Isabel II desposee de un título a Harvey Weinstein
La Reina de Inglaterra ha esperado unos meses para eliminar la distinción honorífica que premiaba al productor de Hollywood por su conducta ejemplar.
Harvey Weinstein, que se encuentra actualmente cumpliendo una condena de 23 años por violación y agresión sexual en una prisión en el estado de Nueva York, ha sido desposeído de un título honorífico que le otorgó la reina Isabel II hace casi 20 años. La soberana, en 2004, había otorgado al productor de Hollywood el rango de Comandante Honorario del Imperio Británico. Un título que su graciosa majestad ha decidido ahora rescindir y cancelar. También ha pedido que se borre del registro de la Orden, según informa la Biblia del espectáculo, Variety.
El premio lo otorga la Reina a aquellos que han contribuido de una forma distinguida e innovadora a fomentar su campo profesional. El galardón tiene unas pautas a seguir porque estos beneficiarios honorarios establecen que están destinados a ser y seguir siendo ciudadanos modélicos y ejemplos a seguir. Pero estos honores también pueden rescindirse por varias razones.
La condena de Weinstein no es compatible con el título honorífico
Por ejemplo ser condenado por un delito, un comportamiento censurable por parte de un organismo regulador o profesional. O cualquier otro que se considere que desacredite el sistema de los honores. Esta decisión debe de tomarla un comité de confiscación. Y ese comité ha tenido en cuenta el hecho de que los tribunales declararon culpable a Weinstein por varios delitos y condenado a una pena de prisión, que supera con creces los tres meses e incumple el sistema de adjudicación de los citados galardones.
El futuro de Harvey Weinstein no se puede decir que vaya a ser muy halagüeño. En su momento, recibió la acusación de más de cien mujeres por abusar sexualmente de ellas. Mujeres que habían trabajado con él o que formaban parte de Hollywood. Incluso actrices famosas denunciaron unas prácticas que acabaron dando forma al movimiento #MeToo que no sólo afectó al productor cinematográfico. Porque al parecer las prácticas de Weinstein eran «demasiado populares» entre directivos del sector cinematográfico, actores, actrices y empleados de todo tipo.