Buscando la sonrisa perfecta

El uso de implantes está a la orden del día. No sólo los lucen las personas a las que les falta una pieza dental sino también aquellas que quieren mejorar la estética de los dientes que les ha dado su genética. Pero me resulta habitual ver a personas que llevan dientes «postizos» muy poco armoniosos y que resultan antiestéticos (como ver una delgada línea oscura entre la encía y el diente implantado).

Hace unos días conocí que la tendencia más vanguardista en odontología es utilizar la cirugía guiada por ordenador para obtener mejores resultados y también para que el paciente sufra lo menos posible.  Con esta nueva modalidad de trabajo, el médico planifica en un ordenador con 3D todos los pasos de la intervención colocando las piezas que se necesitan reponer teniendo en cuenta la «arquitectura» dental del interesado.

También le permite simular la operación tantas veces como necesite porque «entra» virtualmente en el maxilar del paciente sin tener que realizar ninguna incisión. Por lo tanto, se evitan los errores que se manifestaban sólo después de haber terminado el proceso completo o incluso una vez cementada la prótesis. Además como se ha ensayado antes la duración de la intervención «real» disminuye considerablemente como también ocurre con el número de cortes, suturas y molestias.

Otro de los avances gracias a la era digital de la odontología es que en vez de utilizar moldes de escayola, ahora las clínicas que más invierten en última tecnología usan un robot y una impresora 3D que permiten fabricar coronas con mayor precisión milimétrica que se ajustan perfectamente y de una resistencia mayor. También es tendencia realizar, siempre que sea lo más indicado, implantes inmediatos. Es decir, que se coloque la pieza en el mismo acto en que se extrae el diente con su raíz natural. De esta forma el paciente se ahorra dos anestesias locales y dos intervenciones.

Con estas nuevas técnicas los precios oscilan entre los 600 y hasta los 1000€ por cada implante de titanio especial, que es un material biocompatible, bioinerte y con capacidad de integrarse en el hueso y con muy buena tolerancia por parte de los tejidos blandos. De los precios más bajos hay que sospechar, porque como explica el Dr. Jose Manuel Reuss de la Clínica Vilaboa, «el low cost se consigue a costa de comprar materiales sin avales científicos y de baja calidad y de contratar a dentistas con escasa formación que rotan por las clínicas con mucha facilidad, de manera que si tienes un problema con tu implante seguramente te atenderá otra persona. Esto no ocurre en una clínica de prestigio»

Con todo, en España se colocan unos 800.000 implantes al año aunque su número aumenta un 20% cada ejercicio. Un crecimiento que también registra Estados Unidos. Está claro que lucir una sonrisa perfecta está más de moda que nunca tanto a un lado como al otro del Atlántico.