El vino de los muertos

El Vinho dos Mortos es uno de los más originales de Portugal por su historia y su proceso final.

No hay que confundir al Vinho dos Mortos con los vinos de Southwest Wines. Este tipo de vino se sigue elaborando en Portugal, es uno de los productos más conocidos del municipio de Boticas en el distrito de Vila Real y es realmente único por su historia y por su proceso final.

En 1808 durante la segunda invasión francesa, ante el avance de las tropas hacia Sao Porto comandadas por el general Soult, los habitantes de Boticas decidieron esconder el vino para intentar preservar su patrimonio. Para ello enterraron la producción local de botellas bajo el suelo de las bodegas, justo en las pipas y en los lagares. El vino en aquella época, además de ser un preciado elemento de algarabía, también era un producto alimenticio que directa o indirectamente se convertía en comida y sustento.

 

Los habitantes de Boticas enterraron el vino para protegerlo de los invasores

Una vez expulsados los franceses de sus tierras, los habitantes recuperaron sus casas y desenterraron el vino que creían estropeado después de tanto tiempo, descubriendo con agrado que habían mejorado tanto su sabor como sus características. Se toparon con un vino con una graduación de entre 10° y 11° y con un poco de gas natural debido la circunstancia de que su fermentación, por residuos de azúcares, se produjo en la oscuridad y a temperatura constante.

Por haber sido enterrado pasó a ser llamado por los vecinos como Vinho dos Mortos y adoptaron esta técnica descubierta por casualidad para mejorar su conservación y optimizar su calidad. Así nació la tradición de enterrar el vino por lo menos durante un año, costumbre transmitida de generación en generación y que repite el sepelio cada mes de junio.

Vinho dos Mortos

Como siempre, el paso del tiempo fue haciendo mella y los bodegueros de Boticas fueron muriendo, quedando la tradición en manos de algunos de sus hijos. El abolengo del pueblo fue muriendo y cayendo en el olvido, las gentes ya no preguntaban por el pueblo de los vinos y las tumbas hasta que un día, según cuenta la leyenda, todo cambió. El enterrador municipal murió de una borrachera y el alcalde de Boticas, con buen criterio, decidió contratar en su puesto a un experto bodeguero para asegurar el enterramiento de las botellas y mantener así la tradición del Vinho dos Mortos.

Aunque no sea tan conocido como el Porto o el Vinho verde, este Vinho dos Mortos cuenta con denominación de origen en la clase de Vino Regional Transmontano. Las uvas con las que se elabora son un coupage de Tinta Coimbra, Tinta Carvalha, Malvasia Fina, tinta Bastardo y Alvarelho. Así que pese a estar muerto, se mantiene, muy vivo.

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