Los mundiales de atletismo de Eugene, la cuna de Nike
Resulta poco habitual que en una remota localidad como lo es Eugene, una pequeña villa en Oregón (EEUU), se celebren unos Mundiales de Atletismo. La compañía Nike tiene mucho que ver con ello.
Desde los Juegos Olímpicos de Atlanta 96, Estados Unidos no había vuelto a organizar una competición mundial de atletismo al aire libre. Veintiséis años después, Eugene es la ciudad más pequeña (176.000 habitantes) que acoge el Campeonato Mundial de Atletismo que tendrá lugar hasta dentro de unos días.
Los primeros pasos de Nike
Nike dio sus primeros pasos como empresa en Eugene y en su vecina Springfield. Bill Bowerman, ex-atleta olímpico y entrenador de atletismo de la Universidad de Oregón, diseñó una zapatilla para correr con suela especial de goma. Para ello se asoció con Phil Knight, un corredor de media distancia de dicha universidad, con el objetivo de desarrollar y comercializar un nuevo tipo de calzado deportivo.
Phil Knight, durante un competición de atletismo en Hayward Field sacó de la parte trasera de su automóvil su primera partida de zapatillas. Blue Ribbon (cinta azul) fue el primer nombre de la empresa que luego acabaría siendo Nike. Se estableció en 1968 y lleva el nombre de la diosa griega de la victoria, que ha resultado ser la empresa de deportes y fitness más grande del mundo.
El pasado de Nike tiene está unido a la localidad de Eugene
En la ciudad de Eugene hay diversos lugares donde queda patente la historia de la compañía. Por ejemplo, en el hotel Graduate, que cuenta con una extensa colección de varias generaciones de zapatillas Nike. También son obligadas las visitas a las tiendas que posee la firma en la localidad que cuentan con colecciones del equipo nacional de los Estados Unidos. Pasando por Hayward Hall se puede ver una exposición interactiva réplica del taller de Bill Bowerman.
No cabe duda de que estos campeonatos no se llevarían a cabo sin el apoyo de Nike. A pesar de que Asics, y no Nike, es el socio oficial de la equipación de World Athletics. Toda una declaración de intenciones de la compañía en términos de marketing.
El Hayward Field de Eugene
Por otro lado, el estadio Hayward Field de la Universidad de Oregón, muy vinculado como hemos visto al nacimiento de Nike, fue construido en 1919. Se remodeló en 2020 y tiene capacidad para algo más de 25.000 espectadores.
Recibirá hasta el 24 de julio a más de 1.900 atletas de 192 países. Un estadio relativamente pequeño pero muy moderno que tiene todo tipo de facilidades de entreno y competición para los participantes.
Adam Keenan, cinco veces campeón de Canadá de lanzamiento de martillo, tuvo el honor, el pasado viernes, de inaugurar, con una marca anecdótica de 74,38 metros, la decimoctava edición de estos Campeonatos del Mundo de Atletismo.
Dominio local en el Campeonato Mundial de Atletismo
Por primera vez en sus 39 años de historia recalan estos mundiales en Estados Unidos, primera potencia de la especialidad deportiva. Así lo demuestran los tres primeros puestos en la prueba estrella de los 100 metros lisos que lideró Fred Kerley.
Llegado el ecuador de la prueba, los estadounidenses dominan el medallero con 18 metales, 6 de ellos de oro. Por el lado español de momento se han conseguido dos medallas, ambas de bronce. Una de ellas ha sido para Asier Martínez en 110 metros vallas y la otra para Mohamed Katir en una espectacular carrera de 1500 donde, además, Mario García consiguió un meritorio cuarto puesto, rebajando en nada menos que 5 segundos su marca personal.
Los grandes atletas destacan en el estadio de Eugene
Otros nombres propios del Campeonato Mundial de Atletismo de Eugene son hasta el momento Yulimar Rojas, histórica primera tricampeona mundial en triple salto. El brasileño Alison Dos Santos, destronando al campeón olímpico y plusmarquista mundial de 400 metros vallas.
El noruego Karsetn Warholm o la etíope Gotytom Gebreslase imponiéndose en el maratón femenino con récord de los campeonatos incluido, algo que logró también esloveno Cêh en la prueba de lanzamiento de peso.
Las cinco jornadas restantes también prometen ser espectaculares. Merece la pena trasnochar para verlas o, como es mi caso, disfrutarlas en diferido a la mañana siguiente con la dificultad en este caso de evitar los spoilers.