El héroe no nace, se hace

En el corazón de esta historia se encuentra la tecnología azul de Biotherm, que se nutre de excepcionales ingredientes activos en las profundidades acuáticas. «Nuestro desafío inicial era transformar el agua termal de los Pirineos franceses, rica en nutrientes y muy apreciada por los soldados romanos por sus propiedades curativas, en los primeros productos específicamente diseñados para satisfacer las necesidades de tratamiento de los hombres», asegura la compañía. En las últimas tres décadas, han ampliado los horizontes para afianzar la posición como marca número 1 en tratamientos premium para el hombre.

Tres décadas después, Biotherm Homme sigue siendo pionera del mercado, consolidándose como la marca número 1 en tratamientos premium para hombre, título que ostentan con mucho orgullo, ya que significa que los hombres – héroes cotidianos- «creen en nosotros tanto como nosotros creemos en ellos», afirman desde la compañía.

La historia de la cosmética masculina en nuestro país se ha escrito en las últimas tres décadas. Años en los que el hombre más moderno, el que quería ir más allá, se atrevía con un aftershave que seguramente tenía más alcohol que beneficios para su piel, pero que «tonificaba porque escocía» y que olía bien, y eso gustaba, gustaba sobre todo a las mujeres que vieron ahí la brecha para entrar y convertirse en prescriptoras de un hombre analfabeto en usos cosméticos. Y fue por entonces cuando el perfume pasó a ser el regalo para ellos en las fiestas señaladas, que no eran tantas. ¿La piel como bien a proteger? Para eso aún quedaba un tiempo.

Fue en 1985 cuando irrumpió en un mercado virgen, predicando en el desierto de un país que apenas se abría a la modernidad, pero en el que los jóvenes recibían ansiosos la novedades. Y la belleza más allá de la higiene era una de las posibilidades para ser moderno. Para apoyar a ese hombre en proceso de cambio la industria tuvo que renovarse. En un salto sin precedentes, se pasó de la pastilla de jabón y de la espuma de afeitar a la primera crema hidratante masculina, todavía con la mujer como principal maestra en la formación.

«El camino no ha sido fácil, porque los hombres han necesitado entender y apreciar el beneficio, la recompensa que suponía para ellos añadir más pasos a su rutina diaria de cuidado personal. El hombre tiene que estar convencido de que los beneficios que obtiene son relevantes para él y que van a mejorar sustancialmente su aspecto. Y en ese pequeño pero importante matiz podría estar la clave del posterior desarrollo y evolución de este sector», continúan en Biotherm.

En este panorama, de la hidratante se pasó a la exfoliante, de la exfoliante al contorno de ojos y, como ese hombre maduraba, llegaron las primeras cremas anti-edad. En este proceso educativo el hombre ha aprendido que estar cuidado y parecerlo tiene sus ventajas, que es una de los cosas que suma a la hora de tener más prestigio, mejor trabajo y más posibilidades en el momento de la seducción.

Si en 1990, sólo un 4% de los hombres reconocía utilizar un producto de belleza facial, en 2001 ya lo hacía el 21%. En 2015 uno de cada dos lo usa, lo elige y lo compra personalmente, sin el consejo de la mujer.  Un panorama bien diferente al de décadas anteriores.

El nuevo milenio trae buenas noticias, como la de los hombres españoles cuidándose tanto y tan bien como sus vecinos europeos, con Biotherm Homme presente en más de 70 países y siendo número uno en ventas a nivel mundial – con España a la cabeza; una posición de líder que le permite presumir de varias cosas: de haber abierto un mercado sin muchas garantías de futuro; de haber contribuido a educar al hombre en el uso y el disfrute de la cosmética, y de haber dedicado tiempo y presupuesto a la investigación científica en la búsqueda constante de innovación descubriendo los principios activos más adecuados para cuidar la piel del hombre.