No cabe duda que la apariencia física juega un papel importante en nuestra sociedad, siendo considerada por muchos como un instrumento básico para alcanzar el éxito social y laboral. Pero más importante que la apariencia externa es cómo cada persona se siente en relación a su propio cuerpo, cómo se llega a percibir. La satisfacción con el cuerpo determina tanto el concepto y la imagen que se tiene de uno mismo, como la forma de relacionarse con el entorno.
La insatisfacción con la imagen corporal está asociada a una baja autoestima, pobre autoconcepto, problemas en la identidad de género, ansiedad interpersonal, problemas sexuales y trastornos depresivos. Por ello, cultivar la autoestima y el bienestar interior es clave para sentirnos bien. La cirugía plástica puede ayudar a paliar estos problemas, concretamente nos centraremos en una de las operaciones que más frecuentemente se demandan, la rinoplastia en su versión ultrasónica.
La cirugía de nariz es un tipo de tratamiento quirúrgico que lleva más de 1000 años de historia y evolución. Ya en el 600 a.C. los médicos hindúes reparaban las lesiones de la nariz usando tejido de la frente. Así, desde India pasando por la etapa italiana, hasta nuestros días, la rinoplastia convencional, en su evolución, ha dado lugar a la rinoplastia ultrasónica.
La nariz es un órgano delicado que requiere ser tratado con instrumentos de precisión que respeten su integridad. Del mismo modo que otras intervenciones han incorporado tecnología para mejorar sus resultados. Micromotores, robots, navegadores, etc. eran imprescindibles al pasar al siglo XXI para dejar de dañar tan bruscamente este órgano.
Es el procedimiento más avanzado para la intervención de la nariz. Se realiza con un aparato que emite ultrasonidos y que sustituye a los tradicionales escoplo y martillo para limar y cortar el hueso, con el resultado de que no daña los tejidos de alrededor.
Cambia totalmente el paradigma de la forma de remodelar los huesos. Utiliza la misma base técnica que durante muchos años se ha empleado en otros campos de la medicina como la cirugía maxilofacial, la traumatología o la neurocirugía, pero va un paso más allá. Porque los ultrasonidos no afectan a los tejidos blandos y los hematomas son mucho menores.
Lo bueno de este procedimiento es que reduce considerablemente el tiempo de recuperación y el dolor postoperatorio ya que es mucho menos agresivo e invasivo. Para más información consulta aquí: rinoplastia ultrasónica en Madrid
En cualquiera de estas situaciones, esta suave y menos traumática intervención, supondrá un gran alivio para el sufrimiento del paciente, así como una solución rápida y eficaz.
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