La alta relojería se prepara para uno de los peores años de su historia
La crisis del coronavirus también está afectando a las grandes casas de relojería suiza que ven reducidas sus exportaciones y ventas.
En sus más de 200 años de historia, la industria de la relojería suiza ha sobrevivido a crisis, cracks bursátiles o incluso guerras mundiales. Sin embargo, ante la pandemia de coronavirus que estamos viviendo, los grandes grupos con marcas como Rolex, Omega o Cartier, y los independientes como Audemars Piguet o Breitling se enfrentan a una dura combinación de golpes económicos.
Cuando la relojería se estaba terminando de adaptar a las protestas políticas en Hong Kong, su mercado más grande, llegó la pandemia del Covid-19. Y con ella una crisis mundial que, aunque comenzó en China, afectará a todo el mundo, cambiando la manera de producir y vender, y cerrando miles de tiendas que conllevarán un aumento de los costes para gigantes como Swatch del Group AG y Richemont.
El coronavirus golpea a la industria de la relojería suiza
En el último mes hemos visto cosas inimaginables. Rolex ha cerrado todas sus plantas en Suiza y Richemont ha estado ofreciendo recortes de precios de hasta un 49% para relojes Cartier de segunda mano en Watchfinder. Las ferias en Basilea y Ginebra han sido canceladas. Incluso Swatch Group, el grupo que no despidió a nadie durante la última crisis, ha reducido la jornada al 70% de su personal.
Las marcas y grupos de relojería a nivel mundial se preparan para uno de los peores años de su existencia. Un periodo en el que se está poniendo en peligro una industria en la que trabajan más de 50.000 personas y que representa la décima parte de las exportaciones de Suiza. En febrero vimos cómo el número de piezas exportadas caía un 22% a nivel mundial, cuando tan solo China estaba afectada por el coronavirus. Sus ventas cayeron en 15 días un 52%, por ello, ahora que la globalización ha convertido el Covid-19 en pandemia, confinando a millones de personas en todo el mundo, el descenso puede ser mortal para muchas empresas del sector.
Fuerte descenso en las ventas
Ante un escenario mucho peor que la crisis financiera de 2008, Audemars Piguet está cerrando sitios de producción y oficinas en varios países. Hublot, propiedad de LVMH, también ha cerrado la fabricación hasta nuevo aviso.
Aunque poco a poco se está volviendo a la normalidad en Asia, la reapertura de las tiendas está trayendo consigo un descenso de las ventas del 60% en el mejor de los casos, y como afirmó Nick Hayek, presidente del grupo Swatch, llevará meses volver al consumo normal. «2020 sin duda será un año difícil en todo el mundo», dijo en el informe anual de la compañía. «Seguiremos siendo positivos en nuestra perspectiva a pesar de todos los obstáculos».
Los ingresos del primer trimestre de la industria de artículos de lujo caerán más del 30%, según las estimaciones de Rene Weber, analista de Bank Vontobel AG. La demanda sufrirá de una manera que nunca antes habíamos visto, pero la pregunta principal es: ¿Cuánto durará?