La cirugía íntima femenina engloba aquellos procedimientos quirúrgicos destinados a corregir problemas funcionales y/o estéticos de las zonas íntimas de la mujer. Gracias a ellos la paciente mejora su aspecto físico, gana confianza en sí misma y consigue una mayor satisfacción en sus relaciones sexuales.
Pese a que el procedimiento más común es la reducción labial o labioplastia, que consiste en la reducción de los labios menores cuando estos están demasiado desarrollados o cuelgan en demasía, también existen otras intervenciones como la reducción del monte de venus o la himenoplastia.
La hipertrofia o desarrollo excesivo de los labios menores es una alteración anatómica que se produce cuando estos labios presentan una desproporción en su tamaño, bien en su anchura o bien en su longitud, con respecto a los labios mayores.
Se trata de una alteración que puede aparecer a cualquier edad, aunque es bastante más frecuente que se desarrolle durante la pubertad. Por ello, en ocasiones, es difícil de detectar. Otros motivos que pueden provocar su aparición son el parto y el envejecimiento de los tejidos.
Contar con unos labios menores vaginales hipertróficos no causa problemas de salud, pero puede afectar psicológicamente a la mujer que lo padece, mermando su autoconfianza. Además, se trata de una anomalía que interfiere en la vida diaria de las mujeres, causándoles diferentes tipos de incomodidades:
La labioplastia es una intervención indicada para reducir los labios menores cuando estos son excesivamente grandes, colgantes o asimétricos, con respecto a los labios mayores. El procedimiento quirúrgico es sencillo y se realiza bajo anestesia local con una mínima sedación.
La operación consiste en la retirada del exceso de tejido que causa la hipertrofia de los labios, además de la piel sobrante de los mismos. El procedimiento se lleva a cabo de forma ambulatoria, y no requiere de ingreso hospitalario. Suele prolongarse durante una media hora, tiempo tras el que la paciente puede volver a su casa.
La cicatriz necesaria para llevar a cabo la labioplastia es totalmente invisible, los puntos de sutura empleados en la intervención caen de forma natural a las dos semanas. Se recomienda mantener reposo relativo durante las 6-8 horas posteriores a la intervención, además de llevar una higiene íntima escrupulosa para evitar infecciones.
El monte de Venus es la parte de piel que cubre el pubis de la mujer. Está compuesto por tejido graso y tiene forma de triángulo inverso. Se localiza encima de los labios y normalmente está cubierto de vello púbico.
Cuando se acumula una cantidad significativa de grasa en el monte de Venus y en la zona superior de los labios mayores se produce un abultamiento que puede ser visible cuando la mujer usa ropa ajustada, bañadores, ropa de deporte… Este exceso de grasa no responde ni a la dieta ni al ejercicio intenso, por ello son muchas las mujeres que recurren a la cirugía íntima femenina para poner fin a este problema.
Para tratarlo se realiza una liposucción bastante sencilla y de corta duración que se lleva a cabo con anestesia local y con una mínima sedación. El procedimiento no requiere ingreso hospitalario y consiste en realizar una pequeña incisión en la zona a tratar a través de la que se introduce una cánula mediante la que se aspira, extrae y elimina el exceso de grasa, consiguiendo moldear el pubis.
Tras la intervención, y a lo largo de una semana, la paciente deberá llevar una prenda de compresión para moldear la zona. La recuperación es rápida, las labores cotidianas o la reincorporación al trabajo puede realizarse al cabo de 1-2 días, el ejercicio y las relaciones íntimas deberán esperar de 2 semanas a un mes.
También conocida como himenorrafia, se trata de una intervención de cirugía íntima femenina dirigida a reconstruir, restaurar o crear el himen de las mujeres. La restauración del himen también se conoce coloquialmente como la “revirginización”.
Para llevarla a cabo se corta la piel desgarrada alrededor de los bordes del himen para suturar el tejido restante dejando una pequeña abertura. Con esta intervención se restaura el himen manteniendo su tamaño y forma original. Si no existe suficiente piel para restaurar el himen, o si directamente no existe un himen, el cirujano puede crear uno nuevo, ya sea empleando parte de la piel vaginal delgada del cuerpo o añadiendo un tejido sintético.
Contar con un himen intacto sigue siendo importante en muchas culturas. Es un símbolo de pureza y virginidad que deben conservarse hasta contraer matrimonio. También puede ser necesaria la intervención cuando se producen imperfecciones en el himen que bloquean el flujo menstrual. El procedimiento himenoplástico para corregir esto se llama himenotomía y consiste en realizar un pequeño agujero en la membrana para permitir el flujo sanguíneo.
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