Las altas temperaturas que estamos viviendo estos días nos hacen casi imposible estar en casa sin encender el aire acondicionado. Sin embargo, estos aparatos son unos de los que más luz consumen, lo que añadido a la subida de la factura de la luz, hace que muchos de nosotros decidamos sustituirlo por un abanico. Hasta hoy. Y es que hay muchas formas de ahorrar en la factura de la luz, haciendo consumo responsable y eficiente. Toma nota de los consejos que las compañías Gana Energía y Bulb nos dan para hacer nuestro verano más fresquito y barato.
El primer y básico consejo es aprovechar al máximo la luz natural. Al estar en verano los días son más largos, por lo que podemos reducir el consumo de luz artificial.
Algo parecido ocurre con los electrodomésticos. En los meses de verano que no vayamos a estar en casa lo ideal es dejarlos en standby o incluso apagar el cuadro eléctrico. De esta manera, evitamos cualquier consumo, por mínimo que sea. Aunque, lo ideal es apostar por electrodomésticos de bajo consumo, con los que podrás ahorrar hasta un 80% en la factura de la luz.
Para hacer frente al calor y no consumir mucha luz existen varios métodos. El primero, contar con algún ventilador de techo o pie. Éstos generan corrientes de aire y refrescan la casa si los colocas en ventanas enfrentadas. También es recomendable ventilar la casa a las horas tempranas, cuando las temperaturas son más bajas. De esta manera, conseguirás mantener un clima más agradable en el interior del hogar.
Y es que existen sencillos trucos con los que bajar la temperatura de nuestra casa sin gastar dinero. Por ejemplo, colocar plantas por las habitaciones puede ayudar a reducir la sensación térmica. Esto es gracias a la transpiración, un proceso por el cual las plantas absorben el calor y evaporan el agua. Algunas de las plantas más prácticas son: el helecho, la lengua de tigre o la cinta.
Fregar el suelo con agua fría también es muy útil. Cuando se va el sol dar un fregado al suelo con agua fría hace que notemos algo de frescor. Más aún cuando llevamos prendas de algodón. Y es que este tejido deja transpirar mucho mejor la piel, por lo que será nuestro gran aliado a la hora de dormir.
Aunque si el calor es insoportable, no queda otra que poner el aire acondicionado. En este caso, la clave para ahorrar está en hacer un consumo responsable y eficiente. Coloca el aparato en un lugar donde haya sombra y esté ventilado, programa una temperatura entre 24 y 26 grados, y apágalo antes de irte a dormir.
Solo entonces será el momento para encender ordenadores o televisiones. Y es que estos aparatos se pueden calentar hasta alcanzar los 70/90 grados. Además, en verano se recomienda que estén en espacios bien ventilados, para que no se calienten en exceso y puedan generar problemas o incluso romperse.
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