En tiempos actuales de deslocalización a países de mano de obra más barata, es buena noticia para la industria estadounidense que uno se sus principales fabricantes de moda deportiva como es New Balance, expanda su producción en su país de origen, en este caso, cerca de Boston, donde se encuentra su sede.
Muchos de los intentos de las políticas de Donald Trump se han centrado en un proteccionismo que en los tiempos actuales de la globalización, parece complicado que surtan efecto. Seguro que el actual presidente estadounidense ha acogido con gran satisfacción esta noticia. Se trata de una planta de fabricación avanzada de New Balance que pretende completar a la cercana fábrica principal de la firma, con modernos laboratorios y otros centros de investigación y desarrollo, así como una planta de impresión en 3D.
Estará localizada en la ciudad de Methuen. Los gestores están encantados con el potencial de la inversión, sobre todo en la medida que generará empleo para el estado de Massachusetts. La compañía confía en arrancar la factoría (la sexta que abren en el país) en un plazo de en torno a un año.
Por otro lado, New Balance está intentando vender su antigua sede, por una cifra de alrededor de los 100 millones de dólares, situada en el llamado Boston Campus, un lugar en donde se encuentran importantes instalaciones deportivas y donde suelen entrenar equipos profesionales de la ciudad como los Celtics (baloncesto) o los Bruins (hockey).
New Balance cuenta con más de ocho mil empleados por todo el mundo y su facturación gira en torno a los cuatro mil millones de dólares, lo cual supone cerca de una décima parte del líder mundial de la industria, que es Nike (40 mil millones, 73 mil empleados) seguido por adidas y Under Armour.
Los competidores que se encuentran en el rango de New Balance son Puma, con cifras de negocio ligeramente superiores (5,5 mil millones) y Reebok, otrora líder mundial del calzado deportivo que en la actualidad solamente factura la mitad que New Balance.
Joe Preston, que prácticamente ha desarrollado su carrera en New Balance, fue designado director general de la compañía. Sustituye en el cargo a Robert De Martini, que dirigió a New Balance durante 12 años y supervisó el crecimiento global de la marca deportiva, partiendo de los 1.500 millones de dólares en 2007 a los 4.200 millones en 2018.
Durante este tiempo, New Balance ha podido aspirar al liderazgo en la categoría de moda de atletismo, aumentando las ventas globales del 30 % al 65 %, dando pasos gigantescos en la industria de la confección deportiva, con significativas aperturas de puntos de venta directa, así como de comercio electrónico.
Preston dijo a su llegada al cargo: «Me siento honrado y motivado a asumir este rol y quiero agradecer a Rob por su liderazgo en los últimos 12 años. Tenemos un increíble equipo de colaboradores y socios en todo el mundo y juntos procederemos con una velocidad, agilidad e innovación aún mayores en esta etapa tan crucial del comercio minorista.» La agilidad y velocidad que adquiera la compañía dependerá en gran medida de su capacidad en crear productos que mejoren la velocidad y agilidad de sus clientes.
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