Bombones de oro, obras de arte para paladares exigentes
El maestro chocolatero Juan Mari Iriarte elabora bombones y tabletas de chocolate Ekhi cubiertos de oro en su pequeño obrador de Bera.
¿Hay algo más exclusivo que el oro y más exquisito que un buen chocolate? El binomio es único y un ejemplo claro de que la fusión del lujo con la gastronomía, no tiene límites. Los bombones de oro de la firma navarra Ekhi son el resultado de que aún se puede sorprender a los paladares más exigentes con algo jamás pensado.
La idea fue del maestro chocolatero, Juan Mari Iriarte, que hace cinco años se planteó conseguir una creación única, una seña de identidad que ninguno de los mejores reposteros de España y Francia con los que se había formado, hubieran elaborado aún. Una puesta de sol en la costa francesa fue la que le inspiró para la creación de sus exclusivos bombones de oro: “La esfera luminosa, perfecta, del sol fundiéndose en el mar, me pareció un chocolate recubierto de oro. Así nació la marca Ekhi, que en esa zona significa ‘sol'”.
Pequeña producción artesanal
Su inspiración le ha llevado a dirigir un modesto obrador en la pequeña localidad navarra de Bera de Bidasoa, donde creció entre los productos de una pastelería familiar y donde ahora elabora sus creaciones de una manera absolutamente artesanal. “De momento no queremos crecer. Queremos seguir haciendo un producto exclusivo en el que no intervengan procesos industriales. Quiero que se respete el chocolate de origen, por eso solo utilizo materia prima de la mejor calidad”, explica.
Tal y como nos cuenta, los bombones están elaborados con chocolate puro de Perú de un proveedor ecológico y de comercio justo. En cuanto al oro, también es puro, de 23,99 quilates, y para quien se lo pregunte, no, no es perjudicial para el cuerpo humano, ya que lo elimina sin dejar ningún tipo de residuo en su interior. “Nuestros bombones pasan todo tipo de controles científicos. Utilizamos solo 0,12 micras de espesor de oro en cada una de las piezas, por lo que la experiencia es increíble y cero dañina”, aclara el maestro.
Un producto sin duda exquisito y llamativo desde su presentación, gracias a su exclusivo packaging diseñado expresamente para la firma. Con precios que oscilan entre los 80 y los 190 euros (las cajas de dos o nueve unidades), estas obras de arte comestibles se han hecho un hueco entre clientes a quienes les gusta lo diferente. De momento los productos Ekhi se venden a través de su página web, sobre todo como regalos de empresa o detalles especiales entre enamorados, pues una de las opciones más originales de su tienda es la caja de dos bombones con una ranura especial para el anillo de compromiso.
Tabletas de chocolate 100% de origen
Pero esto no es todo, ya que el amor por el chocolate de Juan Mari Iriarte le ha llevado a comercializar también tabletas cubiertas de copos de oro de chocolates 100% de origen procedentes de Ghana, Venezuela y Madagascar, muy diferentes entre sí. “El chocolate venezonalo tiene sabor a frutos secos y regaliz; el de Ghana es más ácido, con sabor a un cacao más puro; mientras que el de Madagascar sabe a frutos rojos. Cada uno es distinto, y lo importante es respetar su origen y su personalidad tan marcada”.
Así, Iriarte nos explica que el secreto está en la torrefacción: “La astringencia, el toque ácido, los matices a frutos secos, frutos rojos o el sabor a cacao son las principales propiedades del chocolate. Cada uno, dependiendo de dónde venga, tiene unos matices únicos que nosotros conservamos torrefactando a baja temperatura para no alterarlos. Amo el chocolate y defiendo que se respete lo máximo posible”.
De momento sus creaciones están patentadas en Europa, Emiratos Árabes y Estados Unidos y entre sus proyectos más inmediatos están su presencia en el salón Expobodas de Madrid y la realización de una serie limitada para Emiratos Árabes. Todo eso, claro, “si sigue la buena aceptación conseguida hasta ahora”.
*Fotografías cortesía de Ekhi chocolates.