Salir sin secuelas del confinamiento, ¿cómo sé si necesito un psicólogo?

Uno de cada cinco españoles estaría en riesgo de padecer una depresión tras el confinamiento y por tanto, de necesitar un psicólogo post confinamiento.

Ana Villarrubia. 14/05/2020

Estamos ante el principio del fin. Aunque un fin muy particular, aún incierto, plagado de potenciales sustos, con posibilidad de vuelta atrás, entre medidas de precaución sin precedentes, y con un horizonte económico más que preocupante. A causa de todo ello, y de las decenas de consecuencias colaterales de esta crisis sanitaria (algunas de las cuales han resultado ser increíblemente dolorosas y dramáticas) son muchas las consultas telemáticas que hemos podido atender con éxito durante los dos meses que ha durado este confinamiento. Sin embargo, son también muchas las personas que no han podido recibir ningún tipo de apoyo por parte de un psicólogo durante estas semanas, a pesar de lo provechosa que podría haber sido esa ayuda para ellas.

Los niños, el teletrabajo… muchas personas no son conscientes de la carga psicológica a la que han estado sometidas

Situación nada propicia para la terapia

Los reducidos espacios en las casas, la falta de intimidad, un ambiente familiar no necesariamente idóneo, una gran carga de responsabilidades con los niños en casa, el teletrabajo… Todo ha hecho que muchas personas interrumpiesen sus terapias. También que descartasen la posibilidad de recurrir a algo que, sin duda, iba a ayudarles, pero también a ocuparles un poco más.

Por otro lado, otro gran grupo de personas no ha sido siquiera conscientes del impacto que esta situación iba a tener sobre su estado emocional. Han sobrevivido, como han podido, a una situación tan incómoda como excepcional. Y, ahora, algunos estudios científicos empiezan a ponerle cifras tangibles a lo que los psicólogos veníamos respirando a nuestro alrededor. Los datos son alarmantes.

El confinamiento nos va a pasar mucha factura psicológica

Depresión y ansiedad, cada vez más frecuentes

Un estudio de la Universidad Complutense de Madrid publicado el pasado viernes nos permite atisbar la inmensa herida psicológica que esta crisis ha dejado en nuestro país. Se realizaron encuestas telefónicas a más de 2000 personas de entre 18 y 75 años, entre el 8 y el 10 de abril de este año. Menos de un mes después de decretarse el estado de alarma en España.

En ellas, un equipo de investigadores encontró que el 22,1% de la población española mostraba elevados síntomas de naturaleza depresiva, y que el 19,6% de los españoles evidenciaba síntomas relevantes de ansiedad. Estaríamos hablando de que 1 de cada 5 españoles estaría en riesgo de padecer una depresión. Además, una proporción casi idéntica sería vulnerable frente al padecimiento potencial de un trastorno de ansiedad.

Si todo se te hace cuesta arriba, plantéate la ayuda de un psicólogo

Cómo gestionar la desescalada

De cómo se produzca ahora el proceso de adaptación y de recuperación de actividades cotidianas fundamentales dependerá que esos síntomas se intensifiquen o, por el contrario, se disipen. En este último caso quedarían como un cuadro transitorio frente a una situación tan atípica como la que hemos vivido.

Queda por ver ahora si una parte de todas esas personas es capaz de canalizar y gestionar sus emociones y organizar su vida de nuevo. O si por el contrario puede necesitar de ayuda de un psicólogo en este proceso.

Si volver a la normalidad no te motiva, quizás necesites ayuda

¿Necesito un psicólogo?

¿A qué señales debemos atender para saber si somos candidatos idóneos para recibir ayuda de un psicólogo en la superación de esta crisis? No dudes en consultar con un profesional en los siguientes casos:

  • Sientes que las actividades que antes te costaba muy poco realizar resulta que ahora se te antojan más complicadas que subir al Everest.
  • A pesar de que recuperas algo de normalidad y ajustas tus horarios, sigues teniendo problemas de sueño. Estos hacen que no puedas funcionar adecuadamente en el día a día.
  • Sientes un inmenso bloqueo y no consigues ocuparte en nada, hayas recuperado tu trabajo o no.
  • Te asaltan miedos que jamás imaginaste que podías experimentar, y te impiden desarrollar algunas de tus actividades cotidianas.
  • Todo aquello que antes tantas ganas tenías de hacer (hacer deporte, ver a tu familia, quedar con amigos…) ahora ha perdido todo o gran parte de su valor.
Volverá la normalidad y volverán las ganas de hacer cosas

Que la angustia no pueda contigo

  • Las emociones que experimentas en el día a día generan tanta desesperanza o tanta angustia que te impiden funcionar.
  • Las emociones incómodas que has experimentado a lo largo del confinamiento no solo no se disipan lentamente y se transforman, sino que parecen intensificarse.
  • No sabes de dónde sacar las fuerzas para echar a andar en alguna dirección. Todo a pesar de los cambios objetivos que tu vida ha tenido que sufrir a causa de la crisis.
  • A causa de tus proyectos interrumpidos o rotos, notas que has perdido la motivación hasta el punto de que has llegado a sentir que nada merece la pena.
  • Si antes del confinamiento acumulabas conflictos sin resolver y ahora que llevas dos meses encerrado sientes que todo es mucho más difícil todavía.

Tanto si te encuentras en algunas de las situaciones descritas, como si simplemente notas que necesitas resolver algunas cosas para poder avanzar y no lo consigues, este es el momento de prevenir un problema mayor. Este es el momento de acudir a un psicólogo y superar una crisis sin que ninguna de sus consecuencias se cronifique.

*Fotografía Caleb George 

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