Los Juegos Olímpicos de Invierno en China comenzaron su andadura el 4 de febrero, con una ceremonia muy espectacular. Si bien, debido a estos tiempos de pandemia, bastante más comedida que con la que se iniciaron los JJOO de invierno en 2008 en la misma capital china. De hecho es inédito que un misma ciudad haya podido organizar Juegos Olímpicos de invierno y verano.
Y es que en medio de dichas preocupaciones actuales por el covid-19, China ha establecido un sistema de aislamiento casi total. En éste los participantes olímpicos y los empleados solo podrán moverse dentro de tres burbujas de zona de competencia interconectadas para evitar entrar en contacto con la población en general. Además, el público extranjero solo podrá ver las competiciones por televisión.
Los JJOO son siempre fechas clave para las multinacionales de ropa deportiva, por el enorme efecto publicitario que se ve tanto en anuncios a lo largo de las retransmisiones como por el efecto de prestigio de que los mejores deportistas del mundo vistan los modelos de dichas marcas.
Ultimamente, la situación de empresas como Nike y adidas en China deja mucho que desear. Por un lado por la guerra comercial entre el gigante asiático y EEUU acentuada durante el mandato de Donald Trump, que no ha cesado con la administración Biden; y por otro lado por las críticas sobre derechos humanos que presuntamente se violan en los campos de algodón de Xinjiang.
Dichas críticas han supuesto un veto de los consumidores chinos hacia productos de las mencionadas marcas occidentales. Poco de espontáneos tienen esto boicots, que más bien parecen orquestados por la nomenclatura china.
La pérdida de peso de los clásicos de la ropa deportiva ha provocado un auge en China de los productores locales. Por ejemplo, la marca nacional de ropa deportiva Anta, el socio oficial de ropa deportiva de los Juegos Olímpicos de Invierno se ha beneficiado enormemente de la esta atípica situación.
Después de la controversia sobre la producción de algodón en Xinjiang, que hizo tropezar a los gigantes internacionales de ropa deportiva Nike y adidas en China, marcas nacionales como la mencionada Anta, así como Li-Ning o Hongxing Erke. Todas han crecido gracias también a los internautas que expresan su orgullo patrio, ya que estas marcas han estado quitándoles ventas a sus rivales globales.
Sin duda, esta asociación con los Juegos Olímpicos de Invierno de Pekín consolidará aún más el atractivo de Anta entre los consumidores locales. Y los JJOO servirán para afianzar el orgullo chino y la visión del mundo de su poco democrático líder, Xi Yinping. Una visión que también comprarte su ahora aliado Vladimir Putin.
Al menos este lapso olímpico parece que han frenado, de momento, las tensiones en la frontera entre Rusia y Ucrania. Veremos qué sucede cundo el fuego olímpico deje de brillar.
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