Nata Moreno: «Ara Malikian es mi amor, pero también es un gran maestro»

Amalia Enríquez. 03/09/2021

Tras unos cantos años sumergida en la dirección, Nata Moreno vuelve a subirse a un escenario con los nervios propios de “la primera vez”. Después de un 2020 exitoso, en el que consiguió todos los premios soñados, incluido el Goya, por el documental sobre su pareja, Ara Malikian, una vida entre las cuerdas, ahora estrena El alivio o la crueldad de los muertos, en los Teatros del Canal en Madrid, dirigida por el también actor Rubén Ochandiano

The Luxonomist: Contigo no va la leyenda de “quien mucho abarca, poco aprieta”. Directora escénica y de cine, guionista, actriz, productora… ¿Qué te dan las artes que no encuentras en otra actividad de la vida?
Nata Moreno: Añado a eso que dices que también soy madre y deportista (risas). En las artes puedo expresarme tal y como soy. Todas las formas de las artes me permiten ser y estar bien, casi las utilizo también a nivel terapéutico. Es mi droga, mi alegría, mi forma de mirar la vida. Todas las artes me deleitan, me chiflan, me encantan. Yo quiero pertenecer a ese mundo, ser eso. La palabra artista es algo muy grande para mí, pero lo intento. Hay mucho prejuicio con etiquetar a las personas en un solo sitio y uno debería poder expresarse donde le da la gana.

TL: ¿Qué hace posible que las mujeres lleguemos a todo y no muramos en el intento?
NM: Creo que morimos en el intento y, en este momento de la historia, hasta que cambien las cosas no nos queda otra. Siento que, cada vez, hay mujeres más grandes, más capaces y más liberadas. Es un momento maravilloso.

«Los premios son un regalito y también un aval para el esfuerzo»

TL: El documental Ara Malikian, una vida entre las cuerdas te posicionó en lo más alto. Los premios te dieron el reconocimiento ¿Eso te hace vivir la sensación del trabajo bien hecho?
NM: Sí, pero esa sensación no está directamente relacionado con el premio. Estoy profundamente agradecida a todos los premios que e han dado, desde el festival más chiquitito hasta los Goya. Los premios son un regalito y también un aval para el esfuerzo. Yo ya sentía que merecía la pena lo que había hecho, durante cinco años, con esa historia. En todo ese tiempo, nunca perdí el latido y la claridad de que tenía que contarla. Es muy complejo ser director de cine y hacerlo porque, detrás de toda la idea, está la financiación y es muy difícil acceder a ellas porque son muy altas en cine. Hay que ser muy terco, mucho, para mantener la ilusión y la convicción de que tu historia tiene que ser contada.

TL: Después de varios años dedicada a la dirección ¿subirte, de nuevo, a un escenario como actriz es como un “volver a empezar”?
NM: He estado 12 años sin subirme a un escenario, dedicadísima a la dirección, a escribir, a buscar historias, a dirigir videoclips, documentales, cortometrajes… La verdad es que esta vuelta está siendo algo maravilloso. No te voy a negar que, la primera semana, me temblaron las piernas y algo me siguen temblando, porque le tengo mucho respeto al escenario, pero si echo la vista atrás, han sido muchos más los años de actriz que de directora. Siento que este pequeño barbecho en el que me he metido, ha sido muy esclarecedor para muchas cosas y tener una mirada más externa y global, que es algo que debe tener un director. Mi vuelta a los escenarios va a ser algo bueno. Siempre se dice que “quien tuvo, retuvo”.

«La Nata de la obra es una mujer muy sensible»

TL: ¿Qué tiene la Nata de “El alivio o la crueldad de los muertos” de ti y qué te has llevado de ella?
NM: ¡Qué bonita pregunta! Al margen que el cuerpo, que siempre está al servicio de los personajes, también tiene algo de mi alma. La Nata de la obra es una mujer muy sensible, que ama mucho las artes y que es delicada. En ese sentido, ella y yo tenemos mundos paralelos, universos parecidos, habitamos en ese deseo de estar enamoradas de todas las expresiones artísticas. La construcción del personaje pasa por sitios en los que ella tiene mucho miedo. Yo, sin embargo, no son tanto de miedos. Soy un poco kamikaze, me da por otras emociones. Me llevo de ella que se permite dudar. Yo soy más de poder con todo y es algo agotador.

