¡Sí! también se puede hacer liposucción de pies
El verano es la estación del año en la que los pies se someten a un esfuerzo más abundante y existen tratamientos que pueden evitar dolencias o mejorar su estética.
El pie merece la misma atención que las demás partes del cuerpo y más aún en la época estival, en la que suelen utilizarse sandalias y chanclas. La genética es la encargada de determinar el tamaño y la forma del pie y de los dedos, aunque hay algunos calzados como los tacones que pueden causar deformidades y alterar su aspecto. La cirugía estética aplicada al pie permite acortar y alargar los dedos, estrechar el pie, corregir los dedos en forma de garra y los juanetes, separar la fusión de los dedos o sindactilia…
Acortamiento del dedo del pie
La cirugía destina a acortar los dedos del pie tiene una doble finalidad: estética y funcional. El procedimiento está destinado a corregir un dedo del pie (por lo general, el segundo) que es demasiado largo, lo que provoca que el pie no sea simétrico y cueste utilizar ciertos tipos de calzado. Por poner un ejemplo, las mujeres que cuentan con el segundo dedo más largo que el resto no pueden utilizar zapatos de tacón debido a la presión que experimentan contra la punta del zapato.
La intervención es sencilla, a partir de dos orificios de acceso de 1 mm se practica la corrección actuando directamente sobre la estructura del hueso. La operación se realiza bajo anestesia local y tiene una duración de unos 15 minutos. La mayoría de los pacientes puede regresar a casa inmediatamente después de la misma.
Bunionectomía
La bunionectomía o cirugía para la eliminación de juanetes es otra intervención del pie que puede tener beneficios tanto estéticos como funcionales. La mayoría de los pacientes que demandan esta intervención sufren de dolor crónico y problemas con el calzado. Un juanete es un bulto o protuberancia en la base del hueso del dedo gordo del pie que provoca un desplazamiento lateral de este dedo. Además de suponer un problema estético, los juanetes también causan dolor e inflamación. El cirujano, tras aplicar anestesia local, realiza una pequeña incisión alrededor de la articulación del dedo para reparar los huesos afectados. Para poder llevarlo a cabo empleará tornillos, una férula de yeso o placas para mantener el dedo en la posición correcta.
Tras la bunionectomía la mayoría de los pacientes experimenta menos dolor en el pie y les resulta más fácil realizar actividades cotidianas, como caminar. Sin embargo, el procedimiento no se recomienda a menos que se hayan agotado otras opciones. Es una cirugía seria que a menudo implica un tiempo de inactividad significativo.
Liposucción del dedo del pie
Tradicionalmente, la liposucción se ha empleado para eliminar los depósitos de grasa que no respondían ni a la dieta ni al ejercicio en el abdomen, los muslos, las nalgas… pero recientemente algunos médicos también han comenzado a ofrecerla para “adelgazar” los dedos pies, con el objetivo de que éstos parezcan más delgados y alargados.
Inyecciones de bótox
Este popular procedimiento mínimamente invasivo se usa para aliviar la hiperhidrosis o la sudoración excesiva de los pies. La toxina botulínica boquea la conducción nerviosa reduciendo temporalmente la actividad de músculos y glándulas sudoríparas. Las inyecciones de Botox se pueden aplicar en las plantas de los pies de la misma manera que se aplican en las axilas y las palmas de las manos. Se inyectan a unos 1,5 mm de profundidad, directamente sobre las glándulas sudoríparas.
Tratamiento láser
Cada vez son más los hombres que acuden a las clínicas para deshacerse de los conocidos como ‘pies de Hobbit’ mediante el uso del láser. Aplicando luz de baja intensidad -la más recomendable debido a que la dermis de la piel es bastante fina- se consigue la reducción del vello en los tobillos, el empeine y los dedos de los pies.
Rellenos de ácido hialurónico
Cuando las mujeres llevan tacones un 70% del peso corporal recae sobre el talón mientras que el otro 30% lo soporta la parte delantera del pie. El uso cotidiano de tacones hace que la almohadilla de grasa que hay en la planta del pie y que ayuda a amortiguar la pisada se vaya reduciendo. Con la aplicación de inyecciones de ácido hialurónico en aquellos sectores en los que la almohadilla de grasa se ha visto más afectada se consigue recuperar el volumen perdido.