FC Barcelona y Real Madrid, clubes de ricos

Barcelona y Real Madrid se erigen como los clubes deportivos de mayor presupuesto en el mundo. Ni siquiera las grandes franquicias americanas hacen sombra a los poderosos equipos españoles.

Agustín Castellote. 18/12/2017

Ganar la Champions League las cuatro últimas temporadas y conseguir el balón de oro en esos años de manera consecutiva, ya no es potestad de los clubes ingleses, alemanes o italianos. F.C. Barcelona y Real Madrid se han situado como los grandes referentes del deporte mundial, ocupando los primeros lugares en presupuestos y superando incluso a los más afamados equipos profesionales de Estados Unidos de la NBA (baloncesto) y NFL (fútbol americano).

Según los últimos informes económicos presentados por los clubes, el FC Barcelona con 897 millones de euros (189 más que en el ejercicio anterior) ocupa, con gran diferencia, el primer puesto en el ranking de mayor presupuesto para la presente temporada, por delante y por este orden de Real Madrid, 690 millones (aumento del 3 %); Manchester United, 655; Bayern Múnich, 570; Manchester City, 548 y París Saint Germain con 540 millones de euros.

El nuevo contrato de Messi es una de las claves en el elevado presupuesto del club

¿Quiere ello decir que FC Barcelona y Real Madrid son los dos clubes más ricos del mundo? ¿Significan estos datos que el fútbol español se encuentra a la cabeza económica del mundo, en contrapartida al puesto 14 que ocupa España en la clasificación mundial de países más ricos, según el Fondo Monetario Internacional? Evidentemente, no.

En España se produce un claro desequilibrio entre los dos trasatlánticos y el resto de competidores, con la única excepción del Atlético de Madrid que, con 343 millones de euros anuales, compite con los anteriores, aunque su presupuesto sea la mitad que el del Real Madrid y un 60% menor que el del FC Barcelona. Un ejemplo que podría ilustrar claramente la situación sería el caso del Valencia, gran revelación de la temporada y peleando con los mejores, cuyo presupuesto para la presente temporada está fijado en 92 millones de euros, lo que supone un insignificante 10% del que baraja el club azulgrana. Una situación que vulnera cualquier principio de competencia y que se sustenta en el marketing, publicidad, sponsors y un caprichoso y desproporcionado reparto de los derechos televisivos.

El Real Madrid ha acaparado múltiples premios colectivos e individuales en los últimos años

La brillante temporada deportiva realizada por el Real Madrid el pasado año, Champions, Liga, Supercopa de Europa, Mundialito y la abrupta marcha de una de sus grandes estrellas, Neymar Jr, al PSG, colocaron a la directiva del FC Barcelona bajo presión de sus aficionados y de los medios de comunicación. Todo ello provocó que el equipo catalán, en la búsqueda de recuperar la hegemonía perdida, elevara su presupuesto más de un 25% pasando de los 708 millones de euros de la temporada anterior a 897 de la presente y colocándose, con notable diferencia, como el club deportivo con mayor presupuesto del mundo, no solo en fútbol, sino en cualquier deporte.

Según los datos facilitados por el club barcelonista, a ese objetivo de ingresos de 897 millones de euros, habría que restar los 865 millones previstos para gastos (de los que el capítulo salarios se lleva la gran parte del pastel con 479 millones ) lo que dejaría un resultado de explotación favorable de 32 millones de euros (21 después de impuestos).

El presupuesto del FC Barcelona se ha elevado un 25 %

Números que asustan y provocan inquietud entre los que dirigen el fútbol mundial, ante el evidente cambio de reglas que se ha producido en este deporte, en la gestión de los clubes, con la masiva llegada de empresarios de diversos sectores, patrocinadores de todo tipo y condición y un decorado que más parece acercar al fútbol profesional a una carrera desbocada hacia el abismo.

La UEFA, en un intento desesperado por frenar ese ímpetu derrochador de los nuevos ricos en el fútbol, muchos de ellos jeques y empresarios asiáticos con intereses más allá del deporte,  aprobó en 2011 el llamado “Fair Play financiero“ por el que los clubes solo podrán gastar hasta 5 millones más de lo que ingresen, por un periodo de tres años y marcando un déficit máximo de 30 millones de euros. Pero, de nuevo, las reglas del juego son vulneradas en un deporte contaminado, con estratagemas financieras de dudosa legalidad, que burlan las propias reglas y convierten el escenario en la ley de la selva.

Da vértigo pensar. Dónde ha quedado aquel fútbol de ocio y entretenimiento, de pasión y emociones para lo que fue ideado y que se ha reinventado en una fuente de negocio que se expande más allá del balón, hasta convertir a los clubes en grandes empresas con múltiples posibilidades comerciales y con una notable influencia en la sociedad. El fútbol es ya una gran industria, cada vez más alejada de la esencia del juego, manejado por millonarios que buscan solucionar conflictos con la prepotencia del dinero, en una enfermiza obsesión por el éxito.

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