TL: La obra está dirigida por Rubén Ochandiano ¿Un actor es el mejor director para una actriz?
NM: La verdad es que no sé si es mejor. Lo que sí te puedo decir es que, la última vez que trabajé como actriz, fue con él. Este actor, al margen de ser un brillante actor, es un grandísimo director y me atrevería a decir que también creador, porque su mirada crea conceptos. A él no solo le importa la forma, entiende los procesos que hay que sostener para actuar porque ha estado en el otro lado. Es un lujo estar con alguien con ese nivel de vuelo.

«Creo que el espectáculo no va a dejar a nadie indiferente»

TL: ¿Qué vamos a encontrar en esa reunión de amigos, que se van a subir al escenario?
NM: Aparte de la poesía escénica, vais a encontrar a seis actores literalmente haciendo malabares con los sentidos, con un nivel frenético de actividad, con unas escenas complejas, hechas de olas que hay que surfear, con mucho humor y una mirada muy ácida. Yo creo que el espectáculo no va a dejar a nadie indiferente.

TL: Convivir con un genio como Ara Malikian ¿imprime carácter y crea enseñanzas?
NM: Vivir con él es hacerlo con un hombre de carne y hueso. Es mi pareja. Tiene días estupendos y otros en los que le chafaría la cabeza, como le ocurre a todo el mundo con sus maridos, novi@s y con quien uno convive. Sí que es cierto que, a nivel creativo y artístico ¡bueno! (risas). Es un cóndor y eso da vuelo. Es alguien con mucho recorrido vital, con muchas peleas aprobadas, batallas ganadas y sobre todo perdidas. Ahí hay mucho aprendizaje. Siempre lo digo, él es mi amor, pero también es un gran maestro.

«Si tuviera que elegir a alguien que realmente ha marcado mi vida, elegiría a mi hijo»

TL: ¿Trabajar con la pareja es el más difícil todavía?
NM: Para mí, trabajar con mi pareja ha sido maravilloso siempre. Es verdad que todo está muy compartimentado, yo hago la dirección y él la interpretación. Jugamos con ventaja. Las artes son muy chulas, son muy expansivas todas, vuelan muy fuerte. Por eso, no es lo mismo que trabajar con tu pareja en otro tipo de trabajos. Para nosotros es maravilloso. Es más, te confieso, es el lugar donde mejor nos entendemos.

TL: ¿Lo mejor que se te da hacer?
NM: Abrazar, ser cariñosa y cocinar rico. Soy muy cariñosa y cocino muy guay (risas).

TL: ¿Quién ha marcado realmente tu vida?
NM: Me preguntas esto y me conmuevo un poco. Sonará a tópico, pero han sido mis padres, gente muy trabajadora, humilde y buenos padres, mi marido y, si tuviera que elegir a alguien que realmente ha marcado mi vida, elegiría a mi hijo. Hay un antes y un después, no solo en el amor que se te habilita como madre, sino respecto a ese ser en concreto ¡Guau, qué cabeza! Mi hijo, mi hijo.

«Me pone de muy buen humor una mesa con comida rica»

TL: ¿Qué te pone de buen humor?
NM: La comida rica, estar con un amigo y compartir un rico vino en un atardecer. Me gusta mucho reírme, la gente que se ríe porque me resultan muy listos y muy sanos. Si tengo que responderte en plan express, me pone de muy buen humor una mesa con comida rica.

TL: Esa canción que, cuando la escuchas, se te mueven los pies sin remisión..
NM: Ahora mismo “La lambada”, lo vas a entender cuando vengas a ver el espectáculo. Y me chifla, me flipa, el flamenco.

TL: ¿En qué eras brillante en el colegio?
NM: No sé si soy brillante en algo y si lo era en el cole, pero lo que mejor se me ha dado siempre ha sido escribir y ¿lo peor? Que siempre he llegado tarde a todos los lugares del planeta tierra. Ahora ya no.

