Chanel Nº5: el perfume más famoso del mundo cumple 100 años
La icónica fragancia celebra su centenario financiando distintos trabajos de mejora de la espectacular Rosaleda del Real Jardín Botánico de Madrid.
Cumplir 100 años solo lo logran muy pocos y el primer perfume creado por la ávida y emprendedora Grabrielle Chanel puede presumir de ello. Su historia comenzó en 1921 cuando la modista pidió un perfume a Ernest Beaux, perfumista de los zares. Él le propuso varias opciones pero a ella le gustó la número 5. Y la fragancia se quedó con ese nombre. Su lanzamiento al mercado supuso un hito y desde su nacimiento el Chanel Nº5 sobrevivió a modas y a guerras.
Y es que este perfume “diseñado por una mujer para una mujer“, tal y como decía Chanel, cambió el gusto olfativo de las mujeres de la época. Todos los aromas existentes entonces se quedaron obsoletos, rancios. Comenzaba con él una revolución. Una manera diferente de hacer las cosas.
Marilyn Monroe lo convirtió en un mito
Es difícil cuantificar el impacto económico en las ventas -además del impresionante posicionamiento reputacional- que tuvieron las famosas declaraciones de ‘La ambición rubia’ al periodista de la revista Life, en 1952. Sus palabras: “Solo me acuesto con unas gotas de Chanel Nº 5“ calaron hondo. Tanto, que a día de hoy hablar del Chanel Nº5 es evocar inconscientemente a la actriz. Entonces, millones de mujeres que deseaban parecerse a ella al fin podían tener algo en común: compartir el mismo perfume.
Pero no solo conquistó a Marilyn, también otras figuras como Andy Warhol elevaron su fama. Él, por ejemplo, lo hizo serigrafiando su frasco convirtiéndolo en un icono del arte pop. No obstante, no ha habido embajadora igual para el perfume a pesar de que la maison haya contado para ello con mujeres bellas, evocadoras y con personalidad. Es el caso de Carole Bouquet, Catherine Deneuve o Marion Cotillard, imagen actual del perfume más famoso del mundo. La firma también rompió moldes en 2012 cuando eligió a Brad Pitt como imagen publicitaria de su Chanel Nº5, ya que era la primera vez que un hombre era la imagen de un perfume femenino.
El primer perfume en ocupar un espacio en un prestigioso museo
Ocurrió en 1959, cuando el MoMA de Nueva York decidió que el packaging del Chanel Nº 5 era digno de ocupar un lugar destacado de sus instalaciones para deleite de los visitantes. A través de su historia, su imagen y su esencia misma, este perfume sigue siendo el telón de fondo de innumerables historias. Su fórmula es secreta, un tesoro que guarda con recelo la firma francesa. No obstante, se conoce que la rosa es uno de sus principales ingredientes.
Desde la creación de este perfume en 1921, Chanel nunca dejó de velar por la calidad de las materias primas utilizadas. En 1987 se firmó un acuerdo de colaboración con Grasse, el mayor productor de flores del mundo, para mantener los cultivos de la rosa centifolia de mayo y el jazmín, y preservar así la misma calidad olfativa del extracto del Chanel Nº 5 original.
El centenario de Chanel Nº5 en el Real Jardín Botánico de Madrid
Con motivo de la celebración del centenario de su creación, la firma ha financiado el proyecto de restauración de la Rosaleda ubicada en el Real Jardín Botánico del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC). Un lugar único creado gracias a la donación de la marquesa Blanca de Urquijo en 1977, que ocupa 2.800 m2 en un lugar privilegiado de Madrid. En esta época del año, disfrutar de la floración y el olor de más de 340 especímenes de distintas especies es toda una experiencia primaveral en la capital.
Así, gracias a este acuerdo se han renovado los caminos y el sistema de riego además de mejorar el estado de los rosales. Además, se han adquirido 22 rosales, entre los que se encuentran especies botánicas y variedades híbridas de gran relevancia en la historia de la rosa y que incrementan el valor de la colección del Jardín. Es el caso de Summer Damask, la primera rosa de Damasco, o Old Brush, una rosa china que Europa importó en el siglo XVIII y que permitió a las rosas europeas antiguas la anhelada floración repetida.
El cultivo actual de rosas en el Real Jardín Botánico tiene una función ornamental. Sin embargo, al principio del siglo XIX las rosas que aquí se cultivaban se utilizaron para la obtención de perfumes con destino al palacio real.