Se puede engañar a poca gente mucho tiempo,
a mucha gente poco tiempo,
pero es imposible engañar a mucha gente mucho tiempo.
– A.Lincoln
No trato de introducir la conocida cita de Abraham Lincoln – habitualmente referida a la actitud de los gobiernos totalitarios – para poner en duda el número de víctimas afectadas por el brote del coronavirus COVID-19, que en estos momentos son más de 75 mil personas, con una cifra de fallecidos que supera los 2.100. Creo que viene al caso para lamentar la situación en que se encuentran más de 50 millones de personas, de las que muy poco se sabe, confinadas en un régimen de aislamiento en la región china de Hubei, debido a la crisis del coronavirus.
Si bien se ha demostrado que este virus es más agresivo incluso que el SARS de 2003, la actuación de las autoridades chinas ha evitado su propagación al resto de los países del mundo. El mayor foco de la infección se encuentra en un barco turístico en el puerto de Yokohama y el número de fallecidos en todo el mundo excluido China es de 8 personas.
Sin embargo, en estos momentos, la actividad cotidiana en China está paralizada en una carrera contrarreloj para conseguir una cura, una vacuna o un alivio que reduzca la incidencia de este temido virus. La economía china se ha visto salpicada y con ella, dada su importancia en el comercio y en la estructura productiva mundial, la del resto del mundo también está siendo muy afectada. No olvidemos que China supone el 16 % del PIB mundial y fabrica el 40 % de las mercancías globales.
La industria del lujo, de la que China consume un tercio de la producción, está particularmente dañada por varios motivos, en primer lugar la actividad en China se ha visto, como decimos, muy ralentizada. Desde que el brote se hizo público, muchos centros comerciales de lujo decidieron acortar sus horas de operación y ofrecer información sobre estrictas pautas de seguridad y entregas de envío más lentas. Pero algunas marcas de lujo, como Gucci, Chanel o Cartier, ya no actualizan esta información online y simplemente cierran gran parte de sus tiendas además de haber suspendido actos promocionales y de presentación de temporadas como ha sido el caso de Chanel y de Prada.
Chanel anunció que el espectáculo que debía exhibir la colección el próximo mes de mayo en Beijing, ha quedado suspendida “hasta un momento más apropiado”. La colección se llama “31 rue Cambon” (es la dirección histórica de la casa parisina) ya había sido presentada en París con la directora de cine Sofía Coppola como responsable de la puesta en escena del espectáculo.
Chanel está monitoreando de cerca el desarrollo de la situación. “Nuestras prioridades son la salud y la seguridad de nuestro equipo y clientes”, señaló la compañía en un breve comunicado. La suspensión de las promociones de moda no han afectado solo a China sino también a otros países asiáticos como Japón. La multinacional italiana del lujo Prada ha optado por posponer su presentación en un crucero, que se debía celebrar en Tokio el 21 de mayo de 2020. La decisión se ha tomado como precaución a la luz de la presente incertidumbre. Deben anunciar pronto una nueva fecha y ubicación.
Continuando con la situación, en Tokio es especialmente preocupante la incidencia del coronavirus, dado el poco tiempo que falta para que comiencen los Juegos Olímpicos. Estamos en un momento en que el panorama deportivo de gran parte del continente asiático es desolador, pues se han susp
endido tanto las ligas profesionales de fútbol como de baloncesto chinas, el Gran Premio Fórmula 1, los torneos preolímpicos que debían jugarse en el país, así como el maratón de Tokio.
Por otro lado, el turismo chino que ha crecido de manera exponencial en los últimos años también se está viendo muy limitado. Recordemos que los chinos son grandes compradores en las principales capitales del lujo y en las tiendas duty free de los aeropuertos internacionales. Rusia, que es de los países que más crecimiento había venido teniendo en cuanto a visitantes chinos, ha dejado de emitir visados a sus ciudadanos. Esta paralización, de momento, le costará según estimaciones de The Moscow Times unos 50 millones de euros en el sector turístico ruso, cifra que podría multiplicarse por diez si la prohibición se demora al verano.
Por otro lado, muchas de las compañías textiles multinacionales como Inditex, H&M o Mango han visto paralizada la producción de prendas en gran parte del continente asiático y buscan alternativas de producción en países como Marruecos, Portugal, Turquía o incluso España. Otros sectores gravemente afectados son los relacionados con la fabricación de automóviles y sus repuestos, así como productos electrónicos, pues gran parte de las cadenas logísticas y de producción pasan por China.
Un sector que particularmente presenta gravedad es el industria farmacéutica, pues no olvidemos que muchos de los principios activos de los medicamentos se fabrican en China. Una paralización de estos componentes puede provocar tanto desabastecimiento de medicinas como un encarecimiento de las mismas si se llegasen a producir en otros lugares. Según informaba el economista Juan Ramón Rallo este miércoles en los micrófonos de EsRadio, la producción de adidas en China habría caído un 85 % y la producción de los iPhone caería en picado dado que de los 150 mil trabajadores que deben acudir diariamente a la planta de Foxconn principal centro de montaje de los productos de Apple, solo lo están haciendo 200 de ellos.
De momento, la actitud del gobierno chino, aparte de limitar el contagio de la enfermedad parece que está violando gravemente los derechos humanos de aquellos individuos que viven en zonas afectadas. Expertos de la OMS ya han advertido de que el confinamiento de una población tan numerosa puede se contraproducente, en una medida de la que no hay precedentes en la historia, y ya hay serias dudas de cómo y por cuanto tiempo se puede abastecer y atender a los habitantes de semejantes ciudades.
Cabe aclarar que incluso en la ciudad de Wuhan, foco central de la epidemia, el 99 por ciento de sus ciudadanos está sano. Junto con estas medidas de prevención, el gobierno chino ha impulsado otras de carácter económico como instar al Banco Central a inyectar gran dosis de liquidez para que a su vez a los bancos comerciales amplíen el crédito y estimular de alguna manera la economía.
La autoridades parecen también tener controlada la bolsa de Shanghai ,que no se ha desplomado por la intervención del gobierno chino que ha impedido las posiciones especulativas a la baja y ha instado a los bancos a comprar acciones de compañías chinas.
Todo este tipo de medidas, que nos retrotraen a la cita de Lincoln con la que se inicia este artículo, funcionarán en tanto en cuanto la crisis sanitaria del coronavirus se resuelva de manera rápida. Si esto no es así, las consecuencias serán incalculables y, en particular, la industria del lujo en todas sus vertientes se verá severamente castigada. Recemos y esperemos por el bien de todos, en especial de aquellos que se han contagiado o pudieran hacerlo, que se encuentre una solución a esta grave crisis sanitaria y que el coste, sobre todo en vidas humanas, sea el menor posible.
Son muchas las bondades que ofrece el nuevo Estadio Santiago Bernabéu. Y no hablamos solo… Leer más
Era la primera vez que Christie's ofrecía tres dinosaurios en subasta. Finalmente sus Iconos del Jurásico… Leer más
El reloj de bolsillo vuelve a casa. Este es el resumen de una historia que… Leer más
El sector del lujo afronta un 2025 con muchas incógnitas por resolver. Tras demostrar una… Leer más
A sus 52 años, Gwyneth Paltrow está viviendo el renacer en su carrera. A su… Leer más
La imaginación y el sentido del show de Kim Kardashian no tiene límites. Lo mismo… Leer más