Ángel de la Guarda, las sandalias artesanas repletas de color

Las sandalias y calzado de Ángel de la Guarda se han hecho un hueco en un verano repleto de color.

(Foto: Ángel de la Guarda)

La necesidad como virtud o el destino. Hay momentos en la vida en los que el rumbo varía y debes adaptarte. El aire no siempre sopla a favor. Son frases repletas de sentido y que marcan la cultura empresarial de una firma de moda española que ya tiene su propio hueco entre las exitosas marcas de calzado del país. Ana Salvador es el alma de Ángel de la Guarda. Su motor y su fuente de inspiración.

Ana sufrió un accidente de moto a los 14 años y las secuelas que sufrió en una pierna hicieron que no pudiera vestir cualquier tipo de calzado. Aquello despertó su creatividad y comenzó a adaptar el calzado que le gustaba. Con el paso del tiempo, descubrió un mundo fascinante que hace cinco años tomó forma como empresa. Ella misma nos lo cuenta…

La idea surgió tras un accidente de tráfico. Foto: Ángel de la Guarda

«Empezamos con algunos ahorros y mucha paciencia»

The Luxonomist: ¿Cómo nace Ángel de la Guarda?
Ana Salvador: El proyecto nace en Barcelona, hace apenas 5 años. Y nace como alternativa para relajarse después del trabajo. Hacía tiempo que diseñaba mis propias sandalias. Descubrí un mundo que me fascinó. Con 14 años tuve un accidente de moto que me destrozó la pierna…  No me podía poner las sandalias que me gustaban. No me resigné a tener que ir siempre con «ugly shoes» o con modelos ortopédicos. Por aquel entonces ya compraba sandalias y zapatos y los rediseñaba para que se adaptasen a mi pie.

TL: ¿Quiénes estáis al frente de la firma?
AS: Una pareja que es socia y un equipo de amigos que colabora en el proyecto…

TL: ¿Tuvisteis financiación externa para el proyecto?
AS: No. No hubo financiación bancaria. Empezamos con algunos ahorros y mucha paciencia. Por eso, hemos tenido un crecimiento muy controlado y lento… vamos poco a poco.

TL: ¿Quién diseña los productos? 
AS: Yo misma. Soy la diseñadora de la sandalias, del logo, del packaging… de la propia marca en sí… Concibo «Ángel de la guarda» como un todo e intento trasladar nuestra esencia mediterránea a cada uno de los elementos que la forman.

Los diseños tienen inspiración mediterránea. Foto: Ángel de la Guarda

«Mi parte creativa nació en el taller de alta costura de mi madre»

TL: ¿Dónde encuentras la inspiración?
AS: Todas nuestras inspiraciones tienen una base muy mediterránea. La propia combinación de colores de la naturaleza; los tonos del mar. A veces una simple pieza de artesanía, una joya o un cuadro inspira una nueva forma de sandalia. Siempre es mirando al mar. En ese momento empiezan a fluir todos los sentidos y a nacer las creaciones. Creo que es el momento en que encuentro la paz. No hay un método. Creo que mi parte creativa nació en el taller de alta costura de mi madre. De pequeña, la acompañaba a ver muestrarios. Recuerdo estar siempre rodeada de brocados, bordados, rasos y sedas.

TL: En vuestro amplio muestrario se pueden ver igualmente modelos son étnicos y otros sofisticados… 
AS: Sí, pero eso responde a mi propio carácter. Me gusta ir con vaqueros y camiseta y unas sandalias muy coloristas que rompan… pero de noche me encanta el negro, el plata, el oro y poner un poquito de sofisticación. Hay momentos en los que apetece ponerse más guapa.

TL: ¿Alpargatas para cualquier momento del día o de la noche?
AS: Por supuesto. Es el calzado más cómodo que existe. Y con el tiempo y algunos referentes de la moda, se ha demostrado que puedes ir muy bien vestida, muy elegante y muy cómoda con sandalias de yute… O forraditas. Esa era precisamente nuestra intención, hacer un calzado muy cómodo con diferentes estilos para que pueda abarcar desde un look casual, mañanero, pero con un toque original y una pizca de sofisticación. Y después vestirte hasta para una boda. ¿La diferencia? Una piel más fina, un bordado más cargadito y una pizca de brillo. Buscamos la elegancia y la originalidad en los tonos y los bordados. Y por supuesto la comodidad en la horma y en el patrón.

