La exquisita colección de objetos decorativos y cotidianos de Cartier

La casa francesa Cartier lanza una colección de objetos cotidianos y decorativos inspirados e ilustrados con sus símbolos más icónicos como la doble C, la pantera o el Bellboy.

Elisa Ventoso. 16/11/2020
Foto: Cartier

Loewe con la decoración, Louboutin con los perfumes… Son varias las marcas de lujo que han diversificado su actividad atreviéndose con elementos que, a priori, poco tienen que ver con su producción. El último ejemplo lo tenemos en la firma joyera Cartier, que acaba de lanzar su nueva colección de objetos de regalo y decorativos. Una línea de artículos que responden al deseo de complacer y disfrutar a quien los adquiere o los recibe. Cuatro lotes inspirados en la decoración, la escritura, la infancia y el juego que cuentan con la belleza, la delicadeza y el savoir affair de la selecta casa francesa.

Los tonos dorado y rojo, símbolos de la maison. Foto: Cartier

Una larga tradición

Pero el gusto por este universo alejado a priori de la joyería, no es nuevo para la firma. De hecho, en 1880 Cartier se interesó por los objetos cotidianos. Frascos de perfume, polveras, tinteros y artículos de papelería a los que dedicó un salón en Nueva York. En los años treinta, poco después de la creación del departamento S (de Silver), destinado a la producción de regalos de lujo y objetos útiles como encendedores, relojes de bolsillo y cinturones, Louis Cartier, nieto del fundador, mencionó la importancia que otorgaba a los accesorios durante una entrevista concedida a la prensa.

No solo hacemos joyas. Debo decirle, señor, que una joyería como la nuestra es tan capaz de adornar los hombros de una mujer con un collar deslumbrante como de llenar su bolso con una polvera, un espejo, un bonito peine e incluso tarjetas de visita. Todo caracterizado por el mismo sello de originalidad y arte, aseguró.

Para decorar o para escribir, los nuevos objetos de Cartier son ideales. Foto: Cartier

Una colección de objetos llena de iconos de Cartier

Así, la firma recurre ahora a algunos de sus iconos como la pantera, la doble C convertida en cinta o el bestiario para crear piezas únicas. Elementos que evocan la historia y el universo Cartier fabricados en metal, porcelana, piel, papel o cachemira. Todos ellos materiales elegantes y especialmente duraderos, que garantizan su perdurabilidad en el tiempo.

Desde principios del siglo XX, los animales han estado presentes en la historia de Cartier. Aparecieron en pequeñas esculturas de piedra y objetos decorativos diseñados por Louis Cartier y ahora inspiran la colección para bebés. Una mariposa, un conejo, un panda y un zorro se imprimen en un sonajero, un marco de fotos de plata, un cubilete, unas cucharas y una manta de cachemira dando personalidad a quizás, los objetos más sutiles y delicados de este lanzamiento.

La pantera, el bellboy o el color rojo son algunos de los iconos de Cartier. Fotos: Cartier

La pantera y la doble C, símbolos de la Maison

Y si hablamos de símbolos, tenemos que citar a la mítica pantera de Cartier, símbolo creativo de la maison desde 1914. Ahora toma los colores blanco, negro, verde y rojo y aparece en bandejas, sellos para tinta, el juego del solitario, un jarrón u objetos de papel. De hecho, para quienes sientan el placer de la escritura, Cartier ha creado varios objetos que preservan su tradición. Desde las primeras plumas estilográficas hasta las últimas ediciones del departamento Stationnary de Cartier Nueva York, ahora ofrece libretas, cajas de lápices, sellos para tinta, papeles y tarjetas de invitación.

Todas ellas decoradas con otra de las improntas de la casa y de esta colección, la doble C que se convirtió en el monograma de Cartier y que ahora se convierte en una cinta. Un símbolo presente en objetos de papelería como las libretas rojas o azul marino, elementos de porcelana como bandejas y jarrones; o artículos de madera lacada como joyeros y estuches para relojes. Y para el ocio, la casa joyera apuesta por algunos de los juegos más míticos de la historia como el solitario de bolas o los cubos. Ambos en tonos rojos y dorados, fetiches para Cartier desde su nacimiento, al igual que el bellboy.

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