El observatorio con forma de escalera de caracol más increíble de China
El gigante asiático inaugura un nuevo edificio de vanguardia, un mirador al que se accede por una inmensa escalera de caracol de doble vuelta.
Mucho han mejorado los materiales con los que construimos nuestros edificios. Mucho. Ni el hormigón de nuestras estructuras es el mismo que utilizó William Wilkinson en 1854 para registrar su patente de forjados de hormigón reforzados con hierro; ni los cristales de hoy se parecen a los utilizados en las ventanas del siglo XVII, aunque éstas existieran desde antes del Imperio Romano. Por ello, al mirar los maravillosos inmuebles vanguardistas, es bueno pensar que la arquitectura depende, en gran medida, de los medios que poseemos y de la era en la que vivimos.
La torre observatorio de escalera de caracol de Jiangxi
La última vez que disfrutamos de la moderna arquitectura china fue a principios de año, cuando visitamos el rascacielos horizontal de Chongqing. Hoy volvemos al gigante asiático para descubrir otra joya de la arquitectura, una más pequeña, pero que perfectamente podría rivalizar en importancia, ya se sabe que no siempre el tamaño importa.
Esta nueva joya la encontramos en la capital de Jiangxi, Nanchang, y se trata de una torre observatorio, como la horizontal, pero diez veces más pequeña, dado que sólo alcanza los 35 metros.
Lo más destacado, la escalera de caracol
¿Y qué puede haber tan importante en una torre de 35 metros en el país del mundo que más rascacielos construye? Pues, ni más ni menos que una escalera. Una simple y espectacular escalera de caracol de doble vuelta que circunda el edificio hasta su coronación. Una antigua y, al mismo tiempo, moderna forma de salvar la distancia que hay desde la cota cero hasta el punto de observación, desde el cuál contemplar la ciudad de Nanchang, sus extensos humedales, y la sombra de una antigua y venerada construcción: La pagoda de Wanshou.
Pero vayamos al principio, cuando la empresa China Vanke Co., Ltd., se vio en la necesidad de incorporar a su desarrollo urbanístico en la ciudad un lugar de ocio y esparcimiento social. Y es que 70.000 metros cuadrados de zona urbana bien merecen un respiro, máxime cuando se ubica a pocos pasos de un extenso y protegido parque, el Elephant Lake Wetland Park.
Una construcción rápida que costó 12.36 millones de euros
Para configurar un espacio de calidad se apoyaron en una empresa de gran solvencia internacional, que al mismo tiempo tuviera frescura para implantar un modelo acorde a los actuales estándares de sostenibilidad. Se trata de Nordic – Office of Architecture, que se encargó del trazado urbano de la zona, y del diseño y desarrollo del complejo denominado Nanchang Waves.
Una de las singularidades de esta incursión arquitectónica ha sido la rapidez, dado que en poco más de un año se pasó del boceto en papel, a la inauguración del edificio el pasado mes de enero. De esta forma, se consolidaba una inversión de más 12,36 millones de euros en una construcción de 5.844,80 metros cuadrados. Es decir, unos 2.114 euros por metro cuadrado. Una suma espectacularmente baja para el desarrollo.
Cafés, galerías, tiendas y la estrella: el observatorio
Nordic Office, con el arquitecto noruego Thomas Lindgård Fagernes como persona principal del proyecto, nos explica que el complejo se ubica en un muelle flotante, y que consta de una planta baja distribuida longitudinalmente, de forma sinuosa, imitando a la naturaleza que le rodea. Además, alberga cafés, galerías, retail, jardines, zonas de agricultura para las escuelas del vecindario, un anfiteatro y espacio para eventos. Todo un desarrollo que culmina en la torre de observación, un monolito blanco que sostiene un ovni acristalado para disfrutar de 360 grados panorámicos.
La actuación simboliza tres elementos naturales. El agua, que rodea la parcela y circula por las sinuosas curvas construidas; la tierra, las instalaciones comerciales; y el cielo, la torre. Sin embargo, los arquitectos lo expresan de otra forma: «cada uno de los nodos del paisaje contiene funciones para personas de diferentes edades y proporciona experiencias espaciales interesantes y memorables«. En mi idioma, que está hecho para todo el mundo, sin importar la edad.
Una escalera de caracol de doble vuelta que culmina en el observatorio
Por supuesto, el hito contemporáneo para la nueva parte de la ciudad, es la torre de observación, que crea una experiencia nueva y antigua: disfrutar de las vistas mientras subes por la escalera, una escalera de caracol de doble vuelta que permite la colocación de puntos de observación en cada descansillo.
Al llegar arriba, una sala circular te brinda la posibilidad de ver los humedales de la región a través de grandes ventanales. Cristales que se unen a los que se distribuyen a modo de barandilla durante todo el recorrido de la escalera, y que permiten la visibilidad del complejo en sus fachadas comerciales.
Una estructura muy bien ejecutada que permite ubicar unos increíbles ventanales
La empresa Rambøll, que contribuyó como consultora estructural, nos indica que la complejidad principal de la construcción requería de una estrecha colaboración entre arquitectos, promotores e ingenieros. Cuentan en su web que la escalera de doble hélice tiene 7 metros de ancho, y a través de ella se llega a la plataforma de observación de 675 metros cuadrados de superficie construida. Pero eso no es todo, también nos enseñan infografías del diseño estructural.
De estas infografías deducimos que la torre se compone de una columna vertebral circular, ejecutada con hormigón armado, cuyo diámetro es 6,5 metros, y cuyo grosor alcanza los 50 centímetros. A esta columna se incrustan las cerchas de distintas dimensiones que configuran el soporte de las escaleras y, al final del recorrido, dos estructuras de acero circulares, unidas mediante una cercha vertical interior, sirven de suelo y cubierta. Una forma que define el «donut» en el que se convierte la plataforma, y que permite la transmisión de fuerzas, sin tener que cargar en la fachada, para poder ubicar los fantásticos ventanales circulares.
Materiales de siempre y construcciones modernas
Para terminar, la torre está recubierta de paneles de hormigón reforzado, lo que hemos llamado en otras ocasiones GRC. Etos paneles maximizan la durabilidad del hormigón, proporcionando también un tacto cálido y un aspecto inmejorable.
Al final, vemos que, con los materiales de siglos pasados, se ha creado en China una plataforma de observación acorde a la era que vivimos, moderna y didáctica, que enseña cómo pueden ser los espacios comunes del futuro. Eso sí, lo mejor es ver cómo las tiras led´s, que han distribuido por la torre y los parques, dan calidez al complejo por la noche.
*Imagenes cortesía de Schran.