(Foto: Piqsels)
La pandemia y las nuevas tecnologías han modificado para siempre nuestra forma de comprar. El comercio electrónico, algo poco convencional hace una década, se ha convertido en algo habitual en nuestro día a día. Esto ha provocado un salto de gigante en las cifras del negocio online duplicando ya los niveles de 2018.
De hecho, según los datos de la última edición del estudio Compras online en España del Observatorio Nacional de Tecnología y Sociedad (Ontsi) en colaboración con el grupo Oesía, el volumen de gasto en comercio electrónico en España alcanzó los 85.332 millones de euros en 2022. Esto supuso un incremento interanual del 22,13 % en comparación con los 69.869 millones de euros del año anterior.
Una cifra que demuestra que el volumen del negocio online se duplicó desde 2018, cuando su facturación en España fue de 41.509 millones de euros. Se ha multiplicado casi por seis desde 2013, cuando el comercio digital en el país movió 14.610 millones de euros.
En cuanto al gasto medio anual en compras online, en 2022 se situó en 3.053 euros, un 17,74 % más que los 2.593 euros del año anterior (460 euros más). El gasto medio anual se ha multiplicado por 1,6 en comparación con los 1.920 euros de 2018 y es 3,6 veces mayor que los 848 euros de 2013.
La principal razón que justifica este boom del comercio electrónico no es más que la comodidad. De hecho, casi ocho de cada diez internautas señalan la comodidad como un factor clave para comprar online. Los precios (53,4 %) y la rapidez y el ahorro de tiempo (51,4 %) son otras de las causas de este auge.
Por su parte, entre los productos y servicios más demandados se incluyen alojamiento turístico, vestimenta, transporte, entradas a eventos y productos cosméticos. A la hora de realizar estas adquisiciones el teléfono móvil aparece como el dispositivo más mencionado. Un 73 % de quienes han comprado por esta vía afirma haberlo hecho al menos una vez.
Aun así, pese a su generalización entre las personas consumidoras, «la compra online no es todavía una práctica cotidiana», sentencia el estudio. Considera que «el crecimiento continuo del comercio electrónico, así como la implementación de una cadena logística cada vez más flexible y adaptada a las necesidades del consumidor, probablemente hará que la compra por Internet pase a formar parte de la rutina diaria».
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