido uno de ellos.

TL: ¿Por qué ha sido tan especial?
JG: Por el tamaño del personaje y lo que ha significado para mí. Es un protagonista que atraviesa la película de principio a fin, es omnipresente. Si no te gusta mi trabajo, ya te adelanto que ésta no es tu película (risas). Al margen de eso, tengo especial debilidad por Martín Cuenca, creo que es el auténtico director de actores de nuestro país, es un cineasta con mayúsculas con una voz y una personalidad propias y muy necesarias para nuestro cine. Quiero seguir trabajando con él.

TL: Y te regaló a Álvaro, un personaje manipulador al que puedes llegar a odiar…
JG: Puede ser todo lo malo que tú quieras (risas). Me cautivó de él su ironía, el humor negro, la cantidad de esquinas que tiene, el arco que desarrolla a lo largo de la trama. Comienza siendo una persona gris, completamente oprimida en un entorno claustrofóbico del que quiere huir y escapar… hasta cómo acaba la película. Entre medias hay todo un universo de matices con los que trabajar. Eso es un regalo para un actor.

El actor junto al director Manuel Martín Cuenca (Fotografía: ©JulioVergne)

TL: ¿Es un malo que acaba cayendo bien?
JG: En este caso, ni el director ni yo buscábamos empatizar con el espectador. Simplemente pretendimos situarlo enfrente del espejo y ver lo patético que puede llegar a ser el ser humano, o hasta dónde es capaz de llegar con tal de conseguir sus objetivos. En ese sentido, si somos honestos y somos valientes para quitarnos la careta, reconoceremos que todos llevamos algo de Álvaro dentro de nosotros.

TL: ¿Te has acostumbrado ya a tener varios proyectos encima de la mesa y poder elegir?
JG: No, todavía no (risas). No es tan fácil que te lleguen guiones, pero sí es cierto que tengo la maravillosa  suerte de poder trabajar en diferentes medios. Y he tenido “la mala suerte” de que tres trabajos, que he hecho hace ya algún tiempo, se estrenen casi a la vez. Eso es una lástima porque el nivel de exposición es muy alto y mi deseo habría sido que se estrenaran más escalonados.

TL: ¿Te asusta estar tan presente mediáticamente?
JG: No me asusta porque creo que la calidad de los trabajos es muy buena. He tenido la suerte de estar inmerso en proyectos muy interesantes y que van a hacer mucho ruido, por eso me habría gustado más distancia entre ellos. En mí hay un esfuerzo y un amor por el trabajo bien entendido, de manera muy honesta y verdadera. Eso lo llevo muy a gala.

Álvaro (El autor) es un personaje manipulador al que puedes llegar a odiar (Fotografía: ©JulioVergne)

TL: ¿Cómo ha sido la travesía desde el día en el que comienzas en esto hasta hoy?
JG: Muy pausada, muy relajada. Llevo muchos años trabajando en esto, he hecho mucho teatro y aterricé en el mundo del cine y de las series siendo ya muy talludito. Si todo esto me llega a pasar con veinte años, estoy seguro de que me habría descolocado. Vivo todo con una edad y unos cuantos kilómetros recorridos, por eso trato de relativizarlo todo. En algún momento, a la vuelta de la esquina, vendrá una colleja que, de vez en cuando, tampoco está mal. (risas)

TL: ¿Desde niño querías ser actor?
JG: Sí, lo tenía clarísimo. Soy un tímido enfermizo y me di cuenta de que para vencer la timidez no había nada mejor que vivir otras vidas. Me recuerdo de bien pequeño con las cintas de música de cassette de mi hermana haciendo playbacks delante del espejo con la ropa que me ponía los domingos. Ahí ya había un artista. (risas)

TL: ¿Y cuándo dijiste en casa que querías serlo?
JG: Yo no vengo de familia de actores así que, cuando decido que esto es lo mío, viví el miedo de la aventura en una ciudad grande. Yo vengo de Ferrol, una ciudad pequeña, y caer en la capital solo, con un panorama desolador, porque llegaba con una mano delante y otra detrás, me asustó a mí y a mis padres, pero nunca me he arrepentido de la decisión tomada.

«Soy un tímido enfermizo» (Fotografía: ©JulioVergne)

TL: Si te remontas a esa etapa ¿te recuerdas feliz?
JG: Ummmm, podía ser feliz, pero me recuerdo muy solitario, muy imaginativo y muy soñador. A día de hoy sigo siendo así. Me gusta ser amigo de mis amigos, rodearme de gente que me quiere y a la que quiero, pero también necesito mis momentos de soledad. Me considero una persona solitaria.

TL: ¿Eso te atormenta?
JG: Me tengo muy asumido. Soy una persona muy obsesiva y con muchas manías, de hecho padezco trastorno obsesivo compulsivo. Suelo hacer muchas como tocar madera, levantarme, dar tres pasos hacia adelante o hacia atrás. Me recuerdo a Jack Nicholson en ‘Mejor imposible’ y me río mucho con eso, pero también sufro mucho.

TL: Si todo eso lo sumas a tu timidez, el cocktail debe ser explosivo al enfrentarte a los medios, por ejemplo…
JG: Me molesta mucho, en ocasiones, el discurso de algunos periodistas en busca de un titular. Más allá de ahondar en una entrevista que puede tener contenido, solo buscan el titular que les haga posicionarse. No generalizo ¿eh?, pero hay un cierto amarillismo que sí es molesto. Cuando hago una entrevista de media hora y veo un titular que me desagrada, porque no me reconozco en él, me pregunto qué sentido ha tenido hacerla.

«La primera vez que fui al cine vi “ET” con unos primos y me gustó tanto la aventura, que volví a la semana a ver “Cristóbal Colón, de oficio descubridor” de Andrés Pajares»

TL: Espero que no te arrepientas de ésta (risas). Dime si ese niño solitario del que me hablabas iba al cine…
JG: Iba mucho. Mis primeras experiencias en el cine son muy curiosas. La primera vez que fui vi ‘ET’ con unos primos y me gustó tanto la aventura que volví a la semana a ver ‘Cristóbal Colón, de oficio descubridor’, de Andrés Pajares. (risas)

TL: ¡Qué cambio! (risas)
JG: En ese momento, como te puedes imaginar, ni pensaba que algún día podría llegar a conocerle, ni sabía que yo iba a ser actor. Para mí Pajares es un magnífico intérprete. Hice ‘Ay Carmela’ con Inma Cuesta y uno de mis referentes era el de Paulino, que interpretaba él con Saura.

TL: Imagino que tu abanico de preferencias se ha ido abriendo con el tiempo…
JG: Sin duda. ‘Milagro en Milán’, de Vittorio de Sica es una imprescindible en mi vida, porque me gusta mucho el neorrealismo italiano, ese costumbrismo tan especial, esa historia de cómo los pobres pueden llegar a dar la vuelta y zamparse al rico, esa dignidad y esos retratos del hambre y del hombre. Y, por supuesto, ‘El padrino’, porque al margen de ser un clásico, destila cine en cada plano.

«Milagro en Milán, de Vittorio de Sica, es una imprescindible en mi vida»

TL: ¿La lectura ha formado parte de tu evolución como persona?
JG: Siempre he leído mucho, de niño y ahora. Recuerdo las colecciones de Emilio Salgari. Iba al Lasalle, un colegio de curas, que tenía una biblioteca hermosa, con muchísimos volúmenes y nos dejaban llevar los libros a casa. Recuerdo que los fines de semana, me levantaba muy temprano, a las seis y media o siete de la mañana, y hasta que no había actividad en casa, como a las diez u once, me pasaba tres o cuatro horas leyendo.

TL: Recomiéndame dos libros que no debería perderme.
JG: Hay dos libros que los actores, los que nos dedicamos a esto, deberíamos leer. Y te los recomiendo también a ti porque amas el cine. ‘El viaje a ninguna parte’ de Fernán Gómez y ‘Comedia con fantasmas’ de Marcos Ordóñez, una auténtica delicia. Al margen de estos dos, hay otro que siempre recomiendo porque me encanta García Márzquez: ‘La triste e increíble historia de la cándida Erendira y su abuela desalmada’. Me parece que es una joya, una maravilla de libro. Y para quien quiera algo más duro, en este punto macarra que me sale de vez en cuando, ‘Escoria’ de Irvine Welsh, que es una especie de ‘Torrente’, un policía de Edimburgo que tiene todos los vicios y depravaciones que puede tener el ser humano, es una bajada a los infiernos.

TL: De la que creo que estás lejos… ¿Qué pensaría del hombre que hoy eres de ese niño solitario que leía y hacía playbacks ante el espejo?
JG: Seguro que pensaría que he sido muy consecuente y coherente. No sé si se habría sorprendido porque yo nunca he soñado con llegar a ningún sitio y tampoco creo que, donde estoy, sea llegar a ningún lugar. Yo trabajo y vivo de esto, que ya es una lotería. En ese sentido, sí es cierto que el nivel de popularidad y de hacer trabajos que llegan a mucho público, es un auténtico regalo. Vivir de esto es un sueño cumplido.

*Localización: Hotel María Cristina (San Sebastián). *Próxima semana: Maxi Iglesias.

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