John Travolta recuerda a su difunta esposa en su cumpleaños
El actor recuerda a su mujer Kelly Preston, fallecida el pasado mes de julio, con un cariñoso mensaje en Instagram.
John Travolta, de 66 años, homenajeó ayer martes a su difunta esposa, Kelly Preston, en lo que habría sido su 58 cumpleaños. La estrella de Grease publicó una foto de la boda de sus padres junto a una instantánea de la suya con Preston y escribió: «¡Feliz cumpleaños cariño! Encontré esta foto de la boda de mis padres. Fue muy agradable ver las dos imágenes juntas. Todo mi amor, John». Kelly Preston falleció el 12 de julio pasado después de una batalla llevada con extrema discreción durante dos años contra el cáncer de mama. Después de su fallecimiento, Ella, la hija de 20 años de la pareja, alabó el coraje de su madre.
«Nunca he conocido a nadie tan valiente, fuerte, hermoso y cariñoso como tú», publicó Ella en Instagram. «Cualquiera que tenga la suerte de haberte conocido o haber estado alguna vez en tu presencia, estará de acuerdo en que tenías un brillo y una luz que nunca dejarán de apagarse y que hace que todos los que te rodean se sientan instantáneamente felices. Gracias por estar ahí para mí, pase lo que pase».
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John Travolta se apoya en sus hijos para superar la ausencia de su mujer
La pareja, que se casó en 1991, también tiene otro hijo, Benjamin, de 9 años. El matrimonio de Kelly Preston y John Travolta tuvo otro hijo, Jett, que padecía la enfermedad de Kawasaki y murió de forma repentina en 2009 a la edad de 16 años durante unas vacaciones familiares en las Bahamas. Desde que falleciera su mujer, John Travolta ha reducido al máximo su presencia en redes sociales.
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El actor ha compartido durante el verano apenas un par de fotografías en las que se le ve junto a su hija y celebrando un cumpleaños junto a unos amigos. Su hija Ella está siendo un gran apoyo para superar la ausencia de su mujer. «Mi hija Ella y yo bailando en memoria de mamá. Una de las cosas favoritas de Kelly, bailar conmigo», escribía John Travolta junto a un vídeo en el que padre e hija compartían unos minutos en la pista de baile.