Como consecuencia de la invasión rusa de territorio soberano de Ucrania, tanto EEUU como la UE y otros países del entorno occidental han impuesto una serie de fuertes sanciones; tanto a los bienes de lujo importados o exportados por Rusia como a los activos de los oligarcas vinculados al Kremlin. Algo que se está notando en la industria del lujo a nivel internacional.
Por ejemplo, los yates vinculados a Rusia están atrapados en varios países, incluidos Italia, España y Alemania. De hecho, las autoridades españolas han incautado el Crescent, un barco de 135m de eslora que se cree pertenece al máximo responsable del gigante petrolífero ruso Rosneft, Igor Sechin, que aparece en lugar destacado de las listas de aliados cercanos a Putin.
Ademas de los gustos de los oligarcas por los costosos yates y lujosas propiedades por Europa o EEUU, la privilegiada alta clase rusa ha comprado ingentes cantidades de bolsos como el Birkin de Hermès, relojes Patek Philippe o abrigos de invierno de cachemir de cinco cifras adquiridos en Moscú o San Petersburgo.
La falta de turistas rusos hará que el lujo europeo se resienta
En un principio Europa en general, sobre todo con la presión de Italia, dudó antes de sancionar al sector del lujo. El motivo es que es una de las pocas industrias en las que Europa no tiene rival y donde todo ese brillo disfraza músculo, con el gigante LVMH a la cabeza. Su presidente es el tercer hombre más rico del mundo y la multinacional uno de los mayores empleadores del continente. Así, Italia y Francia fabrican la mayoría de los artículos de cuero y prendas de vestir de alta gama del mundo.
Europa también es uno de los principales destinos mundiales para los turistas que gastan mucho, en términos de hoteles de lujo, restaurantes, spas y boutiques de compras. La caída de visitantes rusos hará que las cifras de ventas en las localidades de destino se resientan, aunque ejecutivos y analistas creen que el impacto de las sanciones bien podría ser limitado. Los clientes de alto nivel de ese país representan alrededor del 5% del segmento de «lujo personal» (indumentaria, gafas de sol, artículos de cuero) y aún menos del «lujo total» (automóviles rápidos, bienes raíces y yates) a pesar de la espectacularidad de las adquisiciones de los ahora sancionados oligarcas .
El efecto en Ucrania, productor de moda de lujo
A parte de la fuerte caída del consumo de bienes de lujo por la crisis rusa, la invasión de Ucrania por parte de Rusia está teniendo impacto en la propia fabricación de marcas de lujo. Sobre todo de moda y calzado deportivo, ya que Ucrania estaba siendo últimamente de los fabricantes más activos debido a su creciente competitividad, por encima de la de muchos países asiáticos. Marcas como Marks Spencer, adidas, Inditex, Tommy Hilfiger o Hugo Boss habían implantado centros de producción en el país, invadido ahora por Rusia.
La guerra sigue siendo mala para los negocios, especialmente cuando está a la vuelta de la esquina. De esta manera se están notando caídas significativas en las ventas de productos de lujo en el último mes en Europa occidental.
El desafío inmediato de la industria del lujo
Una nueva prueba de fuego para la industria del lujo, que ha tenido dos años difíciles con restricciones propias del Covid-19. Si bien la recuperación de la pandemia es un indicador, probablemente sea solo a corto plazo, ya que las ventas globales de lujo protagonizaron una recuperación en forma de «V». Después de una caída en 2020, terminaron en 2021 ligeramente más altas que en 2019 y ahora se enfrentan a este nuevo desafío.
La esperanza, que podría venir por parte de la creciente clase media alta china, se está ralentizando. Todo debido a un empeoramiento del Covid-19 en el país, que ha provocado que a pesar de las bajas cifras de incidencia y mortalidad en China, más de 60 millones de personas estén sufriendo en estos momentos algún tipo de confinamiento. Por ejemplo, también se ha suspendido la próxima edición de la Semana de la Moda de Shanghái, que debía arrancar el 25 de marzo.
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