Casi sin darnos cuenta estamos metidos de lleno en el otoño. Una época espectacular para visitar el campo y disfrutar de la naturaleza, y también para cuidarnos de una forma más sosegada, más templada que en verano. El motivo es que nuestra piel ya no está tan expuesta a las radiaciones solares (al menos no con la misma intensidad) y a agentes que la maltratan como el cloro de las piscinas o el salitre del mar. Quizás por eso el otoño puede ser el momento perfecto para iniciar una nueva rutina de belleza con productos de cosmética vegana, que cuiden la piel y del medio ambiente.
Hoy os propongo varios productos de marcas diferentes que sin embargo comparten la misma filosofía: la de ser transparentes, sostenibles y de alta calidad.
No nos cansaremos de decir que el primer paso para cuidar y renovar la piel es tenerla limpia. Pero no limpia de maquillaje, que también, sino limpia de las impurezas, la grasa y la suciedad que se acumula en su interior. Para eliminarla hoy proponemos la Cleansing Milk de la firma danesa Grums formulada con posos de café reciclados. Un producto suave, ligero y sin aroma ideal incluso para pieles sensibles.
La marca recomienda utilizarla por la mañana y por la noche; y retirarla o con los dedos o con sus discos de algodón reutilizables. Estos Cotton Pods elaborados con fibras de bambú y algodón, nos gustan especialmente por ser una estupenda alternativa ecológica a los discos de un solo uso. Según la firma aguantan hasta mil lavados, incluso a máquina.
Hablamos hace tiempo de la firma española Salad Code pero hoy volvemos sobre ella para recomendar de nuevo su dúo de hidratación profunda. En concreto su Contorno de Ojos formulado con pepino, kale y aloe vera que minimiza las líneas de expresión; y su Sérum con ácido hialurónico vegetal, kiwi y naranja.
Una pulsación de producto es suficiente para cubrir las necesidades del rostro en cada aplicación, ya que las texturas son ligeras y se extienden con mucha facilidad. El secreto de su efectividad son los superpoderes de los superalimentos que intervienen en sus formulaciones, 99% de ingredientes naturales que, entre otras cosas, fortalecen las fibras de colágeno y elastina responsables de devolver la firmeza a la piel.
Terminamos esta rutina de belleza de cosmética vegana para el otoño con una crema de tratamiento que también utiliza los poderes de los elementos naturales para restaurar, cuidar y fortalecer la piel. En concreto de la llamada Naturalbalance de la línea vegana 24.7 de Bioline Jató, cuyos productos se caracterizan por tener únicamente activos de origen vegetal de gran eficacia.
Formulada con brotes de berro, raíces de malvavisco, helecho y diente de león, extractos de kiwi y aceite de almendras dulces, nutre, calma y reestructura la piel en profundidad, proporcionando además un profundo bienestar.
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