«Este es un club privado y no puede pasar»

Quizás más de uno tenga grabada a fuego en la memoria la frase que titula este artículo. Esperemos que sea de cuando en la infancia se creaban «grupos privados» de chicos, chicas o solo amigos a los que no todo el mundo podía acceder. Decimos que esperemos que sea de tiempos pasados porque en la actualidad también existen lugares selectos y especiales a los que solo pueden acceder aquellos cuyos nombres están en unas privilegiadas listas. Se trata de los clubes privados, hoy por hoy, la máxima definición del lujo.

Podemos tener bolsos de firma, hacer grandes viajes o cenar en los sitios de moda, pero no viviremos lo que es el lujo de verdad si no podemos entrar en un club privado. En Madrid existen varios cuyo acceso está restringido a los socios y a unos privilegiados acompañantes que deberán guardar silencio para mantener la privacidad tanto del local como de sus miembros… ¿Pero dónde se localizan estos selectos locales?

El señorial barrio de Salamanca acoge en un palacete situado en el número 9 de Príncipe de Vergara el especialísimo Club Alma. Se trata de un club privado principalmente femenino que también acepta «a algunos pocos hombres buenos», tal y como reza su lema. Si quieres formar parte de él, deberás llenar una solicitud que deberá estar avalada por dos miembros del club y que será estudiada de forma individual por un comité de admisión formado con nueve mujeres.

Para ser aceptada, la candidata tendrá que demostrar su sensibilidad con las causas femeninas describiendo una experiencia  que compartiría con una mujer. La cuota anual para acceder al Club Alma es de 2.500€.

En un inmueble del siglo XIX y 800 metros cuadrados situado en la también céntrica calle Jorge Juan encontramos el Club Matador. Se trata de una entidad que nació con el espíritu de la revista del mismo nombre y aspira a convertirse en un lugar de encuentro para profesionales de distintas edades, formación, cultura y experiencias. En él no se permite la ropa deportiva y se exige vestir de forma elegante.

Hablar por teléfono está prohibido (hay una sala especial para ello) al igual que hacer fotos o acceder si eres menor de edad. Frecuentado en su mayoría por empresarios, periodistas, banqueros y artistas, los socios fundadores son unos 100 y los socios generales han alcanzado el millar. El modo de acceder es ser presentado por un socio fundador o dos generales y ser aceptado por una comisión de socios. La cuota anual que paga cada un es de 1.200€.

A pocos metros de los dos anteriores, en el número 12 de la exclusiva calle Velázquez, se encuentra el Club567, uno de los más recientes y que se define como «un club de clubes» en el que el socio, una vez aceptado como miembro, puede adscribirse a uno de los comités que forman la institución principal. Para los miembros, cuenta con diferentes espacios de coworking, eventos o salas de reuniones.

Posiblemente, éste sea uno de los más abiertos ya que la inscripción se solicita por Internet y la dirección estudia cada candidatura. Dependiendo de la modalidad que elija el miembro, la cuota puede variar entre los 180 y los 1.800€ anuales.

También en una de las zonas más privilegiadas de la capital se encuentra uno de los clubes privados más masculinos, el Luxury Purple Club, situado en el número 32 de la calle Alfonso XII. Este selecto espacio cuenta con unas vistas espléndidas al parque de El Retiro y se ha convertido en un perfecto lugar de reunión para los amantes del arte, la alta relojería, el mundo de los negocios y las joyas.

Entre los numerosos privilegios con los que pueden contar sus miembros se encuentran la exclusiva bodega, los mejores habanos del mercado y la posibilidad de hacerse un traje a medida con el sastre privado del club. En cuanto a la cuota que pagan anualmente sus miembros oscila entre los 800€ (la más clásica) y los 50.000€ anuales (platinum).

Y volviendo al centro de Madrid y también con muy buenas vistas encontramos el también selecto Club Argo, en la Plaza de Santa Ana y con vistas a la misma. Se trata de un edifico legendario del año 1901 conocido por ser el despacho y residencia habitual de Canalejas que nace con la voluntad de potenciar la convivencia entre sus socios y la cultura y gastronomía en todos sus ámbitos.

Su interior está repartido en cinco plantas, cada una con una decoración diferente y destinada a un cometido: zona de copas, comedor, ático con terraza… Estancias cuyo acceso está reservado a los miembros del club o personas que han sido invitadas por ellos.