El nuevo contrato millonario de Harry que pondrá en jaque a la familia real

El príncipe Harry está dispuesto a contar toda su verdad. Y además varias veces y con múltiples enfoques si es preciso. El Daily Mail ha descubierto que el Duque de Sussex tiene firmados varios contratos para escribir al menos cuatro libros. Así, el de memorias anunciado la semana pasada, que será escrito por JR Moehringer y distribuido por Penguin Random House, sería sólo la punta del iceberg.

El propio Harry habría dirigido las negociaciones desde su millonaria mansión de Los Ángeles. El citado medio británico estima que por «su actividad editorial» podría ingresar entre 18 y 29 millones de libras.

Las editoriales saben que el príncipe Harry es un filón

Los que saben del poder de atracción que tiene el personaje, no escatiman en calificar a Harry como «un buen partido para cualquier editorial que quiera hacer negocio«. Es un tipo rico, poderoso, famoso y encima, enojado con su familia. Que además es la familia real británica.

Diversas fuentes editoriales consultadas por el Daily Mail aseguran además que para que todo vaya como la seda, es muy importante que Harry cuente con la complicidad de quien vaya a escribir los libros. En el caso del premiado JR Moehringer, dicen que él y Harry congeniaron desde el principio. Aseguran que habrían sido George Clooney y su mujer Amal, amigos de los Sussex, quienes les habrían presentado.

Un acuerdo para escribir cuatro libros

El acuerdo alcanzado entre Harry y los editores establecería incluso la publicación de un libro, del que se desconoce el contenido, a la muerte de la reina Isabel II. Algo que habría dejado atónitos a muchos en Buckingham y alrededores. La propia Reina y los miembros de mayor rango de la familia habrían demostrado en privado el enfado y preocupación con los planes editoriales de Harry y su esposa.

Todos son conscientes del daño que ha producido la entrevista que ambos concedieron a Oprah Winfrey; y no descartan incluso nuevas acusaciones por su parte, como las denuncias, sin pruebas, de racismo institucional.