Practica yoga a 190 metros de altura y rodeado de naturaleza
Un hotel de lujo en Singapur nos adelanta lo que podría ser una sana convivencia con la naturaleza, a precios razonables y con una exquisita arquitectura.
Poco a poco, los parámetros de sostenibilidad se van introduciendo en el ADN de una industria hotelera, consciente de que el compromiso que tienen sus clientes con el futuro del entorno es cada día más responsable y, por lo tanto, son más exigentes con lo que les rodea. Lo vimos en el Fogo Island Inn de Canadá, un entorno natural sin igual, donde la principal preocupación era la sostenibilidad. Hoy lo vemos en un hotel que se ubica en las antípodas: en la popular ciudad de Singapur.
El edificio que os mostramos se llama Oasia Hotel Downtown y está ubicado en el corazón del distrito central de negocios de Singapur. Toda una declaración de intenciones que pretende reflejar que la economía no tiene por qué estar enfrentada con la ecología.
Se trata de una torre recubierta de vegetación tropical, con especies de la zona, que se extienden por los paramentos verticales y horizontales distribuidos en forma de jardines o paredes, y configurando amplias zonas de recreo e interacción social. La promotora que está detrás de este magnífico hotel se llama Far East SOHO Pte Ltd, una mega empresa inmobiliaria de Singapur.
Lujo y ecología unidos en un hotel
El edificio, que mide 190 metros de alto, posee un total de 27 plantas y una superficie construida de 19.416 metros cuadrados (20.000 en números gordos). En su interior la torre alberga 314 habitaciones que van desde los 23 m2 de las Deluxe Room, hasta los 58 de las Superior Room. Y los precios de alojamiento por una noche están entre los 160 y los 330 euros.
El estudio de arquitectura detrás del rascacielos se llama WOHA, tiene sede en Singapur y está muy mentalizado de la necesidad de luchar contra la llamada emergencia climática. Desde su web presume de ser reconocido por sus diseños, porque promueven principios ambientales y sociales.
Además, a través de su cuenta de Instagram el estudio muestra con orgullo una familia de buitres del Himalaya que visitaba en enero de este año el hotel, encaramándose en sus zonas verdes, en lo que parece un ritual de apareamiento. En fin, si estas aves que alcanzan entre 2,5 y 3 metros de envergadura eligen el hotel… ¿No deberíamos hacerlo nosotros también?
Ver esta publicación en Instagram
Una fachada rodeada de naturaleza
La torre se concibió como un refugio para pájaros y animales, con el fin de introducir la biodiversidad dentro de la ciudad. Para lograrlo, se ha conseguido que el 100% de la superficie del edificio sea verde.
En otras palabras, la capacidad ecológica de este edificio compensa la falta de materia vegetal de diez edificios de similares características (es fantástico, reconozcámoslo). Esto se consigue gracias a una sincronizada malla de aluminio rojo que se distribuye por la superficie cilíndrica de la torre y que permite la implantación de 21 tipos de enredaderas.
Acompañando a estas plantas trepadoras, se intercalan flores de colores, que servirán como reclamo a insectos, alimento preferido de las aves (cada cual con lo suyo). Los entramados de aluminio se han ejecutado de forma que permiten la circulación de aire por el interior del inmueble, generando espacios distintos en las plantas, pero manteniendo un exquisito confort térmico, acústico y, por supuesto, medioambiental. En ningún otro hotel vas a respirar aire tan puro.
Cuatro terrazas y tres piscinas al aire libre
El complejo se terminó de construir en 2016, con una torre que posee cuatro terrazas de grandes dimensiones en las plantas 6, 12, 21 y 27. Esta última forma parte de la cubierta y es la terraza más impresionante de la torre.
No solo por la altura a la que se ubica, sino también porque está rodeada por una pantalla de 10 metros de alto que se corona con un carril circular, mediante el cual se facilitan las labores de mantenimiento y adecuación de la fantástica fachada. Además, esta pantalla acompaña la desenfadada concepción del edificio, que parece buscar la complicidad usuarios y transeúntes.
En las plantas 6, 21 y 27 del edificio hay cuatro magníficas piscinas. Ya sabemos que las piscinas al aire libre son obligatorias si quieres presumir de hotel… y casi diría de complejo residencial. Así que no es de extrañar que en ellas se haya apostado por uno de los mejores modelos de baldosas del mundo: las baldosas Chroma de la empresa Agrob Buchtal.
Son resistentes a los cambios térmicos más abruptos, fáciles de limpiar, antibacterianas, gracias a su recubrimiento Hytect; inodoras, libres de emisiones y resistentes a ácidos y lejías.
Una española ha diseñado el interior del hotel
Pero, si importante es la concepción y diseño exterior del edificio, no menos importante es habilitarlo para el uso, y en eso la interiorista asturiana Patricia Urquiola es toda una experta. Así que no es de extrañar que el diseño interior del hotel, incluyendo el de las piscinas, se le haya confiado a sus habilidosas manos.
En su web, Patricia explica cómo la diversidad de la ciudad y su entorno tropical la inspiraron para diseñar las cuatro zonas de la torres, destacando, mediante el uso de colores, la personalidad y contemporaneidad que posee el complejo.
Si te animas a disfrutar de esta impactante y ecológica arquitectura, tendrás que “sufrir” la tentación de bañarte en la piscina infinita de la planta 21; buscar la intimidad tropical de la planta 27; practicar yoga en la Sky Terrace de la planta 12; trabajar tu cuerpo y mente en el gimnasio de la planta 6; degustar lo que el OSO Ristorante tiene preparado; amenizarte en el Cin Cin Bar con alguno de sus 100 tipos de ginebra; o, para no seguir poniendo los dientes largos, pasar un agradable rato en su Club Lounge. En fin, arquitectura, ecología, disfrute y buen gusto. ¿Se puede pedir más?