Este miércoles, 15 de febrero, la casa Christie´s llevó a cabo en Nueva York la primera parte de la subasta de objetos personales de la colección de André Leon Talley. Los 66 artículos que se vendieron y por los que se estimaba obtener 455.900 dólares como máximo se cerraron por fin en 1,238 millones de dólares. Una cifra escalofriante que sumó ayer otros 2,18 millones de euros tras salir a subasta los 350 objetos restantes.
Las estrellas de la subasta fueron dos pinturas de Andy Warhol, amigo personal del editor y quien le abrió las puertas de Nueva York. Ambos pintados en 1984, Diana Vreeland Rampant y Candy Box, alcanzaron los 94.500 dólares cada uno, la cifra más alta de la puja.
La misma cantidad se pagó por un juego de tres maletas de Louis Vuitton fechadas en la década de los 90 y personalizadas con las iniciales de Talley. Unas piezas vintage que fueron, junto a más de veinte maletas más, los objetos más codiciados y llamativos del editor.
Estas, además de las bolsas de viaje, mochilas y bolsos no solo de Louis Vuitton sino de Fendi, Prada, Ralph Laurent o Hermès alcanzaron casi los 650.000 dólares.
Capítulo a parte merece el ropero del mítico editor de Vogue. André Leon Talley era un hombre grande, corpulento, que solía vestir túnicas amplias porque con ellas se sentía “libre”. Por eso no es de extrañar que esta exclusiva colección de objetos personales incluyera también prendas de su vestidor.
En total más de treinta túnicas de firmas como Vivienne Westwood, Prada, Tom Ford, Balenciaga o Prada se han vendido junto a bolsos, zapatos, sombreros o abrigos de piel. Como anécdota, uno de los artículos mejor pagados ha sido un porta botellas de cuero negro y cadena dorada firmado por Chanel en 1994 (vendida por 27.720 dólares).
Muebles, joyas, retratos, fotografías, ilustraciones… la subasta de objetos personales de André Leon Talley ha sido sin duda un repaso por su vida, sus amigos y sus aficiones. Karl Lagerfeld, Anna Wintour, el mentado Andy Warhol o su mentora, Diana Vreeland, son algunos de los nombres propios con protagonismo e identidad en todos ellos.
Con esta venta se cumple el deseo del periodista, fallecido en enero de 2022, de vender sus pertenencias y donar los beneficios a dos insituciones que fueron importantes para él. Una, la Iglesia Bautista Abisinia, que se dedica a la adoración y sirve a la comunidad de Harlem; y dos, la Mount Sinai Missionary Baptist Church que fue la iglesia de su infancia.
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