Por tantas ‘chicas danesas’

La transexualidad cada vez está más aceptada en nuestra sociedad pero aún queda mucho por hacer.

Doctor Iván Mañero. 22/02/2016

El pasado enero se estrenó en nuestro país ‘La chica danesa, una película que explica la historia real de la pintora danesa Lili Elbe, la primera transexual que se sometió a una cirugía de reasignación genital. Una historia muy humana que sucedió en la Dinamarca de principios del siglo XX.  Sin embargo, y a pesar de la época en la que le tocó vivir, Lili tuvo la enorme suerte de contar con un entorno (muy pequeño es cierto) que la apoyó y con una esposa que la aceptó tal y como era.

Eddie Redmayne es el protagonista de 'La chica danesa'
Eddie Redmayne es el protagonista de ‘La chica danesa’

Pues a Lili Elbe fue su propia esposa quien le ayudó a descubrir su transexualidad al pedirle que posara para ella -ambos eran pintores- con un vestido de mujer al no disponer de la modelo. Fue entonces cuando Lili empezó a descubrir su disforia de género, su necesidad de ser mujer y de adaptar su cuerpo a su identidad real.

Esta película tiene unas connotaciones muy especiales para mí. Nominada a los Oscar, tan bien recibida por el público, con proyección internacional, que trata el tema de la transexualidad desde un punto de vista sensible y humano, que recibe tan buenas críticas, ya no sólo por su aspecto cinematográfico, sino también por la historia que explica… me demuestran que el camino que empecé hace ya 20 años no ha sido en vano.

El descubrimiento de su verdadera identidad, una de las escenas cumbre de 'La chica danesa'
El descubrimiento de su verdadera identidad, una de las escenas cumbre de ‘La chica danesa’

¿Qué es la transexualidad?
Porque ya hace casi dos décadas que empecé a trabajar con personas que sufrían un trastorno que entonces se conocía como transexualidad y que hoy preferimos llamar disforia de género. Estas personas sienten que su identidad sexual o identidad de género se encuentra en contradicción con su sexo biológico y genético (cromosómico). En estos casos, estas personas ni se identifican ni sienten como propio el sexo genital o biológico con el que han nacido y esto les produce una manifiesta insatisfacción y sufrimiento con su anatomía sexual y con el rol social que ésta lleva implícita.

Este trastorno de identidad sexual no entiende ni de culturas, ni de etnias, ni de nacionalidades, ni de condición socio-económica, pues se dan en todas ellas de manera similar, como suele suceder con la mayoría de las manifestaciones naturales. Se suele dar ya en la primera infancia, cuando el niño o niña empiezan a entender el concepto de ‘yo’ y a identificarse como miembro de un género u otro.

Lili fue la primera transexual (a la izda), a la que da vida Redmayne en el cine
Lili Elbe fue la primera transexual (a la izda), a la que da vida Redmayne en el cine

Es entonces cuando descubren que su anatomía no se corresponde con su género (se sienten niña, pero han nacido con sexo biológico y cromosómico de niño, o a la inversa). En ese momento empieza un largo camino, que debería contar con el pleno apoyo de toda su familia y entorno, y que sólo culmina cuando esa persona siente que su género y su cuerpo están en armonía, cuando deja de sentir aversión hacia sus órganos sexuales de nacimiento. Para conseguirlo, en ocasiones, es necesario que reciban tratamiento hormonal, médico y/o quirúrgico, así como acompañamiento psicológico.

20 años atrás
Pero entonces, hace 20 años cuando empecé, un problema individual de identidad sexual se convertía en un problema social, por culpa de la incomprensión de una sociedad que, por entonces, seguía endemoniando a estas personas. Por familias que expulsaban de su seno a jóvenes que no entendían qué les pasaba; por médicos que lo atribuían a trastornos psiquiátricos graves o a crisis de identidad pasajeras; por cuerpos de seguridad que los asociaban con la prostitución y el consumo de drogas; por directivos que no les querían en su empresa por mucha formación que tuvieran; por ejércitos que los repudiaban… Por tanta gente.

Desde 1920, las operaciones de cambio de género se llevan a cabo, como se ve en la cinta
Desde 1920, las operaciones de cambio de género se llevan a cabo, como se ve en la cinta

En aquel tiempo fueron muchos los que criticaron mi posición tanto como médico y como persona ante esos pacientes. Y sin embargo, en todos estos años han pasado por mi consulta muchos pacientes que sufren disforia de género y ninguno de ellos lo era por vicio, por capricho o porque un día se había levantado con el pie izquierdo. El transexual no se hace, sino que se nace. No es una inclinación sexual, ni un fetichismo, ni un desequilibrio psicológico. Es un desajuste que hoy empezamos a conocer mejor y al que podemos ofrecer soluciones. Unas soluciones que deberían contar siempre con el apoyo de la familia y del entorno.

El apoyo del entorno
En estos años han pasado muchas personas por mi consulta y con ellas sus historias, muchas veces muy duras y desgarradoras, otras, llenas de lucha pero con el apoyo de una familia y unos amigos. La historia de ‘La chica danesa’, aunque salvando las distancias, me ha hecho recordar de nuevo a una de mis pacientes. Su historia sigue acompañándome.

Eddie Redmayne y Alicia Vikander están nominados al Oscar
Eddie Redmayne y Alicia Vikander están nominados al Oscar

A mi paciente, con más de 60 años, le descubrieron un cáncer que le condenaba a dos años de vida. Fue entonces cuando se atrevió a dar el paso y explicar que llevaba toda la vida sintiéndose una mujer. Y quería vivir sus últimos años como tal. Tras la sorpresa inicial, su familia se volcó con ella. Como hombre estaba casado y su esposa y sus hijas estuvieron siempre a su lado. Le enseñaron a maquillarse, a vestirse y a comportarse como una mujer. Sin reproches, sin reclamaciones.

La historia de 'La chica danesa' conmueve al espectador
La historia de ‘La chica danesa’ conmueve al espectador

En una de sus últimas consultas me confesaba que esos años habían sido los más difíciles de su vida por culpa del cáncer, pero al mismo tiempo también habían sido los más felices porque había podido ser ella misma y seguir contando a su lado con las personas que tanto amaba. Y lo sigo viendo una y otra vez: si la familia, los amigos, la escuela, el entorno laboral, el equipo deportivo… apoyan a la persona transexual su camino es difícil, pero feliz.

Un cambio social
Y sin embargo, en estas dos décadas he visto un cambio en nuestra sociedad, no completo, es cierto, sería una utopía pedirlo, pero un cambio profundo y, desde mi punto de vista, ‘hermoso’. Cada vez son más las familias que cuando descubren que su hijo o hija sufre disforia de género acuden a un especialista para saber cómo ayudarle. Cada vez la sanidad pública ofrece más soluciones (o intenta ofrecer, porque con los recortes se han parado muchas cosas).

El amor de la mujer de Lili, su gran apoyo en su cambio de género
El amor de la mujer de Lili, su gran apoyo en su cambio de género

Cada vez la policía es más sensible a estos temas. Cada vez hay más personas transexuales visibles en el mundo del deporte, de la cultura, del cine, de la empresa… Cada vez desvinculamos más la palabra transexualidad de la palabra prostitución. Por ello creo que son películas como estas las que nos ayudan a dar visibilidad a un problema que hoy en día sigue existiendo. Y cuando hablo de problema, no me refiero a la transexualidad, sino más bien a la dificultad que tiene nuestra sociedad (sí, la nuestra, porque en otras culturas son plena e históricamente aceptados) a acoger a estas personas como ciudadanos de primera.

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