La inflación y la industria del lujo

Uno de los efectos colaterales más importantes de la crisis pandémica del covid-19 ha sido un incremento en los precios causado por los cuellos de botella de suministros. Las compañías de lujo están bien posicionadas en este contexto

Abel Amón. 22/11/2021
(Foto: Louis Vuitton)

Uno de los factores que más valoran los inversores en un contexto de inflación es la capacidad de las compañías de trasladar al consumidor final sus incrementos en los costes. Por definición, los bienes de lujo son muy inelásticos en su demanda, lo que quiere decir que los incrementos en sus precios no afectan, en principio, a su consumo.

Pero vayamos al origen de esta situación de inflación que no habíamos visto en décadas. En el caso español, la entrada en el euro supuso una considerable pérdida de poder adquisitivo. Sobre todo en la sensación de los consumidores de que lo que antes costaba 100 pesetas pasó a valer 1 euro (166,38 pesetas), como por ejemplo una taza de café. Por supuesto, la inflación no fue de un 66 % pero creo que tampoco la de las cifras “oficiales” que nos quisieron mostrar en los primeros meses de implantación de la moneda única.

Louis Vuitton
Los productos de lujo aumentan sus precios sin que repercuta en su demanda. Foto: @LouisVuitton Twitter.

Inflación y sensación de pérdida

Además, los salarios no se redondearon de la forma en que lo hizo la comentada taza de café, lo que significa que la sensación de pérdida de poder adquisitivo era más que real. Ahora bien, es claro que la entrada de España en el euro supuso un modernización de nuestra economía. Ésta nos permitió ahorrar costes y burocracia en las transacciones internacionales, así como acceder a muy buenas condiciones de financiación con tipos de interés impensables con la caduca peseta. De hecho, muchas personas accedieron a una vivienda con esos privilegiados tipos de interés.

Hablando de inflación y tipos de interés, estamos en un momento en el que, de prolongarse estos incrementos de precios de por encima del 5 %, nos encontraríamos con tipos de interés reales (tipo nominal menos inflación) negativos. Esto está suponiendo un verdadero estímulo para que los inversores se endeuden y adquieran viviendas a crédito sabiendo que en términos reales, están pagando intereses “negativos”. Este es un factor más de recalentamiento económico y de inflación adicional.

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Hermès es una de las firmas de lujo mejor posicionadas a nivel mundial. Foto: hermes.com

Repunte de precios coyuntural (o no)

Está habiendo muchos debates sobre si la inflación actual, a parte de ser la más alta en décadas ,es transitoria o sostenible. Además de planteara  qué significa eso para las expectativas de inflación global y cómo eso afecta a la capacidad de una empresa para traspasar costos más altos.

Las causas de la inflación tienen una vertiente claramente coyuntural; por los cuellos de botella que se formaron por las paralizaciones económicas debidas a la pandemia. Primero en Asia (notablemente China) y Oceanía, que fueron los primeros continentes en declarar paralizaciones de la actividad, para luego trasladarse a Occidente. Al retomar la actividad se pudo comprobar que el transporte, sobre todo el marítimo, no daba abasto, y así sigue a la hora de escribir este artículo. No solo ha afectado a los disparados costes de los fletes sino que han generado falta de componentes clave para muchas industrias como los chips, semiconductores.

Por otro lado, se han producido fuertes incrementos en los precios energéticos, algunos con carácter coyuntural. No obstante, la tendencia es sustituir energías contaminantes por fuentes alternativas. También se observa falta de personal en países como EEUU con lo que hay también presión salarial al alza. Por último, los repuntes en contagios por Covid en bastantes países europeos hace pensar que las paralizaciones de actividad pudieran volver. Esperemos que las campañas de vacunación mejoren, pero de momento, por ejemplo Austria, ya anuncia confinamientos.

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Dior es una de las principales marcas del conglomerado LVMH. Foto Unsplash @nh830

El lujo, muy bien posicionado

Los inversores bursátiles realizan análisis tanto técnicos (estudio de gráficos, tendencias ratios etc) como análisis fundamental profundo de empresas e industrias individuales. Se analizan, además, opiniones rigurosas sobre la dinámica de aspectos políticos, económicos o fiscales de los países en los que se invierte.

En un contexto como el actual, de precios elevados, buscan que una cartera internacional esté bien posicionada para el aumento de la inflación porque se tiende a buscar empresas que tengan poder de fijación de precios real, empresas que tienen una fuerte demanda de sus productos tan buscados, lo que las hace más defensivas en un entorno global inflacionario sostenible. Las principales multinacionales del lujo están muy bien posicionadas en dicho contexto.

Sirva de ejemplo la evolución del índice S&P Global Luxury Index así como diversos artículos en estas páginas donde hemos analizado la evolución, casi siempre favorable de las compañías clave de la industria. LVMH, Richemont, Hermès o Kering son valores que poseen estas características. LVMH es el conglomerado de lujo más grande del mundo con más de 70 marcas en su cartera, siendo las más reconocidas Louis Vuitton, Christian Dior, Hennessy y Sephora. Además, completó recientemente la adquisición de la joyería de alta gama Tiffany’s.

Hennessy aumentó sus precios un 4% en 2020 sin que se notara en su volumen de ventas

LVMH sigue brillando a pesar de la pandemia

En este sentido, además de la supremacía y la sostenibilidad de estas marcas, también destaca la diversificación de sus marcas y categorías de productos. Estas marcas están bien diversificadas con productos que van desde moda hasta artículos de cuero, joyas y relojes, perfumes y cosméticos, licores y vinos. Por último  estas compañías tienen capacidad de trasladar sus costes al producto final sin perder ventas o cuota de mercado. Ya antes de este último shock inflacionista, LVMH había  aumentado los precios de la marca Louis Vuitton aproximadamente un 5% en todos los ámbitos en 2020 a pesar de la pandemia del Covid-19.

También realizó ajustes al alza en los precios de los artículos más vendidos de Christian Dior. Además, LVMH elevó los precios de la marca de licor Hennessy entre un 3% y un 4% en 2020. Estos aumentos de precios no afectaron negativamente el volumen de ventas, nuevamente debido al poder de fijación de precios de la compañía a medida que perduró la afinidad de los consumidores por los productos de lujo. “Somos una gran multinacional del lujo y por ello tenemos considerable control sobre los precios de nuestros productos”, afirmó Tracey Travis , directora financiera de Estée Lauder.

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Las piezas de Rolex se revalorizan con el paso del tiempo. Foto Unsplash @accountisunvalid

Otro ejemplo, Rolex

Otro gran ejemplo de una marca icónica que posee poder de fijación de precios a largo plazo es Rolex, el fabricante de relojes. Rolex ha podido aumentar consecutivamente los precios a una tasa anual del aproximadamente 5% durante los últimos 50 años. En el mercado de artículos de lujo, está claro que el valor que obtiene un consumidor al poseer un artículo premium es más importante que el precio.  El caso de Rolex es paradigmático porque sus productos no solo no pierden valor usados con el el paso del tiempo sino que se revalorizan y sirven precisamente para protegerse contra la inflación.

Disclosure: El medio no se responsabiliza sobre las opiniones expuestas en el artículo. El texto ha sido escrito de manera libre expresando ideas propias, sin recibir ninguna compensación por ello. El autor no tiene ninguna relación de negocios con cualquiera de las empresas cuyas acciones se mencionan en este artículo. 

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