La tercera entrega de la lista de alimentos ‘peligrosos’ que iniciamos hace tres semanas cuenta con seis productos que tendrían que reducirse drásticamente de nuestra dieta e incluso eliminarlos completamente si se tiene fuerza de voluntad.
¿A quién no le gusta un buen filete de carne roja? Bistec, entrecot, llámalo como quieras… pero un buen chuletón es un manjar que no queremos dejar de disfrutar. Pues hay que hacerlo. Cuando se trata de carne roja, toda la cosa de la «moderación» parece saltar por la ventana. En general, el mundo occidental come demasiada carne de cerdo, cordero y ternera, lo que aumenta el riesgo de cáncer. Estas carnes son difíciles de digerir, sin mencionar la larga lista de variables relacionadas con la agricultura industrial y las condiciones inhumanas de algunos de estos animales que crecen hormonados. Esto se traslada al los seres humanos tras la ingesta.
En Estados Unidos el pollo frito es una institución. Todas las cadenas de comida rápida, incluidas las especializadas en hamburguesas, cuentan con una variación de pollo frito en sus menús. Mal. Y ¿por qué mal? Pues porque los aceites en los que se fríe son malísimos para la salud. En un estudio publicado sobre nutrición, metabolismo y enfermedades cardiovasculares, se encontró que comer alimentos fritos más de cuatro veces por semana aumenta el riesgo de obesidad, en comparación con dos veces o menos.
Los granos refinados son cualquier cosa menos beneficiosa para el cuerpo. Durante el procesamiento del pan blanco o pan de molde, por ejemplo, el grano entero se tritura finamente y se le quita su valor nutricional. En lo alto de la escala glucémica, se sabe que este carbohidrato aumenta los niveles de azúcar en la sangre, lo que incrementa el riesgo de resistencia a la insulina y las complicaciones de salud asociadas, incluida la diabetes.
Peli en casa el sábado por la tarde con niños, palomitas de tres minutos y listo. Pues también son malas. Estas palomitas contienen un poco de diacetil. Este químico rompe la capa de células que protegen nuestro cerebro, sin mencionar la toxina conocida como PFOA, que cubre las bolsas. En su lugar, compre una palomitera que salte con aire y olvídese de las palomitas del microondas.
Sí, lo creas o no, el jugo de frutas es un alimento mortal por su alto contenido de fructosa. Embotellados con azúcar, la mayoría de los jugos de frutas no son más que bebidas azucaradas que no solo aumentan el riesgo de diabetes, sino también la grasa abdominal. En su lugar, consume más agua con infusión de frutas. Hazte el zumo en casa natural y olvídate de comprarlo.
Sí, las que están ahora de moda. Esas que te ayudan con el running y el resto de deportes. ¡Olvídate! Si tienes sed, bebe agua, porque estas bebidas según los expertos de la revista Healthy Leaving son muy perjudiciales para la salud. Tienen un alto contenido de sacarosa, glucosa y cafeína. Son esencialmente cócteles químicos caros. En su lugar, comienza a beber té verde frío, que es rico en antioxidantes.
Si eliminas los 16 alimentos que llevamos descritos en las últimas tres semanas serás una persona realmente sana. Lo más importante: reemplaza el mayor número de alimentos procesados y fritos por alternativas de alimentos integrales y ricos en nutrientes.
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