Rompe con los códigos… ¡labiales!
Lancôme crea su primer aplicador 'cushion' para los labios, una esponja más fácil de usar y con una textura irresistible.
Lancôme crea su primer aplicador ‘cushion’ para los labios: una herramienta sorprendente, aterciopelada, flexible y suave al tacto. Asociado a la fórmula exclusiva de Juicy Shaker, es la suavidad pensada para mimar, suavizar y dar elasticidad a los labios. Su textura alveolada, tipo esponja, absorbe la cantidad exacta de producto para una aplicación ultra fácil e intuitiva. Sobre todo porque su forma cónica se adapta perfectamente al contorno de los labios.
En un gesto, este aplicador de nueva generación deposita una película de color brillante tan fina que la tentación es de renovar la aplicación tantas veces como se desee. La intensidad del resultado puede modularse según los gustos, sin correr el riesgo de sobrecargar los labios. Dar ligeros golpecitos con el ‘cushion’ en el centro de los labios para lucir unos labios como redensificados con un irresistible toque de color o aplicarlo sobre todo el labio para conseguir un efecto más homogéneo.
Juicy Shaker se hace eco de dos productos emblemáticos de la marca. El Shaker, una de las fabulosas barras de labios-joyas imaginadas por el fundador de Lancôme, Armand Petitjean, durante los primeros años de vida de la casa. Creado en 1946, cuando los cócteles se imponen como uno de los símbolos del glamour, con un diseño increíblemente vanguardista para la época.
La otra inspiración de Lancôme es, obviamente, Juicy Tubes, ese glos icónico, con frecuencia imitado pero nunca igualado, que revolucionó los códigos del maquillaje en el 2000, por su carácter lúdico, su facilidad de uso y sus perfumes acidulados. Legado e innovación: estas dos palabras encierran toda la filosofía de Lancôme.