Los pechos son una de las partes más importantes del cuerpo de la mujer. Además de su papel funcional como fuente de alimentación y nutrición para los futuros hijos son también uno de los atributos más atractivos del organismo femenino. Unos pechos poco firmes situados por debajo de su posición natural pueden afectar negativamente a la imagen corporal de la mujer, causando problemas tanto físicos como psicológicos. Por eso hablamos hoy de la caída del pecho.
Las glándulas mamarias son tejidos grasos que presentan una movilidad superior a la del resto de órganos del cuerpo. Los pechos no disponen de ningún músculo que los sostenga, ni tampoco se encuentran fijados al tórax. Permanecen en suspensión mantenidos por un sostén natural a modo de envoltura cutánea.
Únicamente cuentan con lo que conocemos como ligamentos de Cooper. Estos son unos tabiques fibrosos que fijan la glándula mamaria a la dermis, al pezón y a las diversas porciones mamarias que existen entre sí.
Con el paso de los años, ese sostén natural pierde su firmeza y turgencia y tiende a caerse por su propio peso, perdiendo su forma y contorno. Los pechos caídos reciben el nombre médico de ptosis mamaria. Como hemos explicado anteriormente, se produce de forma natural fruto del envejecimiento de los tejidos y de la disminución progresiva de la elasticidad de la piel.
No obstante, podemos destacar otras causas o factores que pueden provocar esta caída del pecho.
No existe una edad en la que podamos fijar el inicio de la caída del pecho. Una mujer de veintitantos años puede contar con un pecho caído, mientras que otra de más de 40 puede contar con unos pechos firmes.
La flacidez de los tejidos mamarios y las causas anteriormente mencionadas pueden afectar de manera distinta a cada mujer, y sufrirlos en un momento diferente de su ciclo vital. No obstante,no podemos obviar que la edad es un factor fundamental en la mayoría de los casos.
No se puede evitar el efecto de la gravedad y el envejecimiento de los tejidos, pero sí que se pueden seguir una serie de consejos y rutinas que pueden mitigar sus efectos:
Se trata de la cirugía mamaria encargada de levantar el pecho caído, devolviéndole su forma y su posición natural. La mastopexia puede realizarse con o sin implantes mamarios.
Otra de las técnicas utilizadas para tratar la elevación del pecho es el lipofilling. Se trata de un procedimiento que emplea grasa sobrante de la propia paciente que se extrae mediante técnicas de liposucción de zonas donde hay en exceso (muslos, abdomen, cartucheras…) y que, una vez tratada, se inyecta en el pecho para levantarlo de manera natural. Es lo que se conoce como tratamiento dos en uno.
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