Se estima que un 85% de la gente compraba sus productos cosméticos mayoritariamente en tiendas físicas antes de la pandemia. Sin embargo, los meses de confinamiento dispararon las compras online y cambiaron por completo nuestros hábitos. Esto multiplicó las compras a través de apps de iPhone o Android como Sephora, Beauty Bay o Lookfantastic, iniciando una auténtica revolución digital en el sector de la belleza y el cuidado personal.
Aprovechando el cambio de tendencia en favor de las compras digitales de productos cosméticos, compañías como The Ordinary comenzaron a implementar formularios web para ofrecer recomendaciones de productos personalizadas. Cualquier persona puede usar estos formularios para explicar cuáles son los aspectos que más le preocupan sobre su piel y sus rasgos faciales, y entonces el formulario sugiere los productos ideales para su caso.
Estos formularios ofrecen un trato personalizado similar al que podríamos recibir en una tienda física, pero además incorporan la ventaja de una mayor privacidad. Asimismo, estos formularios podrían integrarse fácilmente en asistentes de voz como los de Amazon Echo o Google Home, de manera que podríamos solicitar recomendaciones completando los formularios a viva voz, e incluso comprar los productos a través del propio asistente.
Estos primeros formularios de recomendación de productos cosméticos son solo el comienzo de una auténtica revolución tecnológica en el sector de la belleza. Y, como ocurre en muchos otros sectores, esta revolución está llevándose a cabo gracias a la IA. El enorme potencial de esta tecnología permite el desarrollo de herramientas que analizan por sí solas nuestras necesidades cutáneas y nos ofrecen recomendaciones de productos aún más precisas.
Por ejemplo, Skincredible de Sephora analiza los poros, el nivel de grasa, la hidratación de la piel, y las arrugas de nuestro rostro. Lo único que necesitamos es ponernos frente a la cámara de nuestro móvil, pulsar un botón, y esperar a que la IA se encargue de todo lo demás.
Necesitamos un móvil con una cámara muy potente para que esta IA funcione bien, pero sus resultados están siendo muy prometedores, y aún tiene un amplio margen de mejora.
Otro de los principales avances en materia tecnológica para ayudarnos a elegir mejor nuestros productos cosméticos favoritos es la realidad aumentada. También conocida por sus siglas en inglés ‘AR’, la realidad aumentada nos permite aprovechar la cámara del móvil para ver cómo luciríamos con distintos tipos de maquillaje. Esto se puede usar para probar distintos tonos de base, correctores o rubores, y jugar con diferentes estilos antes de comprar el producto.
Marcas como MAC o Marianna Naturals ya incorporan estas funciones de AR en sus plataformas digitales, y confirman un aumento de las ventas derivado de estas funciones. No todo el mundo puede permitirse comprar todos los cosméticos que le apetezcan, y, en muchos casos, la duda puede disuadir una compra. La realidad aumentada elimina la incertidumbre y nos permite hacer nuestra inversión con mucha mayor confianza.
Por desgracia, no todo es de color de rosa en el mundo de la cosmética digital. Tanto las herramientas de IA como la realidad aumentada deben hacer un uso continuo de la cámara para analizar nuestros rasgos faciales. Luego, esta información se almacena en forma de ‘datos biométricos’ diseñados para mejorar el funcionamiento de la app. Y esto no son buenas noticias para nuestra privacidad.
El problema es que esta información se puede filtrar si los servidores de la empresa o su propia app presentan vulnerabilidades digitales. Al caer en malas manos, estos datos pueden ser empleados con fines maliciosos, incluyendo la posibilidad de que un hacker se haga pasar por nosotros empleando un avatar digital, o que cree contenidos ‘deepfake’ en los que aparecemos practicando actos obscenos que realmente no queremos ver circulando por internet.
Disfrutar de las apps de belleza con la tecnología más avanzada es una gran manera de explorar el enorme potencial de la IA o la AR para mejorar nuestros hábitos cosméticos. Sin embargo, debemos hacerlo considerando siempre las medidas de protección digital necesarias para garantizar la seguridad de nuestros datos. Esto pasa por emplear las aplicaciones recurrentes en las comparativas de seguridad Android vs iOS como una VPN o un antivirus robusto.
Asimismo, es fundamental que protejamos nuestras cuentas digitales con contraseñas robustas, porque de otro modo los hackers podrían hacerse con estos datos e incluso suplantar nuestro propio perfil. Es muy importante que nuestra contraseña en estas apps sea diferente de la clave que usamos en nuestras redes sociales o en nuestro correo electrónico. Y, por supuesto, debería tratarse de una contraseña muy difícil de adivinar.
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