Foto: "la Caixa"
Nada volverá a ser como antes del Covid-19. El virus que nos ha cambiado la vida ha puesto patas arriba nuestra forma de vivir, de pensar… pero también ha puesto de manifiesto que el ser humano, se crece ante la adversidad. El año pasado fue sin duda complicado, difícil… incluso nefasto en muchos aspectos y para muchos sectores. Pero también fue el año de la solidaridad. Porque entidades, empresas y ciudadanos se volcaron con los más desfavorecidos para paliar los efectos socioeconómicos de una crisis sin precedentes. Es el caso de CaixaBank, que a través del presupuesto cedido por la Fundación «la Caixa», destinó 44,8 millones de euros a proyectos sociales locales en 2020.
De hecho, la colaboración entre ambas entidades contribuyó a impulsar más de 8.500 proyectos. Unas iniciativas para las que se utilizaron ayudas económicas que, a través de la red de oficinas de CaixaBank, llegaron a más de 7.000 entidades sociales. Sin duda unos datos esperanzadores tras un año marcado por el desastre.
El poder de la entidad es su amplia presencia en el territorio nacional. Además de estar presente en el 100% de las poblaciones de más de 10.000 habitantes y el 94% de las de más de 5.000, en 229 municipios es la única entidad financiera. Esto le permite detectar las necesidades sociales del ámbito local así como conocer de cerca los proyectos de organizaciones que pueden paliarlas.
Así, el 89% de las oficinas de la entidad presidida por Jordi Gual y dirigida por Gonzalo Gortázar gestionaron aportaciones económicas a proyectos de carácter social. Todos ellos estaban destinados a ayudar a comunidades, grupos y colectivos en riesgo de exclusión como personas mayores, desempleados, enfermos o personas con necesidades especiales.
Lo hicieron a través de acciones concretas como el reparto de alimentos junto a comedores sociales, la dotación de material escolar y tecnológico a niños en riesgo de exclusión para disminuir la brecha digital o la entrega de tablets a residencias para gente mayor.
La Acción Social es uno de los pilares del Plan de Responsabilidad Social Corporativa (RSC) de CaixaBank, dentro de su modelo de banca socialmente responsable. De hecho, la entidad apoya, a través de su Acción Social, un programa de voluntariado corporativo. En él participaron 12.000 personas el año pasado llegando a más de 120.000 beneficiaros de sus acciones solidarias.
La actuación responsable de CaixaBank ha sido reconocida por los principales organismos internacionales. El Dow Jones Sustainability Index la sitúa entre los mejores bancos mundiales en términos de responsabilidad corporativa. La organización internacional CDP, por su parte, la incluye como empresa líder contra el cambio climático. Además, sus filiales VidaCaixa y CaixaBank Asset Management han obtenido la máxima calificación (A+) en los Principios de Inversión Sostenible que apoya Naciones Unidas.
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