Alejandra Adriano

Sidney es una ciudad que tiene muchísimas bahías, playas, calas y riveras fluviales. Por su orografía, es fácil vivir en una zona cerca de agua del mar o de un río, pero sus aguas esconden más de 200 barcos, hundidos con una interesante y apasionante historia detrás. Hoy os hablaré de algunos barcos utilizados en la historia mundial reciente, ahora abandonados pero con algo que contar. Se pueden encontrar en la bahía de Homebush, al oeste de la ciudad, donde el mar de Tasmania se adentra en la ciudad formando el cauce del río Parramatta. Barcos en el Río Parramatta. Al fondo, la City El Parramatta, un río navegable Este río es navegable y actualmente cuenta con una actividad fluvial constante, donde numerosos ferris, catamaranes, veleros y otros tipos de embarcaciones de recreo surcan a diario la rivera del río, bien para el transporte de viajeros bien para otros menesteres. En algunos casos, algunos de ellos se utilizan para el transporte habitual para llegar al CBD (Central Business District) en aproximadamente 30 minutos. Detalle de los restos de un barco Los secretos de la bahía de Homebush Pero el viaje desde Circular Quay hasta Parramata esconde algunos rincones muy bonitos e interesantes, aunque hoy te hablaré de lo que esconde la bahía de Homebush, cerca del Parque Olímpico. Una vez coges el ferri que sale desde Circular Quay o donde está la bahía más famosa de Australia, tienes una panorámica maravillosa. Entre la Opera House, a la derecha y el Harbour Bridge, que atravesarás por abajo, dejas atrás el skyline de la city o CBD. Durante el viaje pasarás por pequeñas bahías y pequeños lugares de atraque de numerosas embarcaciones de recreo, desde veleros y catamaranes hasta yates deportivos que te quitarán el hipo. Detalle de la rivera del río Parramatta Barcos históricos Aproximadamente a mitad del recorrido, en Wentworth Point, encontrarás algo que te llamará la atención si estás sentado en el exterior de barco para disfrutar del viaje. Esta zona que fue olímpica en el año 2000, y a mediados del siglo pasado estaba dedicada al desguace de barcos en los años 60. Ahora se podría decir que es un cementerio de barcos desde principios de los años 70 del siglo pasado. Llegaban a este punto despojados de armamento con el objetivo de reutilizar alguna de sus partes para otros barcos. Con el tiempo, estos barcos no se utilizaron nunca más y quedaron abandonados en la bahía. Pero el SS Ayrfield destaca por la localización y accesibilidad y por su actual arboleda dentro de su cubierta principal, siendo el atractivo de su visita. Es un espectacular bosque flotante dentro del que fue originariamente un barco de vapor. Otros dos barcos abandonados La historia sobre las aguas de Homebush Barcos como SS Heroic, SS Mortlake Bank, Meggol o HMAS Karangi son ejemplos de barcos que descansan en esta pequeña bahía cuando el tiempo se paró allá a principios de los años 70. Ahora están rodeados de modernos y lujosos apartamentos cuyas vistas a la pequeña bahía lo hacen especial. El paseo, agradable a orillas del río, te lleva a donde los restos de estas embarcaciones dejan verse a los curiosos viandantes que buscan algo de historia. Todos estos barcos están ahora protegidos por Patrimonio del Gobierno australiano (Shipwrecks Act, 1976). Pero de todos los barcos abandonados en la actualidad que se pueden ver en la superficie, el más llamativo por el bosque que tiene en 'su interior' y a su vez el más visitado por su accesibilidad es el SS Ayrfield (anteriormente SS Corrimal, cuando se construyó a principios del S.XX en Reino Unido). Fue comprado por el gobierno de la Commonwealth y utilizado para el transporte de suministros a las tropas estadounidenses estacionadas en la región del Pacífico durante segunda Guerra Mundial primero, y para el transporte de carbón años, después. Barco SS Ayrfield al amanecer Ideal para un paseo tranquilo por la zona olímpica en la tarde y ver atardecer en la orilla de la bahía. Aprovecha si la marea esta baja para acercarte un poco más y descubrir parte de su historia. Sin duda estos barcos están llenos de historias por contar antes de que llegaran a Wentworth Point para morir. Aquí se esconde parte de la historia de la II Guerra Mundial.

Alejandra Adriano

La playa que se convierte en spa