El planazo de Navidad es manta, peli y…

Las luces en la calle, los mercados tradicionales, las ofertas en los centros comerciales, el turrón, la bufanda, la pandereta y el gordo de rojo. Todo ello sinónimo de Navidad. Pero en algunos países como Alemania o Austria, se acompaña de otro producto que no puede faltar: el Glühwein o vino caliente.

Si tiramos mano a la historia, tanto los romanos como los griegos hacían vinos y los mezclaban con especias, plantas y raíces. Los hervían e infusionaban hasta conseguir que todos los extractos se integrasen en la bebida. Estos brebajes eran utilizados para ritos, algarabía o incluso con fines medicinales.

La historia está llena de referencias al uso del vino como base de bebidas de toda índole

En la antigua Roma, uno de los vinos especiados era el Conditum Paradoxum, elaborado con vino, miel, dátiles, azafrán, pimienta y laurel. Y en la Edad Media, se elaboraba y consumía el Hipocrás, un vino también hervido y especiado que llevaba el nombre del filósofo griego al que consideraban padre de la Medicina.

El vino caliente se usaba como reclamo en los tradicionales mercados de Navidad

Esta costumbre expandida por Europa se convirtió en tradición en los mercados. Concretamente en los mercados navideños ya que empezaban con el Adviento en los fríos meses de noviembre y diciembre. Los hábiles comerciantes callejeros, ofrecían vino caliente a sus clientes para calentarlos en todos los sentidos y afianzar la venta. Hoy en día, ir a un mercado navideño de Berlín o de Viena y no tomar un vino caliente, es casi imperdonable.

Las variedades de Glögg son habituales en los países escandinavos

En países escandinavos como Dinamarca, Suecia, Noruega o Finlandia, existe una variante llamada Glögg, y en algunos casos ya embotellado que se elabora mezclando especias con vino o vodka y en la misma época. Como vemos, el denominador común es el frío. Y ahora que se nos acerca el frío también a nosotros, es un buen momento para probar esta bebida.

Existen muchas recetas para elaborar el Glühwein y como en todo y tal como reza el refrán, “cada maestrillo tiene su librillo”. Yo os voy a dejar una fórmula muy sencilla:

Atrévete a disfrutar de nuestra receta de Glühwein

Ponemos una cacerola vacía a calentar y añadimos unas cuantas piezas anís estrellado, una caña de canela, unos cuantos clavos de olor y cascara de naranja y limón. Le damos vueltas calentándolo y veremos cómo van apareciendo unos espectaculares aromas. Añadimos un litro de vino tinto (o medio de blanco y medio de tinto) y dejamos que empiece a hervir y dejaremos que el alcohol evapore un poco. Después añadiremos azúcar al gusto. Removemos hasta que se disuelva y listo. Lo servimos en una taza nos sentamos en el sofá con una mantita, viendo una peli en Divinity y a disfrutar de un auténtico y estimulante Glühwein.

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