A una hora de Oporto, tres nuevas centrales se levantan sobre el río Tâmega: Gouvães, Daivõesy Alto Tâmega. Un complejo hidroeléctrico de Iberdrola que se encuentra actualmente a dos tercios de su construcción y que supondrá un aumento del 6% de la potencia eléctrica total instalada en Portugal.
Esta semana, el presidente de Iberdrola, Ignacio Galán, ha enseñado la evolución de las obras al primer ministro de Portugal, António Costa, acompañado también por el ministro de Medio Ambiente y Transición Energética de Portugal, João Pedro Matos Fernandes; y los presidentes de las Cámaras Municipales de Ribeira de Pena, de Vila Pouca de Aguilar, de Chaves y de Cabeceiras de Basto.
Estos trabajos, que emplean a miles de profesionales en más de 100 empresas (75 de ellas portuguesas), comenzaron en 2014 y ahora mismo los encontramos así: Gouvães, al 75%; Daivões, al 68%; y, Alto Tâmega, al 42%. De tal modo que se prevé que las dos primeras entren en operación ya a finales de 2021. Una vez en funcionamiento, esta gran infraestructura renovable tendrá capacidad de almacenamiento suficiente para dar servicio a dos millones de hogares portugueses durante un día entero.
La apuesta decidida de Iberdrola por un modelo energético sostenible, que comenzó hace ya dos décadas, queda patente en obras de este tipo. El presidente de Iberdrola ha destacado que emprender proyectos de esta envergadura «es posible si se dispone de una planificación clara, un marco estable, una seguridad jurídica y un diálogo permanente entre las partes», como ocurre en Portugal.
Asimismo, Galán ha felicitado al primer ministro por el proceso de recuperación económica experimentado por el país: «Partiendo de estas condiciones incentivadoras, el éxito de su programa económico y su agenda social han hecho que durante su mandato se haya incrementado la inversión extranjera directa hasta niveles récord».
Las tres plantas que integran la gran gigabatería del Tâmega suman una potencia de 1.158 megavatios (MW). Aportará casi 900 MW de capacidad de bombeo al sistema eléctrico portugués. Esto implicará un incremento superior al 30% respecto a los megavatios de bombeo de los que dispone a día de hoy el país vecino.
Las plantas de bombeo constituyen en la actualidad una salvaguarda para el sistema eléctrico. De hecho, permiten almacenar energía, algo clave para garantizar la estabilidad del sistema eléctrico ante la intermitencia de otras fuentes de energía renovables. Y todo ello sin generar ningún tipo de emisión contaminante a la atmósfera.
Con este desarrollo, Iberdrola contribuye al progreso del país con más de 1.500 millones de euros de inversión e impulsará el cumplimiento de objetivos de reducción de emisiones de Portugal, a lo que se añadirá mayor capacidad eólica en la región.
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