¿Por qué los adolescentes se enganchan a Instagram?

Instagram crece cada día y es de las redes sociales favoritas de los más jóvenes.

Patricia Peyró. 03/04/2018

Instagram es una de las redes sociales más populares. Basada en la publicación de fotos que se etiquetan por temas, consigue conectar a gente de todo el mundo en base a intereses o, simplemente, al gusto por la fotografía y por lo estético. La industria de la moda invierte millones en esta red social, ya que las firmas buscan personas con miles de seguidores para lanzar sus productos. ¿Cómo es posible que enganche tanto esto de las fotos?

La aplicación preferida por los jóvenes es Instagram, una de sus apps sociales favoritas, prefiriéndola al Facebook, que es un poco “de padres” y para una generación diferente a la suya, hasta el punto de haberse observado un traspaso natural de usuarios juveniles a Instagram, la favorita del 76% de los adolescentes, según la encuesta de preferencias de consumo llevada a cabo por Piper Jaffray.

Instagram es el nuevo lugar de encuentro de los adolescentes y los padres debemos tener cuidado

La adicción a Internet, al móvil y a las redes sociales a nivel general es un tema bien conocido. Pero, ¿por qué Instagram, concretamente, genera en cuestión de días una notable adicción? El profesor de la Universidad de Stanford (California) Nir Eyal dio con las claves en Hooked: How to Build Habi-Forming Products. El autor de este best seller busca una explicación al hecho de que unos productos funcionen (o incluso arrasen), captando de inmediato nuestra atención, mientras que otros languidecen en el intento. La clave del éxito, según explica, está en generar en el usuario un hábito, e incorporarlo a sus rutinas, de forma que le resulte difícil prescindir de él una vez lo conoce.

La psicología detrás de Instagram
El profesor Nir Eyal, especializado en la psicología de las nuevas tecnologías, explica que Instagram cuenta con dos focos importantes para generar adicción:

  • Por un lado, los usuarios sienten la ansiedad de perder ese momento para siempre si no lo reflejan y lo hacen público.
  • Por otro, el hecho de hacer fotos es en sí mismo adictivo, al contar Instagram con muchas herramientas de edición que facilitan un procesamiento de la imagen que lleva a unos resultados “semi-profesionales”, convirtiéndose en un reto el ir mejorando cada día y obteniendo imágenes de apariencia cada vez más profesional.
  • El fenómeno de los “likes” constituyen un poderoso refuerzo que nos lleva a alimentar nuestro ego, así como las ansias de seguir captando más y más atención y admiración social.
No todo es lo que parece en Instagram, que también tiene su lado oscuro

Los jóvenes no soportan la soledad
Otros componentes de la adicción serían los compartidos por otras redes sociales que nos llevan a estar permanentemente conectados hasta el punto de no tolerar el estar solos. Así lo explica Carlos Hernández, publicista y experto en marketing digital y profesor del Centro Universitario Villanueva“No toleramos el sentimiento de estar solos. Compartimos continuamente, leemos continuamente, interactuamos continuamente”.  Incluso la compañía real y física han dejado de ser suficiente: “Aunque esté con alguien físicamente, además debo estar presente a nivel digital en las redes sociales”, expone el académico, necesidad que, por otra parte, nos lleva a  menospreciar la presencia del otro consultando nuestros dispositivo en lugar de atender y centrarnos en nuestro acompañante en dentro del grosero fenómeno conocido como phubbing.

Como cualquier otra red social de intercambio de material gráfico, se presta a un uso irresponsable o irreflexivo que puede resultar en un peligro potencial para el menor.  Aunque se observa que los jóvenes lo usan para todo (hablar de sus gustos, sus inquietudes y motivaciones, e incluso de temas del colegio), también existe una minoría que hace un mal empleo subiendo fotos inapropiadas o incurriendo en faltas al derecho a la privacidad o similares. 

La red social de fotografías presenta imágenes ideales de un mundo perfecto e inalcanzable con el que sueñan los adolescentes 

Instagram, la reina de los teens
Si los adolescentes tuvieran que elegir una sola red social, seguramente se quedaran con Instagram, favorita indiscutible de los jóvenes, por encima de Facebook y YouTube, e incluso también de Snapchat, plataforma social de vídeos efímeros muy del gusto juvenil y que ha visto empañada su popularidad desde que Instagram la “copiara” descaradamente a partir de su utilidad “My stories”. Aunque  Instagram se ideó en un principio para centrarse en la fotografía, desde hace tiempo se ha convertido en un lugar de encuentro entre adolescentes, donde se comunican con microchats teniendo como vínculo el atractivo de las imágenes.

¿A partir de qué edad les dejamos usar Instagram?
Llegado el momento en que el niño o adolescente “pide” tener su propio perfil de Instagram, será responsabilidad de los padres iniciarles en el manejo y formándoles en la “ética” de Internet respecto a las imágenes que se publican, además de otros temas como la configuración de la privacidad. Estas son las precauciones que los padres debemos tener:

Junto con YouTube, Instagram puede poner en peligro a jóvenes y niños
  • Los niños menores de 13 años no deberían tener ningún perfil en las redes sociales pero, en el caso de Instagram, sus condiciones generales estipulan los 14 años como edad mínima para abrir una cuenta…
  • Los padres deben tener un acceso directo y habitual a la cuenta que maneja el niño para ejercer un control parental responsable y cerciorarse de que el uso que hace el niño no afecte a su reputación o privacidad.
  • El perfil social de los niños o adolescentes debe estar protegido en la configuración de privacidad; esto es, cerrado a extraños, de forma que sólo los amigos ya confirmados puedan acceder a la información que el menor.
  • Han de existir unas normas consensuadas entre el adulto y el menor sobre el uso apropiado, y en niños y púberes los padres deben tener la contraseña en todos los casos.
  • Es importante que los padres gestionen los permisos de tiempo de utilización, puesto que Instagram es una red social que engancha mucho.

Guía de Instagram para padres
Ante las dudas, nada mejor que recurrir a la información oficial en forma de guía facilitada por la propia red social y hecha en colaboración con Protégeles. Su propósito es el aclarar el uso y minimizar los riesgos potenciales de Instagram, siendo muy útil para formar a padres en cómo proceder en la configuración para asegurar la protección del menor. Puedes consultarla aquí.

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