El cambio de Uma

La nueva imagen de Uma Turman ha causado un revuelo como ya pasó con el cambio radical de otra actriz hace unos meses, René Zellweger. Pero las estamos juzgando desde una perspectiva diferente. La nuestra. En los Estados Unidos tienen un concepto mucho más agresivo de cirugía sobre todo si se trata de la facial. Piensan que cuanto más se estiran, mejor. Para ellos no es tabú como en nuestro país. Allá está bien visto prosperar en todos los aspectos. Incluso en el físico.

Aquí un hombre o una mujer que quieran mejorar demandan siempre un resultado final “natural”. Que se note poco. En América no les importa. De hecho, lo que quieren es que se les note y además presumir de ello. El mundo de la cirugía plástica anglosajona y americana funciona de una manera muy diferente. Se podría decir que es mucho más agresivo. El cambio radical de Uma Turman es principalmente por dos cirugías importantes. Un lifting y una cantopexia que es el rejuvenecimiento de la zona del ojo.

En mi opinión, el lifting está muy bien realizado. Aunque creo que no lo necesitaba. Bajo mi criterio, habría intentado mantener la naturalidad en su rostro y evitar ciertas cirugías más propias de pacientes de mayor edad, como el lifting completo. Lo que es evidente es el cambio que la cantopexia ha provocado en la mirada de la actriz. Thurman siempre ha tenido un ojo más grande que el otro. El cirujano debe tener en cuenta esas asimetrías y no trabajar por igual los dos lados de la cara.

Uma Thurman siempre había estado en contra de este tipo de intervenciones. Cuando una mujer de 44 como ella se somete a este lifting y de este nivel, es probablemente por motivos profesionales. Por ejemplo que  le hayan sugerido que necesita frescura en su rostro para un nuevo proyecto. Es actriz y vive de su imagen. Posiblemente se haya sentido más presionada. Sobre todo porque en Hollywood las mujeres viven bajo esta presión, según cuentan, al llegar a cierta edad. Desaparecen y tienen problemas para conseguir papeles interesantes o que cuenten y se acuerden de ellas.

En resumen, se trata de que haya un entendimiento total entre cirujano y paciente antes de la intervención. Que ambos tengan el mismo objetivo respecto a los resultados. Que estos sean reales y satisfactorios y realizarlos con éxito. Estados Unidos es otro mundo, otro concepto, otra cultura.