Los mejores recogidos para el verano

El verano, esa época del año en la que parece que todo vale, que casi todo está permitido en lo que a estilismos se refiere, no podíamos dejar pasar las tendencias para nuestro cabello que, como se suele decir en argot de moda, «las dicta la pasarela y las conquista la calle». Como ya comentamos en un artículo anterior dedicado a recogidos de fiesta, es un tipo de peinado que igual que nos aporta comodidad y frescura para poder soportar las altas temperaturas estivales, nos brinda la posibilidad de recrear moda y tendencia en nuestra melena. 

Éstos son algunos de los recogidos que podrás lucir de una forma sencilla pero como siempre aconsejamos, con aires nuevos y sofisticados:

MOÑO DE BAILARINA. Redondo, definido, elegante, con el encrespamiento controlado al máximo y un toque de brillo. Así es este moño de toda la vida que, sin lugar a dudaS, nos ha acompañado y nos acompañará siempre. Por detrás, en el frontal y los laterales, el pelo estará muy pulido, ofreciendo así ese punto de elegancia que se le pretende. La clave para conseguirlo: un ligero toque messy. El peinado dibuja el rostro desde una raya en medio muy centrada, que deja escapar unos mechones en los lados.

LA NUEVA COLETA. Se crea baja, a la altura de la nuca. Huye del resultado pulido para buscar forma y volumen, ya sea con textura o con un ligero cardado. Puedes dejar la goma vista o cubrirla con un nudo irregular del cabello. Ambas opciones destacan ese acabado despeinado tan actual. La clave para conseguirlo: por delante, el peinado no se estira hacia atrás, enmarca el rostro en la frente y los costados.

JUEGA CON LOS ACCESORIOS. El semirrecogido libera la parte frontal de la cabeza y lleva el dibujo de la melena hacia atrás, rodeando la línea de la nuca. La raya en medio consigue un efecto romántico, que se multiplica por detrás con la melena ligeramente ondulada con un toque de plancha o rizador. La clave para conseguirlo: se llevan los accesorios de pelo con elementos dorados o plateados.

RECOGIDO ‘MESSY’. Todo lo contrario del moño pulido: con los mechones sueltos por delante y la forma del recogido totalmente deshilvanada por detrás. Divide una coleta en tres partes y monta cada una por encima de la otra. La clave para conseguirlo: antes de empezar con el moño, pon la cabeza boca abajo y crea volumen en la raíz sacudiendo la melena con los dedos. Quedará más alborotado y voluminoso.

Es aconsejable utilizar una buena laca que te permita la sujeción del estilo, como por ejemplo la Laca Fijación Ultra Fuerte de Pantene. De todos modos, Pantene ofrece una diversidad extensa de tipos de laca, para que elijas la más adecuada para tu tipo de cabello. Haz clic aquí para comprarla.

DOBLE TEXTURA. El aspecto wet se impone, pero con dos texturas: mojado y seco. En este look la parte superior se define como un peinado masculino que dirige la melena hacia un lado, mientras que por detrás destaca la melena larga muy femenina en acabado sedoso. La clave para conseguirlo: se crea con un gel de acabado húmedo y un peine de púas anchas.

TRENZA DESORDENADA. Ejecutarla «sin hacerle mucho caso» para que quede ancha y descompensada. En melenas largas suele ser un estilo muy favorecedor. La clave para conseguirlo: si no tienes habilidad para el trenzado (no eres la única, te lo aseguro), este tipo de trenza es perfecto para ti.

PIXIE SILVESTRE. No es un recogido, pero los cortos también tienen derecho. En los cabellos cortos, los resultados pulidos se dedican solo a salidas nocturnas o a eventos importantes. El resto del tiempo, es cuestión de dejar que el cabello encuentre su propia forma. En cortos muy cortos también se busca el efecto indisciplinado y se potencia la onda natural. La clave para conseguirlo: consiste en aplicar una cera o una espuma y peinar solo con los dedos y sobre seco.

FLEQUILLO SHAG. Irregular, abundante y ligeramente abierto por la zona central, como en los años 70, este flequillo natural crea un halo de volumen que continúa con la forma del corte también en la coronilla. Las capas de los mechones laterales crean un efecto messy especialmente intencionado en la melena. La clave para conseguirlo: cuanto menos se trabaje el flequillo, mejor. (Raro pero eficaz)