«Creo fervientemente en la mentira piadosa»

TL: Esa obra de arte que te gustaría tener expuesta en casa…
NM: Me gustaría “El jardín de las delicias” de “El Bosco” pero, como la cultura es de todos, está muy guay donde está.

TL: ¿Un talento que se te resiste por mucho que lo intentes?
NM: Tocar el violín.

TL: ¿Eres de una mentira piadosa a tiempo?
NM: Uy, sí sí, por supuesto. Creo fervientemente en la mentira piadosa. Y creo en el guardar información y en cuidar con la palabra. Claro, claro ¡Ay, es que esto del honesticidio! (risas)

TL: ¿Cuál es la compañía perfecta para irte de fiesta?
NM: Mis amigos. Marina Salas, Ruben Ochandiano pero, entre la edad y la pandemia, ya no salimos y mis fiestas son quedarse a tomar un bitter kas.

«Valoro el tiempo y la capacidad de elegir con quien pasarlo»

TL: ¿Esa palabra que nunca regateas y más usas?
NM: Gracias y te quiero. No las regateo nunca. Y, en estos momentos, más el “te quiero” porque como, a lo mejor, mañana ya no estás, dejárselo sería una pena.

TL: ¿Qué ves cuando te miras al espejo?
NM: Veo a una mujer, cada vez más arrugada, pero que también me gusta más, porque está aprendiendo a vivir de una forma más ligera, sin arrastrar mochilas y atreviéndose, cada día, a ser quien le da la gana ser.

TL: ¿Ese bien que más valoras?
NM: El tiempo y la capacidad de elegir con quien pasarlo.

TL: ¿Qué llevas siempre en los bolsillos?
NM: Pues me guardo huesos de frutas (risas) Y, cuando veo a un amigo, siempre le digo “toma, te regalo un árbol”. Y también guardo piedras. Ahora más porque a mi hijo le ha dado por lo mismo. Y lo que nunca, nunca, me ha faltado desde niña es un boli y un libro.

«Me sigue decepcionando que, a día de hoy, haya realidades que no queramos cambiar»

TL: ¿La enseñanza que nos deja vivir en pareja?
NM: Sigue siendo la asignatura más compleja. Open your mind y sé respetuoso, dejarse acompañar. La enseñanza que me deja es la vida en sí.

TL: ¿Tu mayor decepción?
NM: Me sigue decepcionando que, a día de hoy, haya realidades que no queramos cambiar. Hablemos de racismo, xenofobia, machismo, fascismo ¡Qué decepción! ¿Cómo podemos permitir que maten a un chico como Samuel, por ejemplo, en una plaza? No puede ser.

TL: ¿A quién sigues con interés en las redes sociales?
NM: No hay nadie a quien siga profundamente en las redes. Las miro por encima, pero no hay nadie que me llame la atención para buscar su perfil, porque no creo que las rrss tengan los contenidos más interesantes del planeta.

TL: ¿Hay alguna situación en la vida en la que, por algo, te pones pesada?
NM: Si no como, si no duermo, si no leo. Lo reconozco, me pongo muy pesada.

TL: Una película en la que te gustaría quedarte a vivir…
NM: Soy de clásicos. Me quedaría en La vida es bella o en cualquier comedia de Woody Allen, porque me parece como la vida misma. Balas sobre Broadway, por ejemplo.

TL: Esa experiencia gastronómica inolvidable…
NM: Sin dudarlo, mi amigo al que yo llamo hermano, Diego Guerrero y sus restaurantes. Despot me fascina, sin dudarlo, me flipa. Pero también me gusta ir a Thailandia y comer en un puesto callejero.

TL: La pregunta que no te he hecho y te habría gustado responder
NM: ¿Eres feliz? Y te respondería, sí muy feliz. Otra ¿Dónde te ves en el futuro? Y te respondería “me gustaría seguir el resto de mi vida aquí, en el teatro, en el cine, en la literatura. Sí, quiero, quiero. Es uno de mis sueños.

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