Ángel de la Guarda
Elegantes, coloridos y actuales, así son sus diseños. Foto: Ángel de la Guarda

«Somos artesanos y debemos ir lentamente»

TL: ¿Qué tipo de materiales usáis en la fabricación?
AS: Nuestra obsesión por la calidad y el confort nos lleva a buscar materiales de origen natural como las pieles, la rafia, el yute, el corcho o el caucho.

TL: ¿Fabricáis en España?
AS: Por supuesto. Sí rotundo. Por calidad, por control y seguimiento. Y porque creemos firmemente que España debe volver a tener una producción local y un sector de la moda fuerte. Queremos poner nuestro granito de arena. Estamos cerca de Barcelona, en un pueblo del Maresme. En Alella, mirando al Mar.

TL: ¿Cómo distribuís vuestras creaciones? Vendéis online, en tiendas…

AS: Nuestro cliente era exclusivamente el sector retail. Boutiques de moda con un punto “diferencial” y tiendas en zonas turísticas con un cliente que busca “cosas diferentes”. En la Costa Azul, Baleares, Islas Griegas o en grandes ciudades como Barcelona, Madrid, Nueva York, Amsterdam. Pero llegó el Covid-19 y todo cambió. En nuestro caso nos afectó mucho. La caída fue muy fuerte… así que en este 2021 iniciamos nuestra andadura online pero sin perder nuestra esencia. Somos artesanos y debemos ir lentamente. Trabajamos sobre pedido, no estocamos… queremos mantener esa esencia. El cliente elige las sandalias y nos ponemos a producirlas. Entregamos tras siete días laborables. Una espera que merece la pena. Lo entienden y apoyan…

TL: ¿Dónde os imagináis Ángel de la Guarda en 5 años? ¿Qué planes de expansión tenéis?

AS: Pues con la misma esencia pero sin preocupaciones. Alcanzando un volumen de ventas que nos permita consolidar la marca y seguir ampliando la cartera de productos… Ángel de la Guarda es un estilo de vida.

Sus sandalias tienen mucha personalidad. Foto: Ángel de la Guarda

«Cuando nuestras clientas prueban la sandalias, ya no miran otro estilo»

TL: ¿Internacionalización: es un sueño, es una realidad, es posible en esta situación de pandemia? 
AS: Vendemos muy bien en Francia y Costa Azul. Nuestra ilusión es conseguir un reconocimiento de marca en Europa y Estados Unidos que nos permita colocar las sandalias en un perfil de tienda muy marcado: calidad, diseño y orientación al cliente. Con un público objetivo que cuida los detalles, elegante, pero que quiere ir cómoda… y por supuesto, que busca cosas originales, sentirse diferente… con una personalidad muy clara.

TL: ¿Hay mercado para las sandalias o las alpargatas de lujo?
AS: Otro sí rotundo… La palabra alpargata a veces da una percepción de sport o campestre. Nada más lejos de eso… El yute y el corcho son productos naturales mucho más costosos que un tacón de poliuretano forradito. Pero el mercado lo desconoce. Y además, son infinitamente más cómodos. Nosotros les llamamos sandalias de yute o forradas.

TL: ¿Cuál es para vosotros el mayor reto al que os enfrentasteis al empezar con la marca?
AS: Que el mercado se creyese que eran muy, muy cómodas. Aunque llevasen tacón. Y eso, lo hemos conseguido con creces. Hay una repetición de compra continuada. Cuando nuestras clientas prueban la sandalias, ya no miran otro estilo: se sienten guapas, elegantes y cómodas. Esa era nuestra obsesión.

TL: ¿Sois una marca de nicho o con aspiraciones globales?
AS: Somos marca de nicho. Nuestro estilo y trabajo es muy complicado: los bordados son muy trabajados, las pieles tienen un precio elevado. Trabajamos cuidadosamente cada par. No nos podríamos hacer muy grandes. Queremos trabajar de “10” para nuestro nicho. Crear sandalias para ir guapa al trabajo, para la noche y eventos. 

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