Varios días antes de la Cumbre de Biarritz del G-7 celebrada el verano pasado se reunieron los grandes de la moda. Multinacionales, productores y fabricantes que son conscientes de los nuevos movimientos sociales y globales por un mundo más sostenible. Y el mundo de la moda es una de las industrias que más contamina el planeta. La presión social no es menor, lo estamos viendo y viviendo durante la cumbre del Clima en Madrid. La presión social está llevando a estas compañías a movilizarse para dar una imagen, cuanto menos amigable, con el medio ambiente.
Todo comenzó con el boicoteo a las prendas hechas con piel animal. Boicot que aún continúa en las grandes ciudades del mundo cada vez que asistimos a una «semana de la moda». Grupos medioambientales y activistas presionan hasta la saciedad para que las firmas no utilicen las pieles animales en sus prendas. Se oponen, sobre todo, a las famosas «granjas de animales».
Más de 30 grandes grupos mundiales del textil, desde el gigante del lujo Kering hasta la española Inditex (Zara, Massimo Dutti…) lanzaron el «pacto de la moda» para comprometerse a emprender acciones que contribuyan a limitar el calentamiento a 1,5 grados más respecto a la era preindustrial.
Algunas de estas empresas se han comprometido a no utilizar piel natural, otras a que sus pieles respetan los derechos de los animales a una muerte digna y a no comprar pieles cuyos orígenes no sean perfectamente conocidos por las empresas. Una «trazabilidad» de las materias primas y de sus proveedores.
Además se comprometen con el empleo y con el cumplimiento de los derechos de los trabajadores en todos los países en los que fabrican o en los que compran los productos. El sector manufacturero es consciente, en cuanto a la industria de la moda, de la necesidad de cambiar de rumbo y de imagen.
Los objetivos del Pacto de la Moda se basan en la iniciativa de ScienceBased Targets (SBT1), que se centra en la acción en tres áreas esenciales para cuidar el planeta:
Las empresas también está viviendo una transformación del sector gracias a las nuevas Apps de venta de ropa de segunda mano. Unas empresas intermediarias en las que la economía colaborativa es la protagonista. Y son los jóvenes, los más jóvenes a partir de los 16 años y hasta los 30 años, los que más utilizan estas aplicaciones. Justo el segmento de «clientes» que intentan captar a través de influencers y las redes sociales con altísimas inversiones en publicidad y que no siempre están funcionando como quisieran.
Las grandes de la moda quieren mejorar su imagen frente a las nuevas generaciones
Las grandes multinacionales hacen un esfuerzo por «llegar» a estos compradores generación Z e Y que sencillamente compran no sólo aquello que les gusta por el estilo, sino que además miran la etiqueta para ver si son respetuosas con sus valores. Si tienes esta sensibilidad, y pasas de las marcas de toda la vida, Veganized es tu tienda online de ropa y complementos respetuosos con el medio ambiente. Y si quieres echar un vistazo a las colecciones de ropa sostenible de las marcas más conocidas, visita las webs de Zara, H&M, Uniqlo o las que componen el grupo Kering.
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