Las multinacionales occidentales abandonan Rusia. Tres semanas de guerra con Ucrania han neutralizado 30 años de progreso económico del país. El primer día del año 1991 abría el primer McDonald’s en territorio ruso. Se ubicaba en la plaza de Pushkin, en el centro de Moscú. Su apertura creó gran expectación y durante muchos años fue el restaurante de la cadena más concurrido del planeta. Hace unos días McDonald’s anunciaba el cierre de su actividad en Rusia y Bielorrusia.
El motivo no es otro que la cruenta invasión de Ucrania por parte del ejército de Vladimir Putin y las durísimas sanciones de dicha acción. Se acaba el símbolo de la integración de Rusia en occidente. Algo que sería una anécdota si no fuera porque 80 mil empleados perderán su trabajo o porque multitud de compañías occidentales siguen el ejemplo de McDonald’s
El conjunto de muy justificadas sanciones hace un roto a la industria del lujo. Cae un país que cada vez más iba ocupando su sitio dentro del sector, como hemos ido constatando en los últimos años a lo largo de las páginas de The Luxonomist. Si ya la crisis del Covid-19 ha mermado el crecimiento del lujo en Rusia, la situación se agravará considerablemente por la acción militar rusa.
El presidente Joe Biden acaba de anunciar que Estados Unidos degradará sustancialmente el estatus comercial de Rusia como castigo por haber invadido Ucrania. Como consecuencia, prohibirá diversas importaciones procedentes de Rusia como el caviar, las bebidas alcohólicas y los diamantes. El Departamento de Comercio de Estados Unidos comunicó también la prohibición de las exportaciones de artículos de lujo a Rusia y Bielorrusia en respuesta a la invasión.
«No permitiremos que Putin y sus amigos continúen viviendo en la opulencia mientras causan un enorme sufrimiento en toda Europa del Este», indicó la secretaria de Comercio de Estados Unidos, Gina Raimondo. Un giro comercial de gran alcance, que revoca el estatus de nación más favorecida para Rusia. Algo que se adoptó en coordinación con la Unión Europea y los países del G7.
Biden indicó que Estados Unidos y otros países estaban añadiendo nuevos nombres a una lista de oligarcas rusos que son objeto de sanciones. Además, se está cortando el flujo a Rusia de productos estadunidenses de alta gama como relojes, coches y ropa de lujo.
Despojar a Rusia del estatus de nación más favorecida le permitiría a Estados Unidos y sus aliados imponer mayores aranceles a sus importaciones. Algo que intensificaría el aislamiento de la economía rusa en represalia por la invasión.
El rublo ruso se ha desplomado hasta un mínimo histórico tras la invasión de Ucrania. Debido todo a las sanciones golpean de manera considerable a la economía. Los rusos ricos se dedicaron estos días a adquirir joyas y relojes de lujo, como reservas de valor dado el hundimiento de su moneda y de la gran limitación por parte del Banco Central para adquirir divisas.
Las ventas de la italiana Bvlgari, propiedad de LVMH, han crecido significativamente en los últimos días. También se han visto grandes colas en las tiendas de Victoria’s Secret y de Uniqlo. La multinacional japonesa se replanteó su postura y cerrará en Rusia al igual que la popular marca de lencería. Mientras tanto, el gobierno ruso prohibía la exportación de cereales y otros productos alimenticios, para tratar de detener la tremenda crisis de abastecimiento que se viene encima.
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