Richemont sigue con las compras

Los expertos aseguran que la consolidación en el sector de la alta relojería de lujo no ha hecho más que empezar. Por un lado la competencia de los nuevos smartwatches y por otro la caída de la demanda de los relojes de lujo no permite sobrevivir a los más pequeños salvo que formen parte de un gran grupo. Es el caso de Roger Dubuis, que ya es 100% parte del grupo Richetmont. La semana pasada se hizo público que Richemont adquiría el 40% de las acciones que aún no poseía de la pequeña empresa fabricante de relojes de lujo de gran complicación suiza.

Tanto Richemont y Roger Dubuis no han querido hacer público el precio de la operación, pero los expertos aseguran que con casi toda probabilidad el precio haya sido inferior a las ventas anuales de Roger Dubuis, que se estiman en unos 60 millones de euros al año. La fuerte desaceleración de la demanda en China de relojes de lujo es una de las principales razones de que estemos viendo este tipo de consolidación en el sector. Los impuestos en China se han disparado sobre los bienes de lujo, además de que anticorrupción mantiene intacta la política de «estar vigilantes sobre los regalos que reciben los políticos». Hasta el año 2014, China era el principal mercado de venta de relojes de lujo del mundo, con una demanda potencial de 300 millones de millonarios.

El analista experto en el sector de Kepler, Jon Cox aseguraba la semana pasada a Reuters que «dada la situación difícil del sector no me sorprendería ver más consolidación con protagonistas como Swatch Group, LVMH y Kering además de Richemont». El año 2015 fue el peor año en ventas de relojes de lujo y super lujo desde el 2009. Los relojes de la marca Roger Dubuis tienen un precio de entre 15.000 y 500.000 francos suizos, un precio que cada vez menos millonarios en el mundo están pagando.

Disclosure: El medio no se responsabiliza sobre las opiniones expuestas en el artículo. El texto ha sido escrito de manera libre expresando ideas propias, sin recibir ninguna compensación por ello. El autor no tiene ninguna relación de negocios con cualquiera de las empresas cuyas acciones se mencionan en este artículo.