El vino español es uno de los más aclamados del mundo. No en vano, España es el primer exportador mundial en volumen, con algo más de 2.300 millones de litros, y el tercer mayor exportador del mundo en valor, con 2.914 millones de euros exportados, según las cifras de 2021.
Esto convierte al sector en uno de los más importantes de la economía española. Aporta más de 400.000 empleos directos, a lo que hay que añadir la pujanza del enoturismo. Se calcula que 3 millones de personas al año visitan las bodegas y museos de las Rutas del Vino de España, con un gasto cercano a 80 millones de euros al año.
Sin embargo, el mundo del vino no quiere quedarse atrás y ha iniciado una revolución que camina hacia una mayor sostenibilidad e innovación en las bodegas. De hecho, se estima que el sector ha invertido de media, en el último lustro, entre 170 y 180 millones de euros al año en proyectos de I+D+i, lo que ha colocado a España como líder en viñedo ecológico, con 121.200 hectáreas (2020).
Pero este camino sigue recorriéndose y en los últimos tiempos las bodegas van caminando hacia una renovación de sus instalaciones con un objetivo claro: reducir su huella medioambiental sin renunciar al aumento de producción.
De hecho, son muchas las bodegas que van apostando por lo ‘verde’ como nueva forma de negocio. Bodegas Montecillo, por ejemplo, está llevando a cabo la plantación de su primer viñedo 100% ecológico. Así, estos vinos de la tercera bodega más antigua de D.O.Ca Rioja podrán disfrutarse entre los años 2027, para las variedades Tempranillo y Viura de viñedos vinculados, y 2028, para la Garnacha tinta de viñedo propio.
Además, en su apuesta por la sostenibilidad. La bodega ha empezado a utilizar energías renovables con una planta de placas solares para autoconsumo y han comenzado los trámites para conseguir la Certificación Wineries for Climate Protection (WfCP). Se trata de un sello a nivel nacional específico para el sector del vino que permite medir el desempeño de las bodegas en cuatro ámbitos concretos: reducción de gases de efecto invernadero, reducción de residuos, gestión del agua y eficiencia energética.
Por su parte, Pradorey se ha convertido en pionera al convertirse en la primera bodega de Europa en usar corchos ecológicos. Esto demuestra que la apuesta por la innovación y el I+D+i en la Ribera del Duero y en España sigue muy presente.
En concreto, se trata de un tapón con Eurogreen Label y certificación en producto de proximidad kilómetro cero. Este corcho supone una gran innovación en todos los procesos, desde el cuidado de los bosques -respetando la biodiversidad del territorio- hasta el uso de extractos vegetales y tiro animal para trasladar el corcho al cargadero, a la implementación de procesos y técnicas innovadoras aprobadas por el CAECV, para la elaboración totalmente ecológica de los tapones ‘bio’.
Además, la recuperación y el impuso de variedades autóctonas más desconocidas forman parte de esta revolución. Bodegas Emilio Moro ha consolidado la apuesta que realizó hace diez años, en 2013, cuando decidió apostar por la uva ‘godello’, una variedad autóctona de El Bierzo, León y Galicia.
Ahora cuenta con 60 hectáreas de viñedo propio, tres referencias en el mercado y una bodega en construcción «que pronto verá la luz».
Y es que, la modernización de las instalaciones es vital para la expansión del sector y uno de los ejemplos más notables llega de la mano de Norman Foster. Familia Martínez Zabala ha apostado por el prestigioso arquitecto para diseñar ‘El Legado de Bodegas Faustino’, el proyecto más innovador y sostenible del mundo alrededor del vino en la localidad alavesa de Oyón, en el que la bodega española invertirá 15 millones de euros.
‘El Legado de Bodegas Faustino’, ideado por Foster+Partners, supone un rediseño completo del espacio que beneficia a toda la bodega y la finca, con el que busca convertirse en un nuevo paradigma de cómo serán las bodegas del futuro, pero con una mirada puesta en el desarrollo del enoturismo.
Una senda por la que también transita Bodegas Valdubón en Ribera del Duero, que abrió al público el pasado mes de abril totalmente renovada y en la que el visitante podrá disfrutar de diversas experiencias enogastronómicas.
Del mismo modo, Bodegas La Horra, que está situada en la DO Ribera del Duero, ha puesto este martes la primera piedra de su nueva bodega. Diseñada por Carme Pinós, premio Nacional de Arquitectura 2021, se hará bajo criterios de sostenibilidad por unos 9,5 millones de euros.
Por su parte, Bodegas Muga ya está trabajando en mejorar sus instalaciones en la bodega y en la modernización y digitalización de la zona de logística. Todo con una inversión de 7 millones de euros de los que 500.000 irán a parar a la ampliación del aprovisionamiento de energías renovables.
De hecho, la bodega riojana ha obtenido el certificado ‘Wineries for Climate Protection’, primera y única certificación específica para el sector del vino en materia de sostenibilidad medioambiental.
Así, poco a poco el sector sigue creciendo y renovándose como el motor económico que es. Y lo hace con un objetivo claro, mitigar los efectos del cambio climático, que puede ser fatal para su futuro.
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