Ventajas de la reducción de pecho

La 'Cirugía Feliz' a la que se sometieron más de 120.000 mujeres en 2016 es una solución para problemas físicos y psicológicos.

Julio Puig. 24/02/2017

Desde que Ariel Winter, conocida por su papel de Alex Dunphy en la exitosa ‘Modern Family’ (en portada), redujese el tamaño de su pecho en junio de 2015, los medios de comunicación se han llenado de historias, noticias y reportajes en los que distintas mujeres relatan las ventajas de someterse a una cirugía de reducción de pecho. De hecho, muchos cirujanos plásticos se refieren a la reducción de mama como una ‘cirugía feliz’. No en vano, la operación cuenta con una de las tasas más altas de satisfacción dentro de los distintos procedimientos existentes en la rama de la cirugía plástica. Según los datos de la Sociedad Americana de Cirugía Plástica y Estética, más de 120.000 mujeres se sometieron al procedimiento en 2016 – un aumento del 183% desde 1997.

Ariel declaró sentirse feliz tras la operación
Ariel Winter declaró sentirse feliz tras la operación

“Puede que a la gente le cueste creerlo, pero cuando me sometí a mi intervención de reducción de pecho no lo hice porque no me gustase mi aspecto. Tener que soportar tanto peso me estaba afectando física y psicológicamente. No era feliz y me sentía incómoda. Opté por la cirugía por cómo me sentía, no por los comentarios de la gente. En cuanto lo hice me sentí mucho más feliz y mejor físicamente. Ya no me dolían ni los hombros ni la espalda. Lo primero que hice fue irme de compras porque me hacía mucha ilusión poder encontrar por fin cosas que me quedaran bien, en vez de tener que esconderme bajo un jersey ancho», relata Ariel Winter en un escrito tras su cirugía.

Y es que la mayoría de las mujeres que se deciden por una reducción mamaria consiguen que desaparezca la irritación de la piel y el dolor constante de cuello y espalda, además de mejorar la imagen corporal, superar los complejos físicos y la presión social, y aumentar la capacidad para realizar ejercicio físico sin incomodidad.

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Pamela Anderson se operó para reducir el tamaño de sus pechos que previamente había aumentado

¿Quiénes son las candidatas ideales para esta intervención?

  • Mujeres que hayan concluido su desarrollo físico y que presenten mamas excesivamente grandes.
  • Mujeres con problemas físicos y psicológicos debido al tamaño de sus pechos, pero que muestren madurez psicológica para aceptar el cambio, y que tengan expectativas realistas tras su conversación con el cirujano.
  • Mujeres que desean cambiar su contorno corporal por razones estéticas.
  • Pacientes que presentan molestias físicas como dolor de espalda, de hombros… problemas derivados en la columna vertebral, irritaciones de la piel, erosiones en el surco submamario por el roce y el sudor…

¿En qué consiste la intervención?
La reducción de pecho, conocida técnicamente como mamoplastia reductiva, es una intervención quirúrgica destinada a remodelar el pecho y disminuir su volumen. Se suelen emplear diferentes técnicas de reducción mamaria en función de la morfología y las características personales de cada paciente. La misión del cirujano es la de evaluar el estado de salud de la paciente, la forma de su pecho, su anatomía y la calidad de su piel, para determinar el procedimiento idóneo.

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Las razones que llevan a pasar por el quirófano están relacionadas con problemas físicos

Durante la intervención se eleva la areola y el pezón, se reduce y eleva la glándula mamaria, y se elimina la piel sobrante y el exceso de grasa, quedando una cicatriz en forma de T – con una línea vertical hacia abajo desde la areola y una línea horizontal en el surco que hay debajo de la mama – y que es prácticamente imperceptible. Normalmente, la areola se mantiene unida a los vasos sanguíneos y a los nervios, manteniendo su sensibilidad; sin embargo, cuando se realizan grandes reducciones, se separa completamente la areola y se recoloca en una nueva posición, perdiendo bastante sensación.

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Las mamas excesivamente grandes pueden reducirse con cirugía

La reducción de pecho se realiza bajo anestesia general y suele prolongarse durante dos horas. Tras la intervención, y en función de la evolución de la paciente, será necesario un ingreso de 24 horas. El cirujano colocará un vendaje que tendrá que mantenerse durante los 2/3 primeros días tras la operación y que posteriormente se sustituirá por un sujetador deportivo, el cual se llevará durante dos semanas.

La paciente también tendrá que seguir una pauta analgesia para aliviar el malestar durante dos o tres días. Se recomienda no hacer esfuerzos físicos durante una semana, para no ralentizar la recuperación. Al cabo de este tiempo se pueden empezar a quitar los puntos de sutura y, en función del trabajo que desarrolle la paciente, se podrá reincorporar al mismo a partir de dicho momento. 

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