Hasta 20.000 dólares por una foto en Instagram

Dime quién eres y te diré cuánto vales. Y no sólo eso. Dime quién eres y quiénes son tus seguidores, y te diré cuánto vales para hacer publicidad de un producto. Las redes sociales lo han cambiado todo, incluyendo el márketing interactivo. Los millennials compran por impulsos y son más compradores que nunca, y los agentes comerciales y las divisiones de comunicación de las grandes compañías también.

En el mundo de las redes sociales, el big data es el rey. Quizá tengas pocos seguidores pero muy importantes o con gran capacidad de compra o de toma de decisiones específicas y eso, vale mucho dinero. Si eres una persona influyente porque tus seguidores encuentran en ti responsabilidad, credibilidad y formación, puedes ganar hasta 10.000 dólares por un tuit patrocinado. Esto es ya una realidad entre grandes periodistas, comunicadores y formadores que opinión en Estados Unidos que, además de avisar de que están publicitando un determinado producto, explican por qué les parece bueno, malo o regular.

Las bloggers de moda más influyentes son empresas en sí mismas y muchas más de las que pensamos facturan hasta tres millones de dólares al año gracias a sus tuits y post patrocinados en Twiter, Instagram o Facebook. La consultora Jezabel acaba de publicar un informe por el que las actrices, actores y celebreties en general se llevan un buen sobresueldo simplemente por colgar una fotografía con un determinado producto.

Según parece, en muchas ocasiones ni siquiera prueban el producto. Las empresas se ponen en contacto con ellas y, si aceptan las tarifas, se fotografían y consiguen miles de impactos. Scott Disick, Lisa Rinna, Jenny McCarthy y Blac Chyna son algunas de las celebs de las que se han publicado algunos de los datos. Y el escándalo se ha montado no por las sumas que se pagan, sino porque las estrellas están publicitado productos que ni siquiera prueban, con lo que no saben si son buenos o no.

Según el informe de Jezabel, Scott Disick es uno de los mejores pagados. Una foto suya en Instagram con cualquier producto tiene un coste que varía entre los 15.000 y los 20.000 dólares. Esto explica todas sus fotos en las que publicita desde blanqueadores dentales hasta máscarilas cosméticas de oro de 24 dilates. Jenny McCarthy, con 672k seguidores, cobra 3.500 dólares por foto en Instagram, Facebook o Twitter. Lisa Rinne tiene tarifa plana de 3.000 dólares por tuit.

Respecto a las bloggers de moda, ellas cobran una media de 5.000 a 25.000 dólares por cada imagen patrocinada. Marcas como Nordstrom, Neiman Marcus y ShopStyle cuentan con bloggers contratadas para sus campañas de publicidad. Los ejecutivos de Nordstrom aseguran que sus ventas aumentaron en en un millón de dólares en 2014 gracias a la campaña con Pink Peonies.

Neiman Marcus lleva dos años organizando eventos  en las tiendas con bloggers, lo que ha provocado cerca de 150.000 interacciones en las redes sociales. La asociación de ShopStyle y algunas bloggers de moda ha tenido un impacto en las ventas de un incremento de 8 millones de dólares, un 315%, según la firma WWD.

La blogger Kristina Bazan, con 2,2 millones de seguidores en Instagram, cuenta con un contrato de siete cifras sin precedentes en el mercado tras firmar en exclusiva con L’Oréal a finales del año pasado. Chiara Ferragni facturó en 2015 algo más de 7.500.000 millones de dólares tras lanzar la colección de calzado que lleva su nombre.

Los analistas y las empresas se preguntan ahora si no se ha llegado demasiado lejos, al mismo tiempo que los clientes piden mayor transparencia y ‘más verdad’ en las promociones. Por lo menos que sus estrellas prueben los productos antes de patrocinarlos, ya que se fían directamente de los ‘creadores de opinión’. El debate está servido en EEUU, lo que está provocando que muchas marcas de lujo busquen identificar nuevos perfiles que transmitan mayor credibilidad sementando aún más los nichos de intereses. En todo caso, es un negocio suculento.