Nordstrom no llena las bolsas
Los grandes almacenes en Estados Unidos no terminan de encajar el auge de las redes sociales.
Nordstrom es una de las grandes operadoras de centros comerciales de lujo en Estados Unidos. La podríamos comparar en España con El Corte Inglés, aunque menos diversificado en materia de productos. Nordstrom se especializa en moda y complementos de lujo, además de distribuir la marca propia Faconnable en Estados Unidos y en Europa.
Nordstrom compite con otras compañías similares como Saks Five Avenue, Macy’s o Bloomingale’s. Y una vez presentados los resultados trimestrales de todos, el común denominador es el mismo: caída en picado de las ventas en tiendas propias. Durante el primer trimestre fiscal, obtuvo unos ingresos de 3.192 millones de dólares, lo que se traduce en 0,26 dólares por acción; cifras por debajo de las expectativas del mercado, cuya media era de unas ganancias de 0,45 dólares por acción.
Por si fuera poco, la multinacional ha anunciado que este año 2016 será peor de lo esperado, con una rebaja de estimaciones para las ventas. Se espera que el aumento de las mismas esté entre 2,5% y 4,5% frente a las estimaciones iniciales que esperaban un incremento del 5,5%.
La cuestión que todo el mundo se pregunta es: ¿Qué pasa con los grandes almacenes en todo el mundo? Y la respuesta cada vez es más evidente: a los costes de mantener enormes edificios abiertos con personal cualificado y especializado, hay que sumar el coste del stock de producto, unido a la evidente locura por la compra en las redes sociales. Internet se ha convertido no solo en un escaparate, sino en una gran tienda mundial donde – si sabes la talla de la marca- es sencillo y fácil comprar a través de un clic.
A ello hay que añadir que en las webs, ya sean de los grandes almacenes online, como de las tiendas propias, siempre hay ofertas que no se ven cuando vas a la tienda. Una política de precios de las grandes superficies que genera que los consumidores, cada vez más, prefieran la intimidad de la compra desde casa. Además, el coste de logística en Estados Unidos está básicamente superado, por lo que en 48 horas lo normal es tener el producto adquirido a través de la red en cualquier lugar